chapter 13

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Lynn Loud.

Ya pasaron dos semanas desde mi ingreso al campamento de básquet, Sydney y yo hemos estado haciendo llamadas o enviándonos mensajes desde entonces. También conocí nuevas personas que jugaban bastante bien, no tanto como yo claro.

—Lynn deja el teléfono y ven aquí. –Dijo Olivia, una integrante del equipo. Dejé mi teléfono sobre la campera en el banco y corrí hasta ella para seguir entrenando.

—Le contestabas a tu novia? –Preguntó en tono burlón. Yo negué riendo.

—A mí hermana. –Corregí mientras lanzaba el balón al aro, encestando.

El entrenamiento terminó a las dos horas y pudimos irnos a descansar, al compartir cabaña con Olivia fui con ella. Ya en esta, tomé mi teléfono para responder los mensajes a Sydney.

—Y hace cuánto qué son novias? –Preguntó mí compañera. Eleve mi vista hacía ella, sonreí levemente al recordar el día en el que pasó todo.

—Tres meses.

El principio de la relación fue raro, no soy una persona muy dada al contacto físico y Sydney sí, le tomó tiempo acostumbrarse a ello. Pero en estos momentos habíamos logrado tener una relación bonita.

Olivia salió del lugar, yo me recosté en mi cama mirando mi teléfono y sin darme cuenta caí dormida. Más tarde, otra compañera me despertó para que fuera a cenar.

En el comedor del campamento, me encontraba hablando con Olivia hasta que una chica llegó y luego de saludarnos se sentó junto a nosotras.

—Hola, tú debes ser Lynn Loud, no? -Preguntó observándome. Asentí mirándola extrañada. –He escuchado mucho sobre ti. Soy Allison, un gusto.

Extendió su mano hacía mi mientras sonreía ampliamente, la tomé y estrechamos nuestras manos. Comenzó a hablar y a hacerme preguntas intentando conocerme.

Qué sucede con ella?

Qué sucede con ella?

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Sydney Lewis.

Era de noche y me encontraba en mi habitación hablando en llamada con Lynn.

—Entonces se llama Allison? –Pregunté. Me había contado que una chica se presentó a ella en la cena.

—Sí y se me hizo bastante extraña. –Respondió mientras se reía.

—Sí, lo es.. -Dije pensativa. – ..Linda.

-Qué pasa?

—Debo irme a dormir, hablamos mañana. –Dije dándole una sonrisa.

—Oh está bien, yo igual debo ir a dormir. Buenas noches. –Se despidió y al despedirme colgué. Me recosté mirando un punto fijo en el techo y me quedé dormida.

En los siguientes días, Lynn me contaba sus encuentros con Allison y eran muy extraños. Para mí suerte, rápidamente pasó el mes y con eso, el día en el que Lynn volvería. Habíamos hablado y quedamos en vernos mañana para vernos nuevamente.

Hace días venía teniendo ganas de pintar un paisaje así que saqué mis viejas pinturas. Mojé el pincel en pintura verde y luego en agua, lo pasé sobre el papel trazando una línea. La idea que tenía en mente era una pradera con flores. Mis audífonos estaban sobre mis oídos reproduciendo Taylor.

Un leve tirón en mi cabello llamó mi atención haciéndome girar, rápidamente pude ver a Lynn detrás de mí y salté de la silla mientras me sacaba los audífonos.

—¡Lynn! –Exclamé con emoción. Pase mis brazos alrededor de su cuello y la abracé fuertemente. Ella poso un brazo sobre mis hombros. –Pensé que nos veríamos mañana. –Me separé para mirarla.

—Sí pero quería verte hoy.

Sentí mi corazón latir rápidamente, eso había sonado demasiado tierno. Decidí preparar una pequeña merienda para nosotras y la subí a mi cuarto.

—¡Y cuéntame! Cómo se sintió? –Pregunté sentándome junto a ella en la cama. Había estado contándome cosas pero no habíamos tenido la oportunidad de hablar a profundidad.

—¡Se sintió increíble, estuvo genial! –Exclamó con euforia. Yo sonreí feliz, me encantaba verla así. –Entrene muy bien y conocí muchas personas geniales.

Escuché todas y cada una de las cosas que Lynn decía y reía ante las anécdotas divertidas. Tenerla delante de mí me hizo darme cuenta de lo mucho que la había extrañado.

—Qué pasa? –Pregunté al ver que dejó de hablar.

—Te extrañé, Sydney.

Sonreí agarrando su mano y miré los brazaletes en su muñeca, le había hecho unos cuantos más de diferentes colores y ya casi no se los quitaba con la excusa de que "le daban suerte".

—Yo también, Lynn. –Sonreí y tire de ella para recostarnos sobre la cama, al poco tiempo caímos dormidas. Desperté una hora después y vi el atardecer por mi ventana.

Bajé la vista y pude ver a Lynn aún durmiendo, comencé a acariciar su pelo y busqué mi teléfono para revisar la hora. Eran las seis de la tarde, moví a Lynn levemente tratando de despertarla.

—Lynn. –Susurré. Esta se removió y se pego más a mí. –Lynn, ya es un poco tarde.

—Qué hora es? –Murmuró.

—Las seis.

—Mis padres saben que estoy aquí. –Respondió abriendo los ojos. –Antes de que lo olvide, el sábado iré a una fiesta por el cumpleaños de una integrante del equipo de béisbol.

Asentí mientras le peinaba algunas cabellos rebeldes que sobresalían de su coleta. Se reincorporó y yo hice lo mismo.

—Vemos una película? –Sugirió. Acepté y bajamos a preparar palomitas mientras discutíamos que película veríamos.

—Quiero ver Spiderman. –Dijo Lynn.

—Oh, está bien. Me gusta esa película. –Hablé mientras sacaba las palomitas del microondas. Me tense al escuchar la puerta de la entrada abrirse.

Mis padres aparecieron en el lugar y miraron a mi compañera interrogantes. Lynn volteó a verme con la curiosidad impresa en su rostro y yo sólo podía intercalar miradas entre mis padres y mí novia.

—Sydney y esta señorita quién es? –Cuestionó mí madre. Quedé en blanco por un momento, pensando en qué hacer y segundos después reaccioné.

—Lynn, debes irte.. –Murmuré por lo bajo. Esta sólo me miró esperando una explicación a mi cambio de planes pero de mi boca sólo salió un "Luego te explico". Bajo la mirada de mis padres llevé a Lynn hacía la entrada y me despedí rápidamente de una Lynn confundida.

—No creas que esto acaba aquí, quién era esa chica? –Habló nuevamente mí madre.

—Se llama Lynn y es.. –Murmuré. Sabía que no tendría una buena reacción de su parte pero no quería ocultar a Lynn, respiré hondo y más segura terminé. – ..Es mí novia.

La cara de mí madre se volvió aún más seria. Por otro lado, mi padre sonrió y me felicitó por mi noviazgo. Mis ojos seguían en Shopie, sabía que no le había gustado para nada y que estaba por pasar algo malo.

You. | Lynn LoudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora