Contrato.
— Chicos...— dijo Elizabeth tratando de hacer equilibrio con un tenedor en su dedo índice. Samael y Adiel estaban sentados a sus lados.
— ¿Por qué siento que vas a decir algo loco? Es decir, ya nos mudamos ¿qué viene ahora? — preguntó Samael en tono de broma
Elizabeth rio y dejó el tenedor— Estaba pensando... que tienden a seguir como órdenes lo que les digo y no- bueno, en realidad es más Adiel. Porque tú haces lo que te diga sea una orden o no— le dijo a Samael, que sonrió
— Y si fueran órdenes las seguiría sin dudar...— dijo apoyando su cara entre sus manos y acercándose a ella. Lisa rio y puso una mano en su cara para alejarlo. — Auch...— dijo Samael con una sonrisa
— ¿A qué vas con todo esto? — preguntó Adiel curioso
— Bueno, además me protegen y todo eso... El tema es que estaba pensando en ¿qué tal si hacemos un contrato para hacer las cosas más "profesionales"? — dijo mirándolos
— Interesante...
— Me gustan los contratos— dijo Samael con una sonrisa.
— ¿Y cómo sería el contrato? — preguntó Adiel
— Bueno...-- dijo levantándose— creo que una de estas habitaciones es una oficina, deja veo. — dijo mientras se dirigía al pasillo
Después de unos minutos, Lisa volvió a aparecer con un papel en la mano. — Éste sería el contrato...— dijo poniendo la hoja sobre la mesa
— Estaba por preguntar cómo sabes hacer un contrato y luego recordé que tu padre es Edric Floyd. — dijo mirando la hoja. Ambos leyeron el contrato.
— ¿Y cómo... sería la parte de las órdenes? — preguntó Adiel mirándola
— Si te digo... "Adiel, haz tal cosa."
— Yo te respondo, "Si, Lisa" y hago esa tal cosa...
— Pero, aquí dice que si no dices nuestro nombre completo no se toma como orden... y solo a mí me llamas por un apodo. — destacó Samael
— Tienes razón... Bueno... ¿puedo decirte Adi? — le preguntó a Adiel con una sonrisa
Adiel levantó la vista del contrato y la miró— Claro— respondió con una sonrisa
— Bien, entonces Sam y Adi...
— ¿Y cómo firmamos? — preguntó Samael
— Solo encontré estas viejas plumas y esta tinta...— dijo mostrándoles tres plumas en una mano y un pequeño frasco de tinta casi vacío en la otra. Adiel tomó una de las plumas y se dispuso a mojar de tinta para firmar, pero Samael lo detuvo.
— Me parece más apropiado otra forma de firmar...— dijo tomando otra pluma, pinchó su dedo meñique con un cuchillo hasta que pequeñas gotas de sangre comenzaron a salir. Dejó que una cayera sobre su línea de firma, dejó que unas gotas cayeran sobre la pluma y firmó.
— Así es como se firma un contrato de este estilo...— dijo y se llevó el dedo a la boca. Adiel miró su firma y lo miró a él.
— Ya que...— tomó otro cuchillo y repitió lo que hizo Samael. — Listo...
— ¿Yo tengo que hacer lo mismo? — preguntó Lisa con una mueca
— Es solo para que salgan unas gotitas, no te pasara nada— dijo Samael con una sonrisa tranquilizadora.
— Bueno...— tomó un cuchillo e hizo lo mismo que ellos.
— Samael, ¿por qué la sangre?
— Bueno, normalmente cuando yo hacía contratos con gente, se firmaba con sangre para... unir.
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Desterrados
Teen FictionEn una noche llega Thomas Chichester hasta la mansión de la colina, su padre era uno de los tanto interesados en comprar la mansión donde Elizabeth vive. Thomas charla con ella acerca de las cartas sin respuesta de su padre y ella le dice que no es...