Capítulo 7

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El principio del fin.


A esta parte de la historia le podemos poner... El principio del fin. Luego de esto, todo comenzó a ir en picada.

Samael y Adiel salieron de la habitación en sumo silencio y con mucho sigilo. Miraron por la ventana y era Adrik Hyde con Jones y el otro matón que, se parecía al tipo que molestaba siempre. Salieron a enfrentarse a ellos sin pensarlo dos veces.

— ¿Qué quieres? — dijo de mala gana Adiel mirando a Adrik que estaba apoyado en su auto. Unos pasos más adelante estaban sus matones.

— A Lisa. — dijo con una sonrisa

— En tus sueños. — dijo Samael.

— Vamos... no hagan esto difícil. Conmigo no pueden tomarse las cosas a la ligera como con estos idiotas. Ya saben... si quieres un trabajo bien hecho, hazlo tú mismo... ¿verdad?

— Ajá... No. — respondió Adiel.

— Ah...— suspiró- Smith, Jones...— Ambos se acercaron hacia Samael y Adiel decididos.

— Oye, ¿qué pasó con hacerlo uno mismo? — se quejó Adiel

— Yo no me ensucio las manos, querido...

Jones fue tras Adiel, comenzó una pelea mano a mano. Smith fue tras Samael, parecía personal, no dudó un segundo y sacó un arma. Hubo un forcejeo y se oyó un disparo.

Adiel miró a Samael asustado, pero vio el arma en el suelo y como golpeaba en la mandíbula a Smith. Suspiró y el puño de Jones impactó en su mejilla y labio. Adiel apenas se movió, le dedicó una frívola mirada y lo golpeó en la nariz.

— Dios mío qué par de idiotas— dijo Adrik pellizcándose el puente de la nariz. — Ahora entiendo por qué me mandan a mí... Vámonos, imbéciles. — dijo subiendo al auto, Jones se levantó con dificultad. Smith intentó agarrar su arma, pero Samael la pisó y lo miró con sus ojos rojos, ambos corrieron hasta el auto.

— Qué cobarde...— dijo Adiel mientras veía el auto alejarse. — ¿Estás bien? — preguntó mirando a Samael, que no pudo responder porque fue interrumpido por Lisa.

— ¿Qué carajos les pasa por la cabeza? — gritó

— Estamos bien...— dijo Samael

— No, no lo estás. — volvió a gritar apuntando a la sangre que manchaba su camisa a un costado

Samael bajó su mirada confundida, se tocó y sus dedos quedaron manchados de sangre. Tragó saliva. Levantó la mano y la miró— Oh... mierda

— Maldita sea, Sam. Vamos adentro— dijo Adiel tomándolo del brazo y arrastrándolo adentro mientras él seguía mirándose los dedos. Lo dejó sentado en el sillón de la sala y fue a buscar el kit de primeros auxilios.

— A ver...— dijo Adiel levantando la camisa. — Okey...— suspiró— La bala solo te rozó. — dijo limpiando la lastimadura, puso una gasa y la pegó con cinta para cubrir la herida.

— ¿Eres idiota? — espetó Lisa

— Pero, Adiel dijo que-

— Me importa una mierda lo que dijo Adiel. ¿Y si la bala no te rozaba? Sabes que te puedes morir, ¿verdad?

— Pero no paso nada, Lisa

— Si sigues haciendo estas estupideces si va a pasar. ¿Sabes lo que pasa cuando te mueres? Tú mismo me lo dijiste. No vas ni arriba ni abajo. Te. Mueres. Samael. — gritó Lisa mirándolo a los ojos

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