Capítulo 6

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El lobo siempre será el malo si sólo escuchamos a Caperucita.

— Ey... Lisa, ¿estás bien? — preguntó preocupada Maya

— Si... solo estoy un poco mareada. Es todo.

— Mejor recuéstate, ¿quieres que te acompañe a tu cuarto? Vamos...— dijo Arthur tomando su brazo, al ver que se comenzó a tambalear.

— Am, bueno...— dijo Lisa mirando a Maya mientras se dirigían con Arthur hacia su cuarto. Maya se quedó mirando como se perdían en la oscuridad del pasillo. Pasaron unos segundos cuando Samael apareció algo conmocionado, pero Maya no lo dejó articular palabra.

— Arthur la acompañó a su cuarto. — dijo de forma seria mirando a Samael, que asintió, buscó con la mirada a Adiel y le hizo gestos con las manos hacia el pasillo.

— Ya... eres molesto. — dijo Lisa con voz algo apagada, revolviéndose debajo de él e intentando empujarlo con sus manos en el pecho, pero no tenía fuerza alguna.

— Dios, — dijo tomando sus muñecas y poniéndolas arriba de su cabeza. — Smith tenía razón, eres muy ruidosa. — dijo acercándose a su cara

De la boca de Lisa salió un intento de risa— Sabía que te veía algo... Maldito hijo de p- —Arthur tomó sus muñecas con una mano y con otra tapó su boca.

— Eres muy molesta...— dijo Arthur mirándola a los ojos.

— Y tú eres un idiota. — dijo Samael apoyado en marco de la puerta, a su lado estaba Adiel. Lisa los vio y sonrió.

— Am... ¿necesitan algo? — dijo Arthur mirándolos.

— Si... que la dejes. — dijo Adiel.

— Vayan a limpiar la casa o algo así...— dijo Arthur de mala gana volviendo a mirar a Lisa, que sonrió aún más y una risa logró salir desde su garganta. — ¿Y tú de qué te ríes? — preguntó Arthur.

Lisa lamió la mano de Arthur y éste la apartó con cara de asco. Lisa volvió a reír— Estás muerto...— canturreo con una sonrisa y volvió a mirar a los chicos. — Sam... sácame a este idiota de encima— se quejó Lisa.

Samael sonrió maliciosamente y se acercó— Con mucho gusto, Lisa. — tomó el cuello de la chaqueta de Arthur y lo arrastró fuera de la cama.

— Ey, esto es caro...— se quejó Arthur intentando soltarse del agarre.

— Por qué no me acompañas un ratito a la habitación de al lado...— dijo Samael entre dientes arrastrándolo fuera de la habitación.

— ¿Estás bien? — le preguntó Adiel a Lisa, sentándose a su lado.

— Si... como voy a ser tan idiota de tomar de un vaso que él me dio— dijo Lisa frotándose los ojos con el dorso de la mano.

— ¿Bebiste mucho? — preguntó Adiel.

Lisa negó— Solo un trago...— Adiel tomó su barbilla y miró sus ojos.

— Bueno... ya se te va a pasar, tranquila. — dijo con una sonrisa.

Vieron a Arthur pasar corriendo por el pasillo y luego entrar a Samael.

Lisa rio— ¿Qué hiciste? — preguntó con una sonrisa

— Nada, solo lo amenacé un poquito...— dijo Samael sonriendo, mientras se sentaba a su lado. — ¿Estás bien? — Lisa asintió

— Okey... hermanito, te veo en casa— le dijo Arthur apurado a Alex antes de irse prácticamente corriendo hacia la puerta.

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