Capítulo 9

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¿A dónde voy ahora?


— Puedo ser el tipo malo de la historia, pero no te voy a dejar tirada...— dijo poniéndose el kimono— Así que te voy a llevar y dejar en la puerta de tu casa— se volteó. Lisa solo lo miró mientras se ponía la blusa. De nuevo, ¿estaba bajo o era alucinación de ella?

— Estás raro. — dijo con una expresión de confusión, una vez en el auto

— ¿Yo? — preguntó Adrik

— Si. — respondió de manera obvia

— Oye, ¿en serio creías que te iba a apuñalar?

— No lo sé Adrik, no te conozco y la primera vez que lo hago vienes con dos violadores a quieres matar a mis chicos, ¿qué piensas que voy a creer?

— Okey, primero... No fue mi idea. Yo no mando aquí... y segundo, yo no sabía que Smith tenía un arma. El punto era ir, que los muelan a palos como siempre hacían e irnos... La segunda vez era puramente para asustar, no iba a apuñalarte. De hecho, me estaba moviendo en casi cámara lenta, para que me saques la navaja de la mano, pero el otro tarado se quiso hacer el héroe.

— No le digas tarado, tarado.

— Y la última... admito que me merecía ese disparo, por suerte no fue nada... Pero yo solo iba a hablar.

— Esa no fue la última.

— ¿Qué? — preguntó confundido

— La última... fue cuando vino el idiota de tu hermano con unos simios a moler a palos a Sam y obligarme a que vaya.

Frenó en frente de su casa y giró a verla— ¿Qué? — preguntó de nuevo, esta vez, ¿preocupado?

— ¿En serio no sabías? ¿Creíste que aparecí en tu puerta amablemente?

— No lo sé, Elizabeth, no te conozco. — respondió sarcástico, imitándola— Eso fue lo que él dijo... — murmuró mirando hacia delante, pensativo.

De nuevo él. ¿Quién es él?

— Oye, deberías bajarte ahora mismo, ve a ver cómo está Sam...

Lisa se bajó y Adrik se fue tan rápido que lo perdió de vista en segundos. Se quedó parada unos segundos algo confundida con todo que acababa de pasar. ¿Acaso estaba preocupado? ¿Y QUIÉN ES ÉL?

Adentro, Samael y Adiel escucharon los ruidos de afuera. Samael intentó pararse para ir a ver, pero, otra vez, Adiel lo paró.

— Yo voy. Tú no te levantes. — dijo mirándolo a los ojos. Salió y se encontró con Elizabeth en medio de la entrada mirando hacia donde Adrik se había ido.

— Ey, Lisa...— dijo abrazándola— ¿Estás bien? — preguntó delicadamente

Lisa se volteó y lo miró— Estoy... confundida.

— Liz...— se escuchó a un Samael adolorido. Ambos miraron y lo vieron apoyado en el marco de la puerta junto a Maya.

— Oye, que te dije...— dijo Adiel suavemente, pero a forma de regaño.

— Sam...— dijo Lisa alegre, pero preocupada.

— Ven, vamos adentro que este testarudo va a terminar por matarse solo...

Maya ayudó a Samael a volver a recostarse en el sillón. Lisa se sentó a su lado.

— ¿Estás bien? — preguntó Samael

— Yo estoy bien, ¿cómo estás tú? — preguntó preocupada

— Bueno...— dijo Adiel sentándose detrás de ella y acariciando sus brazos. — No estoy del todo seguro si tiene algo roto... pero unos buenos golpes tienen. Ya sabes cómo es de duro, en unos días va a estar bien.

DesterradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora