Uno

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Los Yet To Come de la decimocuarta generación —se les decía solamente Los Yet porque qué flojera— estaban la mayoría en su aula. Fueron citados por los voceros del grupo, Hwang Yeji, que casualmente tenía el mismo apellido que Hyunjin, Yang Jeongin y Bae Seungmin.

Seungmin, Seungmin, Seungmin.

Qué desgracia que cada vez que Bae hablaba, Hyunjin solo podía pensar en su crush.

«¿Por qué este pibe se tiene que llamar igual que mi amorcito? Así no puedo ignorar la existencia de un ser tan perfecto y majestuoso como lo es Kim Seungmin.» Pensó mientras releía el mensaje donde Bae los citaba en la institución por el chat grupal.

Hyunjin no sabía la razón de una reunión en los primeros quince días de vacaciones, y ni le interesaba saberlo realmente, así que no preguntó ni leyó más. No entendía y tampoco le preocupaba en lo más mínimo. Quizás le preocuparía lo mínimo si lo pensaba bien, pero la mayoría de sus pensamientos estaban eclipsados por el hecho de que iba a ver a Seungmin sin su novio pegado a él como un chicle, sonriendo solo para él cuando sus ojos se cruzaran por casualidad.

Suspiró recordando la cálida sonrisa que Seungmin le dedicaba cuando lo atrapaba viéndolo.

La razón de todo el grupo debería estar ahí con tanta urgencia, tal vez era grave, y él tal vez debería haber pensado sobre eso mientras se arreglaba, pero no. Solo podía soñar despierto con su amor platónico. Hacía más de una semana que no lo veía, lo extrañaba aunque le doliera verlo.

Hyunjin suspiró, de nuevo, mientras se bajaba del autobús que lo dejaba a dos cuadras del Centro Yet To Come. El sol le dio de lleno en la cara, por lo cual frunció el ceño disgustado.

—No entiendo como en junio hace tanto calor, ¿qué será de julio?, ¿qué será de agosto? —susurró para sí mismo—. ¿Por qué?

«¿Por qué era qué estoy haciendo esto?»

En ese momento se planteó la pregunta del porqué tenían que ir, pero dejó el teléfono en su casa, no podía averiguar. Lo dejó pasar, no estaba realmente preocupado por eso, regularmente estaba perdido y necesitado de contexto.

De igual manera, tampoco quería estar en su casa. En su solitaria y fría casa. Solitaria porque su madre está todo el día trabajando; fría porque el sol no le da directamente más que dos horas al día. Le gustaba estar solo y la sensación de estar en el polo norte, sin embargo, también estaba algo hastiado de la rutina donde intentaba releer su libro favorito por octava vez. No era como que extrañaba ver la carita sonrojada y sonriente de Seungmin por las recientes vacaciones, claro que no. Hyunjin solo quería salir de la monotonía que tenían esos primeros días de verano, claro que sí. No es como si la tarde anterior hubiera tenido un breakdown y aceptado con desilusión que nunca saldría con Seungmin, ni alguien similar —porque era imposible que existiera alguien tan perfecto o casi tan perfecto como Kim Seungmin—, mientras se asaba como un pollo en su cuarto.

—¡No soporto el calor! —se quejó al aire, irritado, acelerando el paso para llegar rápido y frunciendo toda la cara—. Ojalá llueva. Sino me derretiré.

El verano no era su estación favorita. Sentir como el sudor bajaba lentamente por su frente lo asqueaba y qué decir del resto del cuerpo.

A menos de una cuadra del instituto, el pelinegro vio a lo lejos la silueta de un chico más bajo que él. Tenía el cabello rojo vibrante, tristemente tapado por una gorra negra, con toda su atención en su teléfono en su mano, parado en la mitad de la acera.

«Lee Felix. Qué raro que esté llegando tarde.» Pensó con sarcasmo. «Por eso nos llevamos bien, nunca llegamos a la hora.» Hyun sonrió inconscientemente y trotó hasta llegar hasta su compañero de grupo.

—¡Hola! —saludó con una gran sonrisa, y también, con un ligero rubor que hace notar su poca resistencia física—. Vas tarde —le acusó apenas Felix le dio la atención que antes tenía el celular, observándose alarmado por el susto, creyó que le iban a robar, para luego devolverle la sonrisa.

—Mira que, si no me dices, no me entero —ironizó el pelirrojo con pecas, con el ceño fruncido, su gorra moviéndose levemente por tal acción. Sin embargo, su sonrisa demostraba que su tono de voz molesto era pura actuación.

Felix le dio un corto abrazo a su amigo antes de dejarle un beso en la mejilla, en forma de saludo, para luego reanudar el paso y entrar el instituto sin complicaciones. No iban tan tarde entonces.

Recorrieron los pasillos con pasos flojos, como si no fueran con retraso.

—¿Sabes de qué trata la reunión? —preguntó Felix mientras se quitaba la gorra para guardarla en su bolso—. Parece que no hay más grupos aquí.

Estaban la mayoría de las luces apagadas, dándole una apariencia legumbre al instituto, además del silencio no muy propio de un lugar donde hay cientos de adolescentes rebeldes diariamente.

Hyunjin se encogió de hombros.

«Yo solo sé que Seungmin está aquí. Confirmó que vendría por el grupo.» Pensó al instante.

—No sé ni en dónde estoy parado —contestó, en cambio, mientras quitaba la gorra de las manos de Felix, para echarse aire con ella. Ahí adentro hacía más calor que afuera.

Cruzaron la mitad del centro, subieron dos pisos y por fin llegaron al aula correspondiente a su grupo. La puerta tenía un papel pegado con cinta adhesiva que tenía impreso en números romanos el número catorce. Dentro del aula había un escritorio y alrededor de treinta y cinco pupitres. Ellos eran cuarenta adolescentes.

Al entrar al salón se dieron cuenta de que eran los únicos que faltaban.

—¡Por fin! —exclamó Seunghee, quien se lanzó encima de Felix para abrazarlo.

Después de unos cortos saludos, de los cuales Felix saludó a todos los presentes, con Seunghee aferrada a su costado, y Hyunjin solo saludo a tres personas y su adorado Seungmin de lejitos.

Hyunjin ahogó un suspiro.

Sí, venir solamente para ver a Seungmin valía la pena. Y más cuando le sonrió solo a él, correspondiendo el saludo.

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tengo los primeros 10 capítulos listos :0

eeeeeen fin

gracias por leer~

~OurTheStars~

kisses & imperfections  [h.hj & k.sm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora