Tres

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Era una práctica común que cada año se elegían de tres a cuatro personas para ser dotadas del don "Crets" desde el inicio de los tiempos en las sectas prehistóricas como símbolo de estatus. Proveniente de la palabra "secretus" en latín, el cual deriva de la raíz —krei: cortar, separar, distinguir—. Estos son los encargados de distribuir la información delicada a todos los integrantes de la secta de manera discreta con el fin de mantenerla en secreto lo más posible.

Ningún clan debería dejar información importante a la deriva de gente ajena a ellos. Con ese tipo de información los demás los podrían destruir, y solo por un descuido.

Pero eso era en la antigüedad. Actualmente, la destrucción masiva es improbable en su mayoría y tanta protección parece exageración en el siglo XI. Este caso de destrucción y miseria era común hasta en el siglo XIII como máximo.

Sin embargo, a pesar de los hechos, le es difícil a la humanidad desapegarse de sus costumbres, aunque estas sean malas, redundantes o sin sentido.

De igual manera, la forma más efectiva para distribuir la información sin que se diga en voz alta, es el intercambio de pensamientos con besos.

Estas tres personas elegidas para portar el don son capaces de hablar mentalmente por besos. Así se evita que el mensaje original se transforme y que vaya muy lejos. A estas personas se les llamaba "los mayores", o algo así, pero con el paso del tiempo, se les llama de forma coloquial, tales como mediadores, voceros, entre otros.

En el instituto de Hyunjin eran conocidos como los "Big Ones", los mayores en inglés, porque los niños se creían gringos, claro, pero nadie les decía así.

Así que ahora los voceros de esta generación de Yet To Come estaban en la terraza mirándose entre ellos con un superior, antes de que Yeji rozará los labios de BaeMin con los suyos, y este a Jeongin. Solo un pico era suficiente para saber que estaban en la misma sintonía y que les correspondía decirle a los demás.

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Al cabo de media hora después, todos hablaban de cosas sin relevancia y alzando mucho las voces, siendo extremadamente ruidosos, lo normal —no se les podía pedir mucho a adolescentes de dieciséis años—. Tanto así que Hyunjin se enteró de que Chaeryeong había ido el día anterior a la peluquería a cambiarse el color de cabello porque ya se le veían las raíces castañas a su, deseado, cabello rojo. La pelirroja se lo estaba contando —a los gritos— a Yuna que estaba al otro lado del salón.

En eso, el odioso de Lee Minho se dio cuenta de que los voceros habían desaparecido y apenas iba a mencionarlo cuando estos entraron por la puerta que da a la terraza. Los miró con los ojos entrecerrados, no estaba preocupado o algo así, era pura curiosidad. El chisme es su fuente de vida. Minho nació por su madre y morirá por chismoso.

—¿Por qué se fueron sin avisar antes? —preguntó el chico con apariencia de conejito, cabello castaño y algo largo, con un tono de mamá regañando.

Yeji rodó los ojos para luego mirarlo de una forma en la que casi podía escuchar algo como «Cállate si no quieres una nueva cicatriz en la por metiche.» O al menos así lo sintió Minho, pero no se dejó intimidar... Sabía disimular.

—Silencio —dijo Bae Seungmin con un tono alto y demandante, llamando la atención del todo el grupo, creando un silencio instantáneo —déjà vu—. Todos saben a qué se debe ese tono tan serio, o al menos se hacían una idea.

Yeji se acercó a Minho, aún con el ceño fruncido, y le dio un corto beso. Cuando ella se separó no pudo evitar reír por la cara de shock del chico castaño —tanto por el secreto, como porque le tomó desprevenido el beso—. Y se alejó lo suficiente para besar a la persona al lado del mismo, la cual era Jiho.

Seungmin, el vocero, besó a Yuna y a Taehyun. Jeongin besó a Seunghee y estaba a punto de besar al pelirrojo cuando ella se le adelantó. Al instante que el vocero se alejó de ella, tomó a Felix de las mejillas y lo beso, antes de que lo hiciera en vocero, facilitando el trabajo al chico de hoyuelos —aunque no era necesario—. Al menos así lo vieron Felix y Jeongin.

Mientras que a Hyunjin algo le hizo clic en su cabeza por esa escena junto a él. Se le prendió un bombillo. Esa era su oportunidad y debía actuar rápido.

Y más, al ver que Bae Seungmin, estaba acercándose a él y a su Seungminie para continuar con esa columna.

«Si yo beso al otro Seungmin y me regreso rápido, antes de que se acerque alguien más, tendré una buena excusa para robarle un beso a mi Seungmin... Nadie lo verá de mala manera, ni Seungminie, nadie más se enterará, además de los que están aquí y no me sentiré miserable porque cumplí mi fantasía... ¡Perfecto!»

El calor le afectaba un montón.

Así fue como Hyunjin dejó caer la gorra de Felix, asustando a Kim, se levantó rápidamente para besar al vocero, quedando en estático unos pocos segundos después de cumplir su cometido por el mensaje. Pero debía seguir con su plan, no había tiempo para sobre pensar, sobre todo cuando vio que Jeongin estaba a punto de besar a su Seungmin.

Empujó, con todo el cuidado y calma que tenía en ese momento, a Jeongin para volver al pupitre de Seungmin. Lo sujetó de las mejillas con sus manos temblorosas, por la adrenalina del momento, confirmando que si eran tan suaves como se veían.

Seungmin lo miró con los ojos muy abiertos, sorprendido.

«¿Qué está pasando?» Fue lo único coherente que pensó el castaño de brackets, sintiendo como su cara sujetada por Hyunjin se ponía caliente bajo las manos ajenas en segundos.

«Si me mata el Jeongin por casi mandarlo a la mierda, al menos que valga la pena, porque no volveré a hacer algo así en mi vida.» Fue, en cambio, lo que pensó el acelerado de Hyunjin.

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Mentí, esto no va lento ni a palo jsjsjs

gracias por leer~

~OurTheStars~

kisses & imperfections  [h.hj & k.sm]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora