Llego la mañana siguiente y yo había llorado toda la noche por lo tanto tendría los ojos hinchados de tanto llorar, cuando me levante lo primero que hice fue ir al baño a ducharme y cuando salí me mire al espejo, efectivamente los ojos los tenia muy hinchados y no había forma de poder disimularlo, cuando termine de arreglarme baje y todos estaban durmiendo aun, intente no meter bulla cogí mis audífonos y me dirigí al liceo.
Cuando llegue estaba casi vacío y solo estaba mi amiga Laura, la salude muy amigable como siempre y luego ella se dio cuenta de mis ojos.
-Que te paso? - dijo Laura
-Nada porqué?- intentado no mirarla mucho
-Tienes los ojos muy hinchados, estuviste llorando?
-Que! No porque lo haría....
-Vamos Andrea te conozco muy bien, dime que te paso!
-Esta bien... Le dije a Seba que me gustaba....
-Que!!! Y que te dijo?
-Nada... Solo no respondió
-Enserio? como tan Maricón!- lo dijo muy enojada
-No le digas así, total no me importo- mentí
-No te creo mucho, Pero Bueno... Te digo algo acaba de llegar no te des vuelta
-Que!! Hay no voy a morir
-Viene para acá? Quizás quiere hablar contigo
-No lo creo- respondí
realmente venia hacia acá? tenia mi corazón a mil por horas no sabia que hacer ni en que pensar, realmente vendría hablar conmigo? seba realmente quería eso pero al parecer no fue así, cuando llego al lado mio lo único que hizo fue saludarme como si nunca hubiera pasado nada, como si nunca le hubiera dicho nada, realmente me dolió y quise llorar pero no lo hice no delante de todos no si el me veía, nunca llorare delante de el.
las primeras horas de clase pasaron muy rápido y tocaron para la hora del almuerzo, no tenia ganas de nada, realmente el me quitaba el apetito pero de la peor manera, llegue a un lado con mis amigas( Laura y Belén), donde fuimos era el lugar mas tranquilo de la escuela en realidad nadie se paseaba por esos lados y hay de la nada llore, llore como nunca lo hice ese día llore sin pensar en nada, había perdido a mi mejor amigo y eso era lo peor que yo lo quería mas que eso y que ya no lo tendría ni para ser mi amigo, sentía que las cosas iban de mal en peor, que ya nada iba a poder ser como eran antes, porque se lo dije gritaba en mi cabeza mis amigas no se habían dado cuenta de que yo lloraba desconsoladamente y cuando me vieron corrieron a abrazarme y realmente eso era lo único que necesitaba un abrazo pero no de ella sino de el.