CAPÍTULO 5

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Narra Melisa

- ¡MELISA! - Grita la profesora llamando mi atención.

- ¿Sí?

- ¿Qué haces allí?

No sueltes ironía

- Bailando un tango

No lo he podido evitar.

Se baja del banquillo dirigiéndose hacia mí a paso acelerado.

Cuando ya nos sabemos la coreo y solo se tiene que practicar, suele dejar un banquillo al final de la clase para poder ver a la perfección como quedan las posiciones.

- Pues el tango lo bailas aquí. - Me mueve hasta dejarme un par de metros de la posición en la que estaba anteriormente. - No, allí.

- Aquí estará el protagonista. - Señala delante de mí. - Y después cambiamos de posición quedando uno delante del otro y así podréis empezar la parte de parejas.

Es entendible que Laura esté más exigente de lo normal, ya que solo faltan 6 sesiones para la actuación.

- Entendido.

- Todas, 1 vez más y terminamos.

- Una cosa, ¿cuándo voy a poder ensayar con el prota? - se da la vuelta para mirarme. - No es porque mi amigo imaginario baile mal, es que no puedo tocarlo. - se le sale una risa.

- Ya procuraré que las sesiones que faltan asista. - se va hacia el ordenador para reproducir la canción, mientras que yo me coloco en la otra punta para poder llevar acabó la entrada.

Empieza a sonar la canción y automáticamente empiezo a caminar en línea recta manteniéndome lo más recta posible y haciendo pasos más o menos igualados para poder llegar a tiempo.

Cuando llego a mí posición, me quedo de lado esperando que la canción indique en el momento que me tengo que girar y agacharme.

Consigo hacer la entrada sin ningún error. Ahora tocaba estar quieta mientras que los protagonistas tenían su conversación.

Sí, es un musical.

Empieza a sonar la canción a toda ostia, así que me concentro para levantarme a tiempo y poder ejecutar el principio a la perfección.

Llegó a la parte en la cual tengo que bailar mientras me muevo hacia un lado.

Echo.

Noto como mi respiración está cada vez más agitada y bueno mis pies, digamos que ya casi no los sentía.

Estira bien las manos. Que se note.

Sigo con los movimientos en los que tenía que retroceder y hacer frente al otro grupo. Era como una especie de batalla entre héroes y villanos.

Hora de activar mi parte más esquizofrénica.

Empiezo a simular que estoy bailando con alguien.

Mira, teatro y baile a la vez.

La verdad es que se me dificulta un poco, ya que algunos pasos necesito el impulso de la otra persona, pero logro apañármelas como puedo, pero me doy cuenta de que me he adelantado un poco.

Tiro para atrás reproduciendo los pasos, lo más grándes y rápido posible porque sino no iba a llegar a mi destino deseado.

Tras lograr mi propósito me esfuerzo para no perder el ritmo.

Ya llegamos al final.

Me duelen cada vez más los pies y retengo mis ganas de tirarme al suelo.

DESILUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora