CAPÍTULO 9

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Melisa:

— Buenos días. — Abro la puerta encontrándome a Lara.

— Hola. — Digo algo perezosa regalándole un abrazo. — ¿Ha muerto alguien? — Me quito los cascos dejándolos reposar en mi cuello.

— No, pero como sigas con esta actitud, sÍ. — Empezamos a caminar hacia el Insti.

— ¿Qué actitud? — La miro como si me estuviera hablando en otro idioma.

— Llevas una semana cortante con ella.

Lo que me faltaba.

— ¿Y? 

— Se arrepiente de haberte dicho eso y quiere hacer las paces. — Suspira mirando al suelo durante unos segundos.

— Vale.

— Oye, no me parece bien que sigas así. — Se detiene de la nada.

— Y, ¿qué quieres que haga? — Me muerdo el labio girando la cabeza a su dirección. — ¿Que sin siquiera disculparse vaya con una sonrisa a abrazarla fingiendo que no ha pasado nada y arriesgarme a que lo vuelva a hacer? — Respiro hondo intentando no perder la paciencia. — Y de mientras vivir día a día pensando que esa es la imagen que tiene de mí sin interesarse en saber todos los hechos de la historia. — Sonrío. — Lo siento, pero no va a pasar. — Susurro.

— Vale. — Se encoge de hombros. — Al menos lo he intentado. — Se encoge de hombros a mi lado.— Y que sepas que ha sido ella quien me ha pedido venir a hablar contigo.

— Pues si en verdad le interesa arreglar algo, no le queda de otra que venir ella personalmente a hablar conmigo. — Me acomodo la trenza a un lado.

— ¿Quién crees que representará a nuestro grupo?

— ¿En qué?

— En lo del baile.

— ¿Qué baile?

— No has mirado el grupo, ¿verdad?. — Pone cara de fastidio.

— ¿Qué grupo?

— En serio, ¿qué haces por las noches? — Se vuelve a parar arrugando las cejas.

— Soñar con todas las cosas que le quiero hacer a Nicholas Galitzine. — Se me forma una sonrisa pervertida. — Sus lunares me tientan al pecado.

—Madre mía. — Sonríe negando con la cabeza. — Ayer por la noche el grupo de proyectos hizo un grupo de whatts, y allí dijeron que se habían enterado de que una pareja tiene que hacer un baile representando a todos los del grupo.

Madre mía.

— Paso, qué pereza. — Volvemos a emprender el camino.

— A ti todo en la vida te da pereza. — Resopla pasándose una mano por su cabellera rubia.

— La verdad es que sí. — Le guiño un ojo. — Va acelera que no llegamos. — Empezamos a caminar más rápido.

.....

Christopher:

— Vale, tenemos que elegir quién va a representar el grupo en la presentación del viernes. — Me levanto apoyando las manos en la mesa.

— Yo paso. — Habla Atenea consiguiendo que todos los demás digan lo mismo.

— ¿Qué?, ¿Qué decís?. — Pongo una mano en mi oreja simulando que escucho mejor. — ¿Votaciones?, Vale si tanta ilusión os hace, pillar un papelito y poner el nombre de una tía y un tío del grupo. — Hacen caso sacando papel y boli. — Gracias, cuando terminéis ponerlos aquí. — Le quito la gorra a Marti dejándola boca abajo encima de las mesas.

DESILUSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora