No me gustan los días lluviosos, me recuerdan a ella y a los temores del futuro. Desprende olor a humedad, recordando el dos mil trece y los años de soledad. Paredes con humedad, al borde del colapso de la necedad, recuerdos estériles de la sociedad y rimas atónicas para la falsedad. Familia numerosa en días amenos, flores preciosas en días feos, ahora una lluvia tenebrosa en días necios y un poeta no sabe cuidar las rosas porque sino no tendría para escribir de su poco afecto. Fotos antiguas en un cajón olvidado de una casa vieja en medio de un prado, en blanco y negro y con rostros poco familiares, adiós al deseo y bienvenido sea a donde pertenezco. Un poema sin elementos y poco valorado, poco comprensible en un cuarto donde pensar es sagrado. Extraño la escuela, cuando te enseñaban a sumar, no la de ahora que te enseñan a ser un individuo privatizado sin derecho a soñar. Echo de menos la chica que jamás he podido tocar y no deseo mil manos y mil faldas que me ayuden a olvidar, fue el viento de este día lluvioso el que me inspiro en esta tarde de agosto, fueron mis memorias icónicas repletas de historias insólitas e inéditas que purgaron esta escritura poética.
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Gritos de los 17
PoetryUn libro de poesías de un escritor incomprendido. Ese dolor y esas calles vacías, ese amor en plena melancolía
