En la senda del perdedor

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En la senda del perdedor buscando una buena posición en la cama para vomitar todas esas baladas que nadie quizo estrechar su mano al salón de baile con este dolor en alma. Siendo impune o misántropo, amando u odiando la humanidad y cayendo en las mujeres y sus trampas. Puse mi corazón en una tabla y con un cuchillo afilado descuartizaron la última arteria que amaba, luego fueron recuerdos o masturbaciones mentales con alguna luna también solitaria, luego fue el alcohol apoderándose de la situación en un parque con poca luz y un silencio que atormentaba lo bello y oscuro que tengo dentro de esta piel tatuada a plenitud, luego fue cayendo trozos de esperanza cuando confirmé que siempre sería la misma senda que destinaría mi destino destinatario en un lapso de llantos y absurda crianza. Las luces amarillas más que nostalgia me dan lástima, no me causa alegría y recuerdo que amaba hacer poesías sobre ellas y sus melodías. Maldición pensé que sería esta vez diferente pero en el norte o en el sur las mañanas son iguales a faldas sin precedentes. Pensé no poner más mi alma en juego y la destrocé porque me hará más fuerte a pesar de que en las noches busque consuelo.

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