━Amor de cachorros ━dijo su mejor amiga suspirando mientras negaba━ ¿Por qué no le dices a Jisung de una vez por todas que te gusta? ━exclamó ésta vez en tono mucho más alto━.
━¡Cállate! ━se apresuró a decir mientras cubría la boca de su amiga━.
Por...
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Existían pocas cosas capaces de hacer que Park Jisung se orinara en los pantalones, bueno, en realidad, había varias, pero una de ellas destacaba más que el resto, un temor que no sabía que podría llegar a tener: que Yuri conociera a su familia.
La familia de Jisung era una familia normal, compuesta por él, su madre y su hermana mayor, no obstante, su madre y Minjeong podrían llegar a ser extremadamente metiches si se lo proponían, haciendo preguntas demasiado íntimas sin darse cuenta.
Además, Minjeong era una hermana sobreprotectora, ante el más mínimo indicio de que su pequeño hermano corriera peligro, iban a rodar cabezas. Temía que su hermana malinterpretara algo que Yuri dijera, o, en el peor de los casos, que no le cayera bien.
Si Yuri le caía mal a su familia, verdaderamente no sabía qué hacer, la quería mucho, eso era verdad, pero si su familia no la aprobaba, entonces tal vez tendría que verla a escondidas o algo similar, pues se negaría a dejarla.
Ahora, sentado incómodamente en aquel sofá, con su madre y hermana revoloteando por todos lados haciendo los preparativos, solo le quedaba esperar a que el timbre de la casa finalmente sonara.
—¿Puedo...? –preguntó Jisung, intentando levantarse del sofá para ayudarlas–.
—¡No! –exclamaron ambas mujeres rubias, con un jarrón en mano cada una–.
—Bien... –murmuró el menor, volviendo a sentarse–.
Minjeong y su madre iban de un lado a otro, cambiando cosas de lugar o agregando nuevas que quien sabe de donde salieron, hasta que, el timbre finalmente resonó por toda la casa.
Jisung pegó un salto del sofá y corrió hacia la puerta, chocando sus hombros fuertemente con los de su madre y hermana, quienes iban en la misma dirección.
—Soy su suegra –gruñó su madre–.
—Yo la cuñada –chilló Minjeong–.
—Soy su casi novio –se quejó Jisung, dando un gran paso al frente, adelantando a ambas mujeres– ¿Por qué estamos peleando por esto en primer lugar? Como sea, pórtense bien, por favor.
Ambas bufaron, pero terminaron marchándose, dejando tranquilo al chico.
Jisung inspiró lentamente mientras acomodaba su ropa, y finalmente, abrió.
Yuri estaba allí de pie, con una sonrisa tímida pintada en su rostro y un ramo de claveles rojos en sus manos. Llevaba un vestido blanco y corto con un estampado de pequeños ramos de flores, acompañado de un cárdigan rosa pastel, tenis blancos, y uno de sus tan característicos listones en el cabello.
