Capítulo 10

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 Cuatro días habían pasado, cuatro días en los que Yuri no asistía a la escuela

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Cuatro días habían pasado, cuatro días en los que Yuri no asistía a la escuela.

La mañana luego de haber tenido su primera cita con Jisung, había pescado un gran resfriado que la había dejado en cama, sus padres la habían llevado a un médico, el cual le había diagnosticado "Influenza tipo A", o también conocida como "Gripe A", según el doctor, tardaría aproximadamente una semana para estar completamente sana, no obstante, 4 días ya habían pasado, y estaba lejos de sentirse mejor.

Sus padres quisieron quedarse con ella hasta que mejorara, pero fueron llamados de emergencia del trabajo, por ende, la Sr. Choi debía quedarse con ella como de costumbre, no obstante, era su día libre, y había ido a visitar a su hija en otra ciudad, por lo que tardaría un tiempo considerable en llegar.

La última opción era su abuelo, quien se disculpó por no poder auxiliarla al estar de viaje, pero que la llamaría constantemente, y tomaría el primer avión a Corea para ver su estado.

En pocas palabras, iba a estar completamente sola por un día entero, rezándole a todos los santos por sobrevivir y no terminar muriendo por la fiebre.

Llamar a Yoojin era una buena idea, aunque a esa hora probablemente se encontraba en clase, pero era su única opción.

Aún cubierta de pies a cabeza en su cama, manoteó su mesita de noche en busca de su teléfono, y cuando lo encontró, marcó rápidamente el número de su amiga.

—Estoy en clase, ¿Qué pasa? –murmuró Yoojin desde el otro lado del teléfono–.

—Yoo, escucha, estoy muriendo –dijo Yuri, tosiendo como si de verdad estuviera muriendo–.

—¿Qué?, ¿Estás siendo dramática, verdad?

—Me contagié de influenza, estoy sola y nadie puede venir a asegurarse de que no muera, lo siento mucho por pedirte esto pero, ¿Puedes venir?, por favor.

Yuri comenzó a balbucear cosas inexistentes, probablemente producto de la fiebre que nublaba su juicio.

—Cálmate, cálmate, estaré ahí en un rato, quítate la sábana de encima, no enciendas ninguna calefacción, y... –un grito se escuchó del otro lado, proveniente de la profesora– lo siento, debo colgar, estaré ahí más tarde, no te asustes, ¿Si? –dijo por última vez la mayor antes de colgar–.

Yuri lloriqueó, dejando a un lado su teléfono.

La fiebre era tan molesta que le daban ganas de arrancarse la piel, el edredón color lavanda que tenía encima era tan reconfortante como un elemento de tortura, pues le daba calor, pero al mismo tiempo, si se lo quitaba, le daba frío.

Completamente harta, la pelinegra se quitó la camiseta de su pijama de un tirón, junto con sus pantalones cortos, no importaba, de todas formas ella y Yoojin ya se habían visto desnudas por accidente una vez.

Puppy Love | Park JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora