Capítulo 13

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Park Jisung podía definirse en una palabra: fracaso

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Park Jisung podía definirse en una palabra: fracaso.

O al menos así se sintió la última semana, había asistido a clases, pero se la había pasado viendo la ventana, durmiendo o simplemente haciendo nada mientras miraba un punto fijo.

No era la primera vez que era rechazado sin ser rechazado, pero aún así, no quitaba que doliera como los mil demonios.

Los chicos habían intentado hablar con el al igual que la misma Yuri, pero el simplemente entraba en pánico y huía del lugar. No estaba listo para hablar con nadie.

Inclusive Minjeong lo había intentado, pues en palabras de la rubia: «Luces como un cachorro al que su dueño acaba de abandonar, ¿Qué demonios te pasó, tarado?».

—¿Crees que estoy haciendo mal, Louis? –preguntó Jisung una de las únicas personas con las que hablaba durante esos días: los gatos de Ten–.

Leon, Louis, y Levi eran los tres gatos que Ten había dejado a su cuidado.

Louis parecía pasar totalmente de su existencia, lo miraba fijamente mientras hablaba, para acto seguido, solo seguir limpiando su excelentemente cuidado pelaje.

A Leon solo le importaba jugar, estaba detrás de su pelota como si fuera un perro, y aunque las pocas veces que se quedaba quieto parecía escucharlo, simplemente lo miraba fijo hasta quedarse dormido.

Levi, por otro lado, parecía una persona atrapada en un cuerpo felino, aquel gato parecía escucharlo con atención todo el tiempo que el abriera la boca, y aunque no podía responderle, a diferencia de los otros dos gatos, el si parecía, de alguna forma, entenderlo. O tal vez era la locura tomando su cuerpo debido al aislamiento.

—Como si me escucharas, solo te importa mantener suave tu pelaje –chistó Jisung, dejando en paz al minino–.

Levi, el gato que se encontraba sentado pacíficamente sobre la repisa lo miraba fijamente con tal odio que Jisung juraba que, si tuviera manos en lugar de patas, lo abofetearía sin dudarlo ni un solo segundo.

—¿Tienes hambre, Lev? –preguntó Jisung, creyendo que esa era la causa del presunto malhumor del gato–.

En cuanto el peliblanco intentó acariciarlo, Levi lo rasguñó, dejándole un lindo rasguño desde la palma hasta el comienzo de la muñeca. Jisung, muerto de dolor, maldijo por lo bajo antes de correr al baño a desinfectar la herida.

Levi, a pesar de ser un gato, y sobre todo uno malcriado por Ten, solía ser un gato tranquilo, contadas fueron las veces en que lo había rasguñado, y justo en este momento tenía una herida digna de intento de homicidio en la mano.

Park limpió la herida, bajo la aparentemente furiosa mirada del gato homicida en la puerta del baño.

Por suerte, quedaban tan solo dos semanas de clases antes de las vacaciones, y finalmente, podría descansar debidamente.

⠀⠀⠀

[...]

⠀⠀⠀

La biblioteca era probablemente el lugar más deshabitado de toda la escuela, los únicos que frecuentaban aquel lugar, eran los miembros del club de debate, el club estudiantil, la bibliotecaria, y muy de vez en cuando un profesor.

Yuri, en su colapso mental diario, se encontraba atrincherada en una esquina del silencioso lugar, sentada en posición fetal sobre un sillón esquinero, el mismo que había sido testigo de muchos de sus colapsos o crisis existenciales. Varias semanas habían pasado desde que había intentado hablar con Jisung, creyendo que el tal vez había huido porque había entendido algo totalmente diferente, pero cuando vio como el peliblanco hacía lo posible por evitarla, lo supo de inmediato.

La estaba rechazando.

No iba a mentir, no era la primera vez que el corazón de Yuri terminaba hecho trizas, incluso más de lo normal, por amar con demasiada intensidad, pero eso no quitaba que en ese momento se sintiera en la mierda.

Su pecho dolía, no podía pensar en nada aunque lo intentara, su cuerpo apenas le respondía al momento de moverse, y el aura tan vibrante que la caracterizaba estaba completamente muerta.

Yoojin apareció de la nada, como siempre, esperando asustar a la pelinegra como solía acostumbrar, pero en su lugar, recibió un completamente moribundo: «¿Qué tal Yoo?»

Yoojin dirigió su mirada desde Yuri hasta quien sabe donde en la biblioteca, antes de poner sus pies sobre la mesita de café a la vez que se cruzaba de brazos.

—Amor de cachorros –dijo su mejor amiga suspirando mientras negaba– ¿Por qué no le dices a Jisung de una vez por todas que te gusta? –exclamó ésta vez en tono mucho más alto–.

En ese momento, Yuri miró hacia donde Yoojin había posado la mirada: Jisung y Renjun charlando, o más bien discutiendo.

—¡Cállate! –se apresuró a decir mientras cubría la boca de su amiga–.

Por otro lado, el antes mencionado, al escuchar su nombre, levantó la cabeza y la inclinó a un lado, similar a un cachorro cuando dicen la palabra 'premio', o 'comida'.

Amor de cachorros... Si, era apropiado.

Ambos estaban siendo realmente tontos como dos cachorros, y se sentían perdidos sin el otro, tal como un cachorro sin su dueño.

—Lo intenté –chilló Yuri, retorciéndose en su sitio– pero llegó el profesor, y luego cuando intenté decírselo correctamente, ¡Huyó de mi!, ¡Viene haciéndolo desde hace semanas!, ¡Y ya no sé que hacer! –gimoteó la pelinegra, sintiendo como enormes lágrimas comenzaban a estancarse en sus ojos, y a si mismo, se obligaba a no soltarlas, pues detestaba con su alma que la vieran llorar–.

Contra todo pronóstico, Yoojin tiró de ella para fundirse en un abrazo. Su cabeza descansaba sobre el pecho de Yoojin, quien palmeaba y acariciaba su espalda amorosamente, mientras le murmuraba una y otra vez: «Todo está bien, todo está bien».

Y fue ahí cuando a Yuri poco le importó estar en un lugar público. Escondió aún más su rostro en el pecho de su amiga, y se dio rienda suelta para llorar silenciosamente.

Conocía a Jisung hace relativamente poco, eso era verdad. Tal vez estaba siendo dramática, eso también era verdad. Tal vez se había armado una gran película en su cabeza con unos pequeños actos, que muy seguramente no eran más que cortesía, eso sin lugar a dudas era verdad. Pero de todas formas, no podía evitar sentir un enorme vacío en el pecho, Jisung le gustaba, y demasiado, era una de las personas más puras que conocía, pero sin importar cuanto le gustara, debía comprender que muy seguramente los sentimientos no eran recíprocos e intentar pasar página de una u otra forma.

—Solo habla con ese grandísimo idiota, te vas a sorprender –le dijo Yoojin a Yuri una vez esta se había calmado–.

—¿Cómo...? –antes de completar la pregunta, Yoojin vio el reloj en la pared y exclamando un: «¡Llego tarde al ensayo de la banda!, ¡Nos vemos más tarde!», Salió corriendo.

Yuri, ahora sola, devolvió la vista a la mesa en la que Jisung y Renjun habían estado momentos antes, viendo que ahora solo quedaba Jisung, quien estaba viendo el libro que tenía en sus manos como si este acabara de hablarle.

Puppy Love | Park JisungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora