-Debo aclarar, no fue mi culpa- dijo Elías del otro lado de la mesa con los brazos cruzados sobre el roble de la antiquísima mesa, herencia de mi abuela.
Daniel lo mira furioso, si las miradas quemaran, Elías ya estaría muerto por quemaduras de cuarto grado y sí, sí existen.
-Está bien- dijo Elías levantando sus manos y sus hombros un poco asustado, les dije, por lo menos las miradas quemaron su conciencia –Te contaré todo sólo si...- dijo ahora tronándose los dedos con nerviosismo –sólo si no te vuelves a poner como ayer, en serio me diste un susto.
Asentí con precaución, no estaba segura de lo que pasaría otra vez cuando mi mente se inundara de imágenes que no podría ligar y razonar.
-"Hubo un tiempo en el que nosotros solíamos ser todo un grupo de amigos. Tu mejor amiga se llamaba Mish, yo estaba enamorado de ella. Teníamos una hermana llamada Luna"- se me hace un nudo en la garganta –"Estaba enamorada de su mejor amigo Santiago. Daniel y su hermano gemelo Damián eran tus mejores amigos de infancia. Damián empezó a ser tu novio cuando teníamos como doce años. Mish llevaba saliendo con Daniel algo así como un año pero las cosas realmente no funcionaban. Aunque no lo admitías Anna siempre fue más tu amiga que Mish, hasta la mismísima Mish lo sabía, y le dolía. Anna y Key son novios desde que me acuerdo. Por una cosa u otra..."
-¡Detente!- gritó mi mamá desde la cocina usando su bata rosa, la despertamos.
-Iba la mejor parte- dijo Elías entre bromeando y serio.
-¿Qué es lo que pretendes? Elías, si se entera ella volverá a ser como era después de todo lo que pasó.
Daniel se estremece al lado de mí.
-¿Quieres volver a ser el substituto Daniel?- dijo mamá con una expresión de crueldad y enojo que nunca antes le había visto. Daniel comenzó a temblar y bajó su mirada al suelo.
-Mamá es suficiente, lo vas a hacer que explote.-Replicó Elías retando a mi madre con la mirada.
-Yo no fui el substituto, yo fui su "Él" todo el tiempo- respondió Daniel aun mirando el suelo con una expresión desolada.
Mamá se burló sin humor, Daniel se estremece, toma mi mano y la aprieta con mucha fuerza, su rostro comienza a endurecerse.
-¿Te crees Damián? ¿Acaso crees que eres Damián? Tú no te acercas ni siquiera a ser un milímetro de lo que fue nuestro Damián. ¡No eres Damián! ¡No lo eres, entiéndelo!
Daniel se levantó soltando mi mano, haciendo un estruendo en la mesa con sus manos y haciendo que la silla se cayera para atrás.
-Usted no tiene derecho a meterse, ¡Usted no sabe nada! ¡Usted es tan culpable como todos nosotros lo somos y lo fuimos!- Daniel se veía furibundo, tenía el rostro apretado junto con los puños de la misma manera y una mirada dura, veía con odio y resentimiento a mi madre –¿Cómo es que sabe usted si soy Damián o soy Daniel si nos vemos exactamente iguales? Simplemente dejé que el gemelo al que mis papás querían más estuviera vivo, pero él no merecía que yo lo dejara con vida. Su nombre debió irse a la tumba junto con él, ahora sus pecados me persiguen cual depredador a una despreciable presa.
Elías lo miró con lástima y empatía en su rostro, se levantó de la mesa y posó su mano en el hombro de Daniel. Mamá cayó al suelo con una mirada destrozada, por primera vez sentía tanta lástima y enojo a la vez por alguien. Se había pasado de la raya, no entendía muy bien por qué, pero mi inconsciente me decía que mamá había sido muy cruel.
Daniel seguía con los puños apretados, pero de pronto los relajó y su mirada se posó en mí. Lo miré con confusión.
-¿Eres Damián o Daniel?
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Reminiscencia
Ficção Científica¿Te imaginas haber olvidado todo lo que te ha pasado? ¿Olvidar a tu novio, papás y amigos? Pero... ¿Qué tal si alguien o algo te hubiera obligado a perder tu memoria? ¿Qué tal si la realidad fuera tan dura que tuvieras que olvidarla? Eso fue lo que...