-Para que entiendas toda la historia, tenemos que explicarte la organización de gobierno- dijo Elías mirando a la carretera y tomando el volante con firmeza. -Imagínalo como una pirámide; los cimientos de la pirámide son la gente pobre, gente que no tiene mucho dinero y que casi no come, en una situación de seguridad deplorable, son millones y millones de personas que viven en éstas condiciones; el segundo peldaño deberían de ser los profesionistas, la clase media, trabajo estable, buena calidad de vida, poca seguridad; y entonces para gran suerte de todos, llegamos nosotros, la élite, la policía del mundo, repartidos en cuarteles que a su vez se dividen en sub-cuarteles. Tres cuartes con sus respectivos siete sub-cuarteles divididos en siete pisos, cada cuartel al mando de las diligentes más importantes e influyentes: Clara, Liz y Linda. Así es, mamá es diligente.
-Pero para mala suerte de todos, el gobierno y sus porquerías nos invaden y existe otro peldaño por encima de nosotros, un supuesto mito, una supuesta mentira, pero es real: Los Darkā.- dijo Anna un poco apachurrada en el asiento de atrás, justo entre Key y ¿Daniel?
-No entiendo- replico mirando a todos con confusión.
-Para ponértelo más fácil hermana tonta, ellos son los Ninjas y nosotros los Samurai, ellos son los malos y nosotros los buenos, nosotros la policía y ellos...
-Okey, okey, ya entendí- dije haciendo señas con las manos para que se detuviera - Entonces... nosotros ¿qué hacemos? Y ellos ¿qué hacen?
-Nosotros nos dedicamos a cuidar a la gente, a los sectores más bajos. Completamos misiones privadas y misiones oficiales que nos manda hacer el gobierno- contestó Key con una gran sonrisa en el rostro
-Ellos completan misiones oficiales que les manda hacer el gobierno que se interponen con las nuestras y convencen a las minorías de unirse a ellos.-dijo Daniel sin despegar la vista de la ventana.
-¿De qué les sirve?- pregunté aún más confundida.
-Le falta la otra parte de la historia-dijo Anna muy seria mirando los ojos de Elías por el retrovisor.
Todos se quedaron en silencio por unos segundos, yo miraba por la ventana el colorido de las casas de los profesionistas.
-Cada peldaño tiene sus diligentes, la Élite tiene a las tres mujeres más influyentes del mundo, los profesionistas tienen sus sindicatos dependiendo de su profesión y los pobres tienen sus tribus con sus líderes comunitarios. Hubo una persona que hizo que toda esa pirámide funcionara, era un ancianito muy simpático y alegre que sólo buscaba el bien de las personas, su nombre era Hans Feliche.
El auto se llenó de un silencio y una atmósfera triste y nostálgica, todos evitaban ver los ojos de los otros buscando un punto en el carro dónde no hubiera nada.
Después de un rato de silencio, Elías lo rompió para continuar su relato.
-Feliche tenía tres hijos, los herederos al trono: Santiago, Vurko y Darkán. Cuando Feliche fue misteriosamente asesinado fue cuando empezó a haber un rumor de un posible equipo especial: Los Darkā, obviamente dirigidos por Darkán Feliche. Pero ahí no terminó todo, en el testamento, le dejó su gobierno a Santiago Darkán, el hijo de en medio y el favorito de su padre. Había rumores de que Vurko, el menor y Darkán el mayor darían un golpe de estado para suplantar a Santiago de su cargo, pero nosotros la élite, intentamos detenerlos.
-Saquemos cuentas- comenzó Daniel con un tono de voz irritado -El Equipo Amateur de la élite tiene cincuenta miembros, El equipo básico en el segundo piso, cuarenta; El equipo intermedio tiene treinta miembros, El equipo de soporte son también treinta miembros, El equipo de refuerzo son quince miembros, el Equipo de la luz son diez miembros y finalmente, nosotros, El equipo Especial, somos cuatro miembros. Después de sacar la cuenta, somos apenas ciento setenta y nueve miembros por cuartel. En total de los tres cuarteles somos apenas quinientas treinta y siete personas.
-Pero son muchas personas...-dije con cierta inseguridad.
-Pero, ¿acaso crees tú que quinientas y tantas personas, puedan cuidar a un mundo de más de diez mil millones de personas?- contestó Daniel con desesperación.
-La gente pobre es vulnerable y se deja engañar con falsas promesas, Los Darkā les prometieron el cielo y las estrellas a las tribus. Por consiguiente la mayoría de las tribus se unieron y ahora son fisgones del gobierno- completó Key con un cierto tono de desprecio en su voz.
De pronto Elías frenó el carro haciendo que todos repeláramos. Cómo por inercia y sin pensarlo, mi mano buscó el mango del cuchillo en mi short con miles de bolsitas, al sentir el mango frío del cuchillo, me calmé un poco.
Elías se bajó del auto con una cara realmente pálida, todos miraban por la ventanilla asustados. Sin pensarlo mucho, me desabroché el cinturón.
-No te bajes- me ordenó demandante Daniel desde el otro lado del carro, con sus penetrantes ojos azules demandándome que me quedara quieta.
Algo en mi mente me contestó "A mí nadie me manda", y me bajé del carro aún con el cuchillo en mi mano derecha.
Elías estaba parado frente a un grupo de personas vestidas de negro con lentes obscuros. Mi hermano tenía levantadas las manos sobre su cabeza y todas las personas lo apuntaban con sus metralletas enormes.
Todos giraron su vista a mí, unos se veían sorprendidos y otros emocionados.
Una chica muy alta y de tez morena chasqueó la lengua con desaprobación.
-Miren, miren, miren; la rata volvió a la vida.- Se burló grotescamente y después su expresión se volvió muy seria y con mucho rencor y odio guardado -Llévenla a la base, el príncipe quiere verla.
Los hombres fornidos y calvos que la acompañaron, asintieron con una reverencia y se aproximaron a mí.
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Reminiscencia
Science Fiction¿Te imaginas haber olvidado todo lo que te ha pasado? ¿Olvidar a tu novio, papás y amigos? Pero... ¿Qué tal si alguien o algo te hubiera obligado a perder tu memoria? ¿Qué tal si la realidad fuera tan dura que tuvieras que olvidarla? Eso fue lo que...