Reminiscencia

Capítulo 18 ¿De quién fue la culpa?

"-La única forma de tirar la monarquía de mi padre es matando a Santiago –Darkán se veía decidido

-Sería demasiado obvio que ataques directamente por ahí –replicó Soleil –además si lo que buscas tirar es la monarquía, aún quedan tú y Vurko.

-Vurko es un convenenciero, se mueve a dónde se mueve el agua, no hay mucho problema con él. En cuanto a mí, haría de éste lugar una república o aún mejor, una anarquía.

Los cientos de personas que estaban a nuestro alrededor comenzaron a ovacionar, aplaudir y elogiar.

-Es un poco arriesgado, pero si es lo que quiere la gente –respondió Shilabi levantando las manos en símbolo de rendición.

-Regresando al punto, si atacas directamente a Santiago la gente comenzará a sospechar y no es precisamente el resultado que queremos.- dijo Soleil poniendo las manos sobre la mesa. –debes tener alguna otra idea de cómo podemos atacar a tu hermano

Después de meditarlo y rascarse la barbilla un poco, hizo la mueca de que había recordado algo.

-Él siempre ha sido un chico muy vulnerable, se deja llevar por las cosas que suceden.

-¡Bingo! –Gritó, Daniel –ataquemos por dónde más le duela, a lo que más le importe y es probable que si tenemos suerte, se termine suicidando por su cuenta.

Soleil pensó un poco y después de eso respondió cautelosa.

-Eso tendría que ser: su padre y... Luna.

Todos voltearon a verme al unísono, Elías con una mirada afligida que nunca antes le había visto. Todos me miraban con complicidad.

-Tenemos que matarla –comenzó a decir Darkán –y tú lo harás para efectuar tu venganza –me señaló, después dirigió su mirada a Daniel y lo señaló –tú matarás a mi padre para que él salde sus antiguas deudas contigo."

-Yo maté a Luna y según tú no es mi culpa –le grité a Damián con la furia emanando en mi cuerpo.

-Es por esto que no deberías recordar –repitió Damián después de intentar calmarme por horas mientras le gritaba cosas sin mucho sentido.

-Yo la maté y tú no hiciste nada ¡Cobarde!- las palabras sólo salían de mi boca sin compasión alguna. De hecho, se podría decir que viendo el rostro de Damián, él ya estaba bastante lastimado con mis hirientes palabras.

-No intentes echarme la culpa, yo no fui quien cometió el error; fuiste tú. Claro que intenté detenerte, pero la señorita no se detuvo.

-Si tanto me querías pudiste haber hecho algo más, no solo intentarlo una vez y rendirte.-respondí furibunda

-¿Cómo querías que hiciera algo si odiabas tanto a mi por ser Daniel, que no me escuchabas?

La sombra de una voz que solía ser mandona y prepotente nos distrajo por completo e incluso hizo que se bajara mi rabia.

-Chicos, al parecer se fue la luz del calabozo, todas las puertas están abiertas.-dijo Soleil desde su esquina con su habitual demencia.

-Ya vinieron por nosotros-dijo Damián con una expresión seria -¿estás lista para ver lo que está pasando allá afuera?