Capítulo 15 Amor sádico

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Darkán me miraba complacido desde la reja de mi celda. Soleil estaba más asustada que nunca y se mecía con más fuerza, evitaba la mirada de Darkán escondiéndose entre sus rodillas.

-El chistecito de tu familia nos está costando mucho, y apenas nos vamos enterando de tu pérdida de memoria- dijo muy serio.

La rabia seguía acumulándose en mi cuerpo. Pero esta vez no la retendría, la dejaría salir.

-Si es un chiste ¿por qué no te estás riendo?- respondí seca.

-Porque los Luna no tienen suficiente sentido del humor para que me den risa sus chistes.-respondió un poco irritado

-Pido una disculpa a nombre de toda mi familia por no tener humor sádico como el tuyo- dije en un tono de voz alto y burlón.

De la nada, el calabozo se llenó de carcajadas, silbidos y risas. Por ahí se escuchaba uno que otro "Esa es mi Alex" y otras frases alentadoras que me hicieron sonreír.

-¡Silencio!- gritó Darkán haciendo un estruendo terrible al golpear con su bota la puerta de reja. -eres una malcriada, después de todo lo que hice por ti, haces éste tipo de cosas para agredirme. Escúchame bien Alex, te arrepentirás tanto de esto que vendrás a pedirme disculpas de rodillas. Tu familia te está engañando, ellos te borraron la memoria, ¿no crees que te esconden muchas cosas? Ellos son igual de culpables.

Mi mente se confundió un segundo. Me empezaba a doler la cabeza y presentía que me volvería a desmayar.

-Has roto muchos corazones en tu vida, pero de verdad espero que no lo sigas haciendo- continuó sincero. -tú sabes cómo se siente perfectamente, perdiste a Damián. Desearía no haber tenido nada que ver en lo sucedido

-Si querías no tener nada que ver con lo que haya pasado, no lo hubieras hecho-escupí las palabras como balas -si fueras tan bueno como te crees ser, ¿por qué me tienes aquí encerrada?

-Porque no hay otra forma de mantenerte cerca de mí, si te dejara libre, huirías como siempre.

-No necesito ni cinco minutos de estar contigo para darme cuenta de que no me agradas, y eso que no recuerdo nada de ti, pero los instintos ganan, y el odio no se va ni perdiendo la memoria. Cada vez que te miro o escucho tu voz, me da repugnancia. Vivo en la miseria, muriéndome de asco nada más de estar en tu entorno.

-No has cambiado en nada- dijo con una sonrisa triste y embobada -te dejo descansar, tendrás un invitado más tarde.

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Ya van 100 lecturas!!!! :3 gracias!

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