First

235 10 1
                                    

Un hijo por un hijo

No. Eso no podía estar pasando. Nada de eso podía estar pasando. No podía... su hijo no podía estar muerto. No, no...

—Neteyam —murmuró casi sin ser consciente, pero él no respondía. Él ya no estaba—. ¡Neteyam! —gritó mientras agarraba su mano. Las lágrimas descendían por sus mejillas sin control alguno.

Apenas era capaz de ver lo que tenía alrededor, a quiénes tenía alrededor. Escuchó un sollozo a lo lejos, ¿o estaba cerca?

—No, Gran Madre, no, Gran Madre, por favor —rogó abrazando la cabeza de su hijo.

Escuchaba sollozos, más cerca, sí, estaban a su lado, pero ¿de quién venían?

Apoyó su frente sobre la cabeza del templado cuerpo del niño. Templado... Se estaba enfriando, su cuerpo se volvía más frío, se había ido. ¿Por qué se había ido tan rápido?

—Tu hijo no tenía por qué morir, cabo —escuchó, pero no fue consciente de la magnitud de esas palabras. Solo quería abrazar el cuerpo de su hijo y llorar hasta secarse completamente—. La oferta sigue en pie: tú por tus niñas.

Sollozó de nuevo, quería morir ahí con él, abrazarlo eternamente, muerto o no, quería llorar a su lado.

Alguien la tomó por los hombros y la puso frente a él mientras los surcos de las lágrimas se secaban sobre sus mejillas.

—Neytiri —murmuró su esposo—, necesito... necesito que seas fuerte, de corazón fuerte, nuestras hijas nos necesitan —pidió apretándole un poco los hombros—, por favor, Neytiri.

Aspiró todo el aire que cabía en sus pulmones y luego lo soltó, despacio, sin prisa, aunque el tiempo corría en su contra.

Eso no había terminado, nada lo había hecho. Solo acababa de empezar. Demonios, todos ellos. Acabaría con todos si tenía que hacerlo. No quedaría un alma.

Agarró el arco que su padre le había entregado, su arco y de nadie más. Se levantó con la sangre bullendo en sus venas. Podría jurar que en cualquier momento empezaría a arder.

Su ikran apareció como si lo hubiera llamado en alto o como si hubiera sentido que lo necesitaban, porque desde luego lo hacía.

Se subió sobre la montura a la vez que se conectaba a él, y una vez agarrada a la montura, el reptil chilló al sentir la ira que emanaba con fuerza de su jinete.

Alzó el vuelo con un par de aleteos, desapareciendo en la negrura del cielo a los ojos de su familia y de cualquiera que quisiera buscarla.

Aterrizó sobre la cubierta del barco pesquero con una flecha ya preparada para ser disparada, que encontró un blanco una vez saltó de su ikran, terminando arrodillada sobre el frío metal del bote.

Todos, acabaría con cualquiera que se le pusiera delante.

Lanzó otra flecha que impactó contra otro humano, aunque sin matarlo. Agarró al demonio y lo lanzó contra un avatar antes de disparar otra flecha.

Siguió moviéndose por el barco, matándo, tal y como se había prometido, a todo aquel que cometía el error de intentar pararla.

Lanzó otra flecha contra un enemigo, sin darle tiempo a preparar su arma. Escuchó un crujido a su derecha y miró hacia ese lado a punto de preparar otra flecha.

El arco, su arco. Estaba roto.

Sus facciones se suavizaron al ver que se había roto por uno de los lados, probablemente sin opciones para repararlo. Pero ella lo haría.

Virago ||A history about Neytiri|| (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora