Virago ||A history about Neytiri|| (CANCELADA)

Third

⟨Mis hermanos⟩

Kiri caminaba a paso airado, pues no podía ir dando pisotones sin ton ni son por la pasarela de tela del clan Metkayina. Sin embargo, mantería los puños apretados, como si estuviera a punto de golpear a alguien.

Lo cual podía ser cierto.

Buscaba a alguien en específico, quería hablar con él, decirle lo que acababa de pasar, él la escucharía. Dudaba de si la entendería, pero al menos oiría lo que ella tenía que contarle.

Lo encontró en la arena, sentado, a lo lejos Tsireya intentaba entretener a Tuk y a Lo’ak, aunque el segundo parecía estar más decaído que el día anterior.

Kiri suspiró, no sabía quién estaba peor de todos ellos. Votó por su madre, a pesar de la discusión que habían tenido hacía escasos minutos.

Se acercó a su amigo humano sin hacer ruido, sobresaltándolo cuando se sentó a su lado sin decirle nada en absoluto, ni un saludo.

—¿Pasa algo, Kiri? —preguntó Spider girando la cabeza hacia la nativa.

Luego ella pareció arrepentirse de haber decidido hablar con él, ¿sería buena idea? Suspiró por la nariz con pesadez, ahora ya estaba ahí, ¿qué importaba?

—Discutí con mamá —respondió, arrastrando las vocales de la última palabra. Se había arrepentido casi instantáneamente de lo que le había dicho, pero era demasiado tarde.

—¿Por qué? —murmuró.

—Porque es incapaz de aceptarte —dijo en su mismo tono de voz—, tú no has hecho nada malo, Spider, pero ella no lo ve. —Bajó las orejas cuando lo miró, él tenía la cabeza ligeramente agachada.

—Ella odia a los humanos por todo lo que han hecho, conmigo no iba a ser diferente —susurró mirando hacia el mar, hacia donde estaban Lo’ak, Tuk y Tsireya con los ilu.

El ahora único hijo varón de Jake parecía... ido, había estado mirando un punto fijo en la superficie del agua desde hacía un rato y, ahora que Tsireya lo había llamado, reaccionó finalmente.

—Pero tú nunca has hecho nada malo y ella lo sabe, pero no... —negó con la cabeza—, no te acepta.

—Si yo fuera ella también desconfiaría de mí, aunque no he hecho ademán alguno de unirme a la RDA —admitió sin mirar a la nativa todavía—, ella es escéptica, además, todos acabáis de... perder a alguien... muy querido —continuó, haciendo que Kiri bajara las orejas—, dale tiempo.

—Eres muy bueno con ella —dijo la na’vi mirándolo con el brillo de la pena instaurado en sus ojos.

Spider solo se encogió de hombros.

—Dijiste que habíais peleado. —No era una pregunta, pero Kiri asintió de todas maneras—. Habla con ella, no quiero saber como se siente después de haber... bueno...

—Sí.

—Y, además, haber discutido con su hija —terminó, dirigiendo su mirada hacia la chica finalmente.

—Lo intentaré —murmuró observando a sus hermanos y a la chica Metkayina.

Pero no sabía cómo ni cuándo era idóneo para hablar con ella de nuevo. Decidió que lo haría al día siguiente.