Capítulo VI: Adiós South Park.

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Una semana antes de entrar a la escuela, los padres de Tweek habían encontrado una solución para ayudar a su hijo a poder despejar tu mente.

- ¡Tweek, cariño baja!... ¿Quién esta con él? -La madre de Tweek era la más preocupada de que su hijo se quedará solo, por miedo a perderlo como le habían comentado sus amigos que iba a hacerlo en el acantilado del South Park.

-No lo sé. -Su padre se veía preocupado y, Helen al final subió corriendo asustada, dando un portazo en la habitación del chico, completamente alarmada imaginando el peor escenario.

- ¡Tweek! -Grito la mujer viendo que su hijo estaba en la cama, gritando y asustando.

Solo estaba dormido, no había dormido nada pues Henrietta, la chica que había ido a cuidarlo en la noche, le había contando historias de terror y no había podido dormir nada, por eso seguía dormido.

Helen, asustada solo fue con su hijo y lo abrazó, estaba aterrada, no quería dejar solo a Tweek, pero tampoco podía acompañarlo y, en esa burbuja de recuerdos que tenía de Stan, la mujer castaña sabía que su hijo no iba a sobrevivir, por más que todos esos amigos tan nobles y lindos lo apoyaban.

-Tweek. -La mujer lloraba mientras Tweek abrazaba a su mamá intentando entender porque su madre había estado tan así de la nada.

Incluso cuando llegó su papá este solo suspiró, asustando más al rubio.

- ¡¿Qué pasa?! -El chico se empezaba a hiperventilar, con lágrimas en los ojos esperando otra terrible noticia que terminará de destruir su alma.

-Nada hijo, se asustó. -Richard también se sentó en la cama, sobándole la espalda a su esposa. -Tenemos que decirte algo importante...

El rubio asintió, muy asustado de todo.

-Hijo... -Richard no sabía como decirlo. - ¿Recuerdas a tu tía May?

Tweek lo pensó y asintió, la hermana de su mamá que vivía en Denver y que de niño le traía regalos. La última vez que la había visto a esa mujer había sido hace un par de años, en la cena de navidad donde había logrado llevar a Stan y toda la familia lo conocía.

-Si... -Dijo en un susurro, sin entender porque ahora hablaban de esa mujer que vivía sola con sus plantas.

-Bien. -Richard le sonrió a su hijo. -Hijo, vas a ir a vivir con ella un semestre escolar, ya hablamos en ambas escuelas y solo será una temporada.

El chico abrió sus ojos como platos, claramente no quería hacerlo, le daba miedo alejarse de su circulo de amigos, no quería volver a estar solo....

-Pe... -Sin embargo, sabía que South Park lo estaba consumiendo, no salía de su cuarto y cuando salía, los recuerdos eran demasiado dolorosos, tanto que a veces terminaba huyendo y haciendo que sus amigos se preocuparán por él.

Adoraba a sus amigos, pero no quería ser una carga para ellos y que al final, su salud mental terminará hartándolos y perdiéndolos para siempre.

Tenía que ser fuerte, ser la mejor versión de si mismo y poder ser la persona que Stan quería que fuera, pues con su psicóloga habían trabajado que era importante honrar su memoria, hacerlo sentir orgulloso de él.

Tweek asintió a lo que le dijeron sus padres, para después pedirle permiso a los mismo para salir, los cuales accedieron si alguien lo acompañaban, Tweek no podía andar solo a ningún lado.

Afortunadamente Butters y Jason estaban disponibles ese día.

- ¿A dónde vamos? -Dijo el chico rubio mientras seguía a Tweek que había mandado un mensaje en el grupo de todos que necesitaba que lo acompañaran a un sitio y ambos chicos eran los que estaban libres.

Tweek no le contestó a Butters hasta que llegaron enfrente de la entrada del cementerio, asustando a Jason y Leo que no tenían buena espina a que Tweek fuera a ese lugar.

-Oye amigo... ¿de verdad quieres hacer esto? -Jason hablaba con mucho miedo, cuidando sus palabras.

Pero el rubio de camisa verde asentía mientras entraba al cementerio siendo acompañado por sus amigos, eran las 5 de la tarde, aun buena hora para meterse en ese lugar.

Caminaron unos cuantos minutos antes de llegar a la tumba que a Tweek le interesaba, donde venía escrita con letra dorada el nombre de "Stan Marsh" junto con los nombres de sus padres y había unas hermosas flores ahí.

- ¿Quién las puso? -Preguntó a sus amigos, los cuales negaron con la cabeza.

-Se que a veces viene Sheila a cuidar la tumba, a veces incluso es mi papá quien viene a llorar. -Contestó Leo mientras ambos amigos se inclinaban como lo hizo Tweek para ver la tumba. - ¿Vienes a decirle algo importante?

-Sí. -Tweek tomó aire. -Yo... me iré un semestre de South Park a Denver.

- ¡QUÉ! -Dijeron ambos chicos que se veían a sí mismos con cara de miedo.

-Mis padres creen que es lo mejor y yo... yo necesito alejarme un poco, yo... lo extraño demasiado. -Tweek hablaba calmado, pero con la voz rota, dolido a pesar de que el tiempo no ha tenido piedad con él y ha pasado rápidamente.

-Pero, ¿Quién te va cuidar? -Leo era el más angustiado, aun tenía fresca la vivencia del faro. - ¿Alguien te va acompañar?

-No, iré solo... ¡pero estaré bien! -Dijo rápidamente Tweek a sus amigos nervioso. -Yo... no quiero seguir siendo una carga para ustedes.

-No eres una carga Tweek, te amamos y siempre vamos a cuidarte, sabemos que sufres y te acompañamos en tu dolor, es cuestión de tiempo para que vuelvas a estar bien. -Jason era el que más preocupado estaba por su amigo, aunque entendía también el porque sus padres hacían eso.

-Kenny no me ha vuelto a hablar desde lo del faro... -Y era verdad, era el único chico que no se quedaba a cuidarlo.

-Esta apenado, sabe que fue muy duro contigo y no sabe como pedirte perdón. -Salió Leo a defender a su novio con el que había platicado del tema hace unos días.

-Lo entiendo Leo... yo, yo sigo muy mal y todo me recuerda a él. -Tweek dejó de ver a sus amigos y volteo a ver la tumba de Stan. -Te extraño, me haces mucha falta mi amor. -Le habló llorando. -Y no quiero dejarte solo, pero, prometo que cuando vuelva otra vez a verte, estaré bien y seré la persona que tu tanto querías que me convirtiera, mientras tanto, siempre te llevaré en mi corazón.

Tweek toco el anillo de serpiente que Stan le dio en aquel parque, mientras dejaba sus sentimientos fluir, perder el amor de tu vida era difícil y duro, lastimaba más que cualquier dolor físico que una persona podía experimentar, como si te quemarán desde adentro.

-Tweek. -Jason acariciaba la espalda de su amigo. -Es muy valiente lo que vas a hacer.

-Si, y sabes que nunca estarás solo, Denver esta a dos horas, si te sientes mal avísanos y nos vamos en el auto de Eric; o en la moto de Kenny; o en la moto de Kevin... Creo que Scott también tiene auto, ¿no?

Jason asintió mientras veía a Tweek con una sonrisa.

-Nunca dejaremos de cuidarte, aun cuando te vayas... somos tus amigos. -Jason abrazó a su mejor amigo junto con Leo haciendo sentir a Tweek afortunado.

Podía hacerlo, podía sanar para volver con sus amigos y, volver a ver a South Park como un lugar lleno de colores y alegría, justo como Stan siempre se había esforzado en hacerle creer que era.

"Te prometo amarte siempre" -Pensó mientras se paraba con sus amigos e iban a hacer sus maletas para irse, al igual que una pequeña despedida en pasitas.







Ya se que no he publicado nada de "Un loco para papá", pero necesitaba sacar esto de hecho ya voy en el cap 12 de este fanfic, pero ya prometo actualizar cuando actualice mi Kyman abandonado por ahí jejejejeje, ¡¡Perdón!!

Cuestion de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora