Tweek era feliz con la vida que llevaba, vivía en un pequeño pueblo llamado South Park donde sus padres tenían una cafetería y tenía grandes amigos.
Además de eso, Tweek era el chico más afortunado en el amor, pues su novio era el chico más guapo de...
Tweek había llegado a Denver en domingo por la noche, mientras el lunes iba a entrar a su nueva escuela temporal en lo que corazón sanaba de la dura pérdida de su novio.
- ¡Hola cariño! -Le decía su tía mientras lo recogía del aeropuerto. - ¿Cómo estás?
-Bien tía. -Respondió con una sonrisa mientras se subía al auto de la mujer.
- ¿Cómo te fue en tu despedida? Tus papás me decían que había llegado un poco borracho a tu casa.
Y es que su despedida fue en pasitas con sus amigos y Heidi, tomaron un poco de más y solo se enteró que Kyle y Cartman habían desaparecido a mitad de la fiesta mientras que Heidi y Butters lloraban desconsoladamente en un rincón siendo apapachados por Jason y Scott ya que Kenny y Kevin estaba tirados en el suelo de los borrachos que estaban.
Él había estado abrasado a Jason todo el tiempo casi dormido.
-Bien. -Tweek intentaba ser lo más educado posible, pero simplemente no tenía ánimos de nada, empezaba a extrañar su pueblo. -Jason me regalo mi nueva mochila con una foto de todos...
- ¡Que lindo que tus amigos no te olviden! -Decía emocionada la mujer mientras conducían por las calles de aquella gran ciudad.
Tweek veía todo con un poco de desanimo, extrañaba mucho a sus amigos y esperaba que el día de mañana fuera mejor.
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Al día siguiente.
Llegó a la puerta con miedo, no estaba acostumbrado a usar uniforme ya que en su escuela nunca lo necesito por lo que le sorprendió mucho como aquí todo el mundo lo usaba y le daba curiosidad y diversión ver a todos iguales.
Camino por los pasillos hasta orientación, donde le dieron su lista de materias y un croquis de la escuela que, aunque no era muy grande, si parecía un laberinto donde podía perderse fácilmente por lo que, estaba al tanto de donde caminaba para no hacer el ridículo el primer día.
No quería encontrarse con algo parecido a Eric Cartman, por favor.
Llegó a su salón 3 minutos antes de su clase, por lo que suspiró y se sentó en una de las bancas más alejadas, listo para poner atención, pero también poder ver al exterior, eso siempre le tranquilizaba. Escuchaba el murmullo de sus compañeros, claramente algunas miradas sobre él por ser el chico nuevo, pero a menos que su maestro lo obligará, él no pensaba responder y solo se quedaría ahí, viendo su celular que, por cierto, estaba sonando.
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Tweek sonrió feliz, sus amigos estaban bien y lo seguían queriendo, eso era ganancia.
-Disculpa, ese es mi asiento. -Una voz nasal lo interrumpió en sus pensamientos, haciéndolo voltear hacia arriba para ver al dueño de aquella voz.
