Capítulo XXIII: Stan

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El impacto le dolió, pero ahora que abría los ojos no sentía más el dolor, de hecho, no sentía nada y al darse cuenta que todo estaba blanco, se asustó.

- ¡Ah!, ¡Dónde estoy! -Dijo el chico al no ver a nadie, asustándose más de estar en un lugar tan calmado, sin ruido ni nada.

-Se llama limbo, cafecito. -Tweek se quedo helado, esa voz, esa dulce voz que pensó que jamás volvería a escuchar.

Volteo rápidamente, sintiendo como sus ojos se acuitaban, como en su boca una sonrisa se formaba y se sentía como en un sueño, un hermoso sueño.

Stan estaba parado enfrente de él, como lo recordaba, como era antes del incendio, sonriéndole de vuelta.

- ¡Stan! -No lo pensó más, se le abrazó al chico el cual le correspondió el abrazo. - ¡Estás aquí! Te he extrañado demasiado.

El pelinegro rio mientras besa la mejilla del que fue su pareja en vida, sintiéndose en paz de un momento a otro, estaba feliz de verlo.

-Siempre estoy ahí, Tweek. -La voz del chico sonaba con calma, separándolo un poco de él, para juntar sus frentes. -Te prometí ante dios y ese parque que solo estaría en paz cuando tu estuvieras feliz.

Tweek recuerda esa promesa, sintiéndose mal por no poder haberla cumplido completamente él, se había vuelto a enamorar sin querer.

-Nunca te he visto después de aquella tarde. -Dice llorando, recuerda que esta muerto, recuerda que tal vez, esto solo era su imaginación.

-Oh mi hermoso ángel, no me puedes ver por obvias razones, pero ¿Quién crees que le dijo a Jason que fueran a ver el mirador aquel día que te salvaron?, ¿Quién crees que le dijo a Clyde que  te iniciará la plática? O ¿De dónde crees que Wendy saco el valor para pedirte perdón? Incluso eso para mí fue como quitarme un peso de encima.

- ¿Fuiste tú? -Tweek lo miraba sorprendido, sus amigos habían dicho que sintieron un impulso para hacer esas cosas, pero, no pensaba que fuera Stan el que estuviera atrás de todo eso, ahora que veía al pelinegro asentir con una sonrisa, su corazón dolía más.

-Yo fui quien impulsó a Kyle a decirte sobre esa plática y el que ha guiado a Craig para que siempre te encuentre cuando lo necesites...

Tweek se quedó viendo a Stan mientras el nombre sonaba en su cabeza, Craig, Craig, Craig... Entonces cae en cuenta que había tenido un accidente rescatando a la hermana de su amigo, de su "algo".

- ¿Estoy muerto? -Tweek lo dijo como un susurro de voz, asustado.

-Aún no. -Stan respondió tranquilo. -Yo si estoy muerto, tu estas en el limbo.

- ¿Por qué? -Tweek no entendía nada, se aferraba a Stan, pero empezaba a asustarse de ver todo en blanco.

-Cálmate amor, tú sufriste un accidente, pero no moriste, estas en el limbo, te están reanimando justo en estos momentos en la tierra, es cuestión de tiempo para que termines de decidir qué hacer.

- ¿Yo? -Stan asintió a las palabras de su novio. - ¿Yo por qué?

-Porque tu puedes decidir si quedarte aquí o volver. -Tweek vio a los ojos de Stan y algo en su cabeza cruzó, necesitaba saber eso antes que nada...

- ¿Dolió? -El pelinegro se le quedo viendo raro a Tweek por un momento, luego cayo en cuenta que su chico hablaba de la forma en la que había muerto él.

-Oh, sobre mi muerte. -Stan rio, no le gustaba tocar ese tema. -No, verás mi hermana ese día hizo de comer, nos puso somníferos en la comida así que todos estábamos profundamente dormidos pues sabía que el olor a gas alertaría a mis padres... no sentí nada.

Tweek sintió sus lágrimas caer más fuerte, era bueno saber que su querido novio no había sufrido, pero el dolor de solo recordar que ya no existía era demasiado para su corazón, además de que, ante todo, era su situación amorosa lo que lo tenía tan lastimado.

- ¡Te amo! -Tweek volvió a colgársele al menor de los Marsh. - ¡Te amo mucho!, ¡Te amo demasiado!, ¡Fuiste la primera persona que me hizo creer en el amor!, ¡Fuiste mi primer amor e hiciste tan bonita mí vida!, ¡Quería envejecer contigo Stan, juro que sí quería! Tú y yo en la cafetería, tu como policía y yo haciéndote tus estúpidas rosquillas de fresa que tanto te gustaban...

Stan abrazaba al chico con una sonrisa triste, él también hubiera deseado haber tenido a la oportunidad de envejecer con el amor de su vida, sin embargo, la vida no siempre es como queremos, las cosas suceden y, aunque a veces no haya razón aparente, así es como funciona el mundo.

-Yo también te amo Tweek. -Dijo Stan, no podía llorar, los fantasmas no podían hacer agua. -Y te amaré siempre y siempre te protegeré... pero ¿de verdad solo me amas a mí?

Tweek se le quedo viendo a los ojos, esos hermosos ojos azules; eran diferentes a los de él, Stan era diferente a él y ahora más que nunca lo entendía. No estaba sustituyendo a Craig por Stan, si no que había algo en Craig que le gustaba tanto como en algún momento le gusto algo de Stan.

Negó con la cabeza bajando la vista, esta era la lucha que debía hacer consigo mismo.

-No, yo... me volví a enamorar. -Tenía miedo de la reacción del chico, no podía verlo a la cara, no sabía como alzar la mirada hasta que Stan lo hizo sutilmente desde su mentón, viéndolo con amor.

-Lo sé, esta bien. -Stan hablaba con dulzura, amaba a ese chico y por eso sabía que debía dejarlo ir. -Craig te ama tanto como tú a él, vive tu vida Tweek, no vale la pena morir hoy, algún día te volveré a ver y, sin importar nada, yo siempre te amaré...

Tweek solo se aferró a Stan llorando, adoraba a ese chico, los años lo habían hecho madurar y aunque fantasear con lo que pudo haber sido puede sonar como una pérdida de tiempo, también es una forma de sanar el alma, siempre y cuando se pueda superar la etapa.

-Vete, lucha y vive...hazlo por mí. -El rubio se secó las lágrimas y sin pensarlo volvió a besar aquellos labios que tanto había extrañado, a sentir aquello que alguna vez le dio tanta alegría.

Eran fríos, no como los recordaba, pero le seguían transmitiendo el mismo cariño. Quería quedarse y olvidar todo, pero eso era egoísta para todos, el sabía que la vida seguía y que no había nada que él tiempo, tan lento como solo él sabe ser, lo sanará.

-Gracias por tantos hermosos años Stan. -Ambos se quedaban viendo con cariño, hasta que una voz se escuchó gritando el nombre de Stan, como la voz de su madre.

-Mi mamá me espera. -Decía el chico volteando a ver a la nada. -Debes saltar.

-Tengo miedo. -Tweek no sabía bien como iba a volver al mundo de los vivos, pero suponía que solo debía confiar en si mismo. - ¿Qué hago?

-No tengas miedo, solo debes saltar. -Stan le enseño como un portal que se abría en medio de los dos. -Fue un placer coincidir en la vida Tweek, cuídate...

-Adiós Stan.

-Adiós Tweek... oh y diles a los chicos que la contraseña de mi cuenta es: E01K26K22S19

Tweek asintió y sin más, con mucho miedo en su corazón, saltó.







Este capitulo me rompió el corazón, espero que a ustedes no :(

Cuestion de tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora