Capitulo 11.

216 24 1
                                    

Checo había ganado el Gran Premio de Spa. No era la gran cosa, pero ahora estaba a tan solo diez puntos de Max en el campeonato después de que el rubio tuviera que retirarse de pista por un choque que tuvo con Sargeant.

El campeonato que sonaba tan distante desde que chocó en Mónaco. Pero ahora ahí estaba, pretendiendo que no se muere de nervios y felicidad por estar a solo diez puntos de su sueño, alistándose para salir a otro continente mañana a primera hora y convivir casi una semana completa con la mitad de la parrilla. Esperaba que nadie tocara el tema del campeonato.

Mucho menos ahora que se ha hecho tan cercano con Max, no quiere arriesgar su... lo que sea que tengan.

Se lava la cara y después de pasar la toalla por sus ojos no puede evitar mirarse a los ojos. Ese era él. No estaba seguro de quién era, pero sabía qué era él. ¿Tiene algún tipo de lógica? Checo esperaba que si. Esperaba haberse reencontrado con sí mismo otra vez. Tal vez con una nueva versión suya, pero al fin y al cabo era él.

Se ha distraído tanto en sus propios pensamientos que no notó un sobre en el escritorio de su habitación que no estaba allí la noche anterior.

Lo tomó curioso y leyó en la parte de atrás su nombre, esa letra la reconoce muy bien, es de Max. Lo abre y siente que su corazón se derrite cuando nota la escritura en español.

Detente, sombra de mi bien esquivo
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.

Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?

Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho

que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.

Sergio sonríe algo confundido por aquel poema, y gira la hoja encontrándose con una última nota.

Me parece que mis sentimientos ya he expresado, pero si no ha quedado claro, te esperaré en el aeropuerto en la noche. No creas que te dejaré ir solo a Australia.

Checo sonríe ilusionado al terminar de leer. Le manda un mensaje a Max aclarando los detalles y le cancela la Fernando, quien le reclama por dejarlo solo con "los niños", refiriéndose a Oscar, Yuki y Pierre.

Cuando el sol comienza a bajar, Checo se dirige al aeropuerto y le sonríe confidente a Max cuando sube al avión y lo ve sentado tomando una copa de vino.

-Buenas noches, señor Verstappen. - se sienta en frente del rubio después de guardar su maleta.- ¿Le molestaría si me le uno?

-Por favor, señor Pérez.

La plática transcurrió por algunas horas, hasta que el silencio se volvió cómodo y el mexicano estaba a punto de conciliar el sueño cuando una duda llegó a su mente.

-Max, has hablado de alguien con esto? - Sergio le pregunta de repente.

-¿De esto?

-Si, de nosotros, ya sabes...- Checo mira a la ventana, evitando la mirada ajena.- De lo que hemos hecho.

-No le he dicho a nadie que tuvimos sexo, pero Alonso sabe que estamos aquí, si eso es lo que te preocupa.

Sergio solo asiente en silencio, no necesitaba rumores ahora. De hecho se sentía aliviado, tal vez pueda seguir con la aventura mientras todo sea un secreto entre los dos y probablemente Alonso.

Glimpse of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora