Capitulo 7.

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Gran Premio de Austria

Sergio no le ha dirigido la palabra desde esa noche. Claro que no le iba a hablar ese mismo día, pero Max pensó que mínimo el mexicano tendría la decencia de acercarse a decirle que lo olvidarán o algo por el estilo. Se siente totalmente tonto al creer que Sergio no escaparía en la mañana. ¿Cómo pudo ser tan estúpido? Para Checo Max fue una aventura de una noche, pero para Max fue la confesión de su más grande enamoramiento.

Ese día Kelly y su padre estaban en el paddock y Max no podía sentirse peor. Ahora no sólo tenía que lidiar con el hecho de que Sergio lo ignorara, también tenía que soportar a su padre y sus regaños y las exigencias de su novia.

Su novia

Max entendió que le había sido infiel a su novia desde que se dio cuenta de sus sentimientos por Sergio. Él sabía que lo correcto hubiera sido terminarla si sentía algo por alguien más, pero tener algo con el mexicano se veía tan lejano que prefirió seguir con ella que dejar una bonita relación con la chica perfecta por una fantasía con un hombre mayor.

Pero Max se había prestado para ser infiel con Checo. Y aunque le doliera el corazón podría volver a hacerlo una y otra vez. Sin importar el día o la hora iría por estar por el tapatío, serían amantes cada que bebieran y le hablaría en holandés al oído intentando que con eso no vuelva a dejarlo. Se enredarían en las sábanas y Max se enamoraría tanto de Sergio que no le importaría besarlo por todo el cuerpo mientras él hablaba con su esposa.

Subió a su monoplaza esperando a que diera inicio la Sprint de la carrera de casa de su escudería. Había escuchado a Helmut por dos horas hablar sobre lo importante que era que los dos Red Bulls tuvieran un perfecto fin de semana en esas tierras. Después de salir de la oficina animados por Horner, Sergio se acercó a él intentando hablarle pero cuando lo tuvo de frente pareció reflexionar unos segundos y soltó un suspiro deseándole suerte, saliendo del lugar antes de que siquiera pudiera contestarle.

Las luces se apagan y Max sale de manera espectacular, sin embargo Checo sale mejor y toma el interior. Ambos pasan parejos por la primera curva, pero el espacio no será suficiente para el neerlandés que termina cediendo por la presión del piloto latino. Pero vuelve a intentarlo en la siguiente vuelta, en la que ambos quedan sin espacio y a nada de tener contacto, generando una gran oportunidad para los pilotos detrás de ellos y obligando a Pérez a salir de los límites de pista.

Cuando Max se coloca enfrente muchos pensaron que terminarían los roces, pero el número once no tarda mucho en superar al Haas que se interponía entre los dos toros. Acortó la distancia en la recta principal, y se mantuvo detrás de él unos instantes hasta que vio su oportunidad alargando la frenada y aprovechando sus mejores gestionados neumáticos. Verstappen tenía mejor ritmo al final de la sesión, pero no le fue suficiente para alcanzar al tapatío, quien le exprimió el mayor jugo a sus llantas.

Al bajar de los monoplazas, Max no pudo evitar arrastrar a Sergio hacia un lado para poder hablar sobre lo sucedido. Le importaba una mierda si se sentía incómodo porque tuvieron sexo, eran adultos y él era un apasionado por el deporte. Si no estaba conforme con algo lo decía, no se quedaba nunca con la duda ni las ganas.

-No me dejaste espacio ¿viste?- el mayor se limpió el sudor de la cara mientras lo escuchaba.

-La visión era terrible, además ambos fuimos muy agresivos.

-Pero me forzaste a salirme de los límites.

-No te vi a mi lado, cuando di vuelta en la segunda curva un Haas se apareció a mi lado.

-Sí, pero debiste dejar espacio desde el principio.- Sergio asentía mientras miraba al frente, evitando el contacto visual. El más alto le dio un pequeño golpe en el hombro, consciente de que eran observados.- ¿Prometes que no me viste?

Glimpse of usDonde viven las historias. Descúbrelo ahora