Capitulo 3.

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Gran Premio de Mónaco

A pesar de haber ganado el año pasado, Checo no iba del todo confiado para Mónaco.

El carro que le parecía casi hecho a la medida en Jeddah ahora se había adaptado para Max, y estos pequeños cambios lograban una gran diferencia. Veía como Max superaba sus tiempos como si de comer pay se tratara. Después de que en Miami el neerlandés ganara a pesar de haber empezado en la novena posición, todos los miedos comenzaron a promover que su pole había sido mera suerte, y que si no fuera por el choque de Leclerc, Max habría empezado desde la primera posición.

Para Sergio, el "hubiera" no existía. Había aprendido a no mortificarse pensando en el "hubiera", por algo ya tiene superado su terrible experiencia con Mclaren. Aun así no podía evitar creer, aunque sea por un momento, que todos tenían razón. Max sería tricampeón mundial ese año y puede que solo se estuviera haciendo ilusiones en vano.

Siempre era difícil ocupar ese segundo asiento en RedBull, desde Webber hasta Abon. Checo lo sabía, competía contra la juventud y el talento de Max, por lo que tenía todas las de perder. Aun así había ganado en Mónaco el año pasado, y Checo amaba decir que no fue por suerte.

Aunque si no hubiera chocado en clasificación...

Reprimiendo sus pensamientos antes de que el sobrepensar le jugué en contra. Si algo tenía el mexicano era una mente poderosa, y esto era tan beneficioso como perjudicial. Su determinación lo llevaba a ganar, pero su hambre no era la misma.

Recuerda esas terribles carreras en las que toda la negatividad y poca confianza en sí mismo le costaron puntos y podios. Debía admitir que a veces deseaba ser un fan suyo, ser su propio héroe, darse a sí mismo amor y apoyo y sobre todo, confiar en él cada vez que decía que volvería más fuerte.

Otras veces solo deseaba ser Max. Tener ese gran talento y aquel apoyo desde joven por una escudería de alto nivel. Crecer en Europa, rodeado de leyendas del deporte con las que Sergio apenas convivió vagamente, si es que las conoció. Deseaba esa mentalidad desidia, toda la determinación que mostraba y la increíble habilidad de no cometer el mismo error dos veces jamás.

Entró al garaje y comenzó a alistarse para la clasificación de aquel importante circuito. Tomó su balaclava y la pasó por su cabeza mientras divisaba a lo lejos al compañero que envidiaba hablando con Christian. Verstappen parecía explicarle algo de su forma tan característica al británico mientras este no le prestaba atención. El rubio se dio cuenta de la mirada del mexicano y le regaló una ligera sonrisa antes de regresar su atención al team principal.

El moreno tomó su casco y se colocó preguntándose cómo era posible que el mismo hombre al que maldecía por ser una total bestia en la pista hace un momento, ahora le hubiera provocado una sonrisa chiveada tan fácilmente.

Subió a su monoplaza alejando sus sentimientos por Max para procurar no distraerse en la posible clasificación más importante del año.

Salió del garaje, alejando al belga solo tres segundos de su mente, antes de recordar lo que había pasado en Brasil el año pasado.

La ambivalencia que ese hombre le hacía sentir era casi dolorosa.Se divertía al máximo en las actividades de marketing desobedeciendo instrucciones e ideando estrategias para terminar con ese tipo de actividades que nunca le agradaron del todo a ninguno hasta que se conocieron.

Comienza sus vueltas para la clasificación.

También amaba que Max le diera los buenos días, ya que a pesar de que el mexicano siempre saludaba a todos, para él Max lo hacía mucho más especial. Le provocaba una alegría inmensa que duraba tan solo unas horas, antes de que el mayor fuera nuevamente superado por su compañero.

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