CAPÍTULO 7

21 11 5
                                    

Habla Sylvaine

Aquí estábamos, en un mundo que no era el nuestro, con un traje que para nada era nuestro, con unos chicos que ni siquiera conocíamos y esperando para aprender a luchar, para vivir una guerra que por supuesto para nada era nuestra. Aún no podía creerme lo que estaba sucediendo y cuando miraba a las demás veía que su adaptación a este lugar, que no era nuestro hogar, estaba siendo mucho más fácil, o al menos eso creo. Desde que habíamos caído, literalmente desde el cielo, no habíamos tenido un tiempo para nosotras, donde compartir nuestros pensamientos y sentimientos con respecto a todo lo que nos estaba aconteciendo, echaba de menos nuestras charlas y nuestros momentos juntas, pues solo nos veíamos para enterarnos cada vez más de lo que estaba por llegar y tenía miedo de cómo terminaría toda esta locura. Intento tomármelo bien, pero soy una persona que le da demasiadas vueltas a las cosas y no dejo de preocuparme, de sentirme perdida ante esta situación tan extraordinaria en nuestras vidas. No entendía aun del todo cómo de importante era nuestra presencia aquí, como de crucial debía ser nuestro esfuerzo por ganar una guerra que apenas entendemos cómo y por qué se dio. Si, había una fuerza oscura que arrasaría con todo a su paso si no le poníamos remedio y que miles de criaturas de este mundo sufrirían con creces de ese pesar y de esa esclavización a la que serían sometidas, pero ¿Cómo es de fuerte? ¿El rey que ya había luchado contra él no podía hacer nada? ¿Qué podríamos hacer nosotras? Unas simple chicas de pueblo, de otro mundo incluso, que nunca habían visto una guerra de tan de cerca y que jamás de los jamases habían usado un arma de verdad y lo más importante, en caso de ser una parte crucial de esto ¿Conseguiríamos acabar con ese mal? ¿Estaríamos listas para ello? No estaba para nada segura en este momento.

Mi cabeza iba a estallar si continuaba haciéndome preguntas que yo misma no podría contestarme. Así que decidí seguir haciendo lo que hacía, seguir a las demás, hacer lo que nos encomendaban y plantarle cara a esta situación, por mucho que las piernas o el corazón me temblaran al pensar en las diferentes posibilidades en las que todo podría terminar. Me encontraba junto a Miray, en el momento de elegir que aprender no pensé en nada, solo la seguí a ella y a los chicos. Nos acercamos al lugar donde estaban practicando con la espada, así que ahí estaba yo, cogiendo por primera vez un arma y tendría que aprender a usarla para que no me matasen, simplemente pensarlo hacía que un escalofrío me recorriera todo el cuerpo. Miray también cogió una y la alzó para mirarla, acostumbrarse a su peso y ver si podía manejarla; yo ni en eso había pensado.

- Miray ¿Cómo he llegado yo a esto? - dije medio riendo por el agobio y la situación tan cómica de verme a mí misma con una espada en las manos- Yo no he cogido una espada en mi vida y los de ahí- señalé a los que estaban practicando- se ve que tienen mucha experiencia en esto- dije preocupada por mi integridad física y me agarré de su brazo dramáticamente y echándome en ella, riendo, pero con ganas de soltar alguna que otra lágrima por el estrés que esto me causaba.

- Sylvaine, no empieces a echarte encima que contigo y la espada no puedo- dijo ella riéndose- ¿Tú crees que yo he cogido alguna en toda mi vida? - me dijo mirándome alzando una ceja y sonriendo- solo vamos a probar, a ver qué tal, no te preocupes- me tranquilizó y tenía razón. Solo íbamos a ver qué tal se nos daba, sería una experiencia nueva, tomándomelo así podría llevarlo mejor.

Mientras, observábamos la manera en la que practicaban los chicos, viendo sus movimientos y como debíamos actuar, Ishan se nos acercó para comenzar el entrenamiento.

- A ver chicas- comenzó- Esto sé que es nuevo para vosotras, pero vamos a intentar que os sintáis cómodas y si no es posible, no pasa nada, no tenéis que estar nerviosas por decirlo- nos sonrió amablemente y entendiéndonos a la perfección-Si vemos que no es lo vuestro probáis con otra cosa hasta que encontréis cual es vuestro punto fuerte- dijo sonriendo hacia nosotros y giró su cabeza hacia dónde dos chicos estaban esperando su turno para comenzar con su práctica- ¡Mark! ¡Moor! - los llamó, a lo que los jóvenes nombrados, se acercaron para ver qué se necesitaba de ellos- Haréis una demostración de cómo se debe luchar, ahora cuando os diga comenzáis- les ordenó y volvió a llamar a otros dos chicos- Siro y Byron, se encargaran de ayudaros a sentiros cómodas con las espadas, os enseñaran a cogerlas y algunos movimientos ¿está bien? Os estaré supervisando- nos dijo a la vez que nos cogía a cada una de un hombro dándonos un leve apretón para darnos ánimo y como siempre, sonriendo de manera dulce.

FINAL DRAGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora