CAPÍTULO 74

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Me tomó un tiempo recomponerme de la verdad de mi existencia, no sé cuánto tiempo permanecimos abrazados después de tan inesperada revelación. Aibek no me presionó para romper ese momento, aunque me habría gustado quedarme un poco más, era inevitable alejarme de él y volver a la realidad fuera de ese extraño lugar. Ninguno dijo nada más después de eso, creo que en ese momento no era necesario y él lo sabía, cosa que agradecía enormemente. En estos momentos no tenía nada que decir, pero si mucho en lo que pensar, las emociones se agolpaban en mi interior como un volcán a punto de estallar, la intranquilidad que ahora mismo portaba me hacía sentir un mal estar tanto en mi cuerpo como en mi corazón, contradicciones a lo que antes creía seguro, comenzaron a aparecer y no tenía ni idea de cómo debía afrontar todo esto.

Mientras caminábamos de vuelta, un sentimiento y necesidad de estar sola se hacía más grande en mí, el miedo a desvelar todo lo que había descubierto me comía por dentro, al igual que comencé a prestarle atención a los sentimientos que había presentado en mis encuentros con Arek, en el odio que sentía por sus actos, pero a la vez la calidez que me llegaba mirando sus ojos. En estos momentos todo empezó a cobrar más sentido, yo tenía más sentido dentro de este mundo y no sabía decir si me agradaba ese hecho. Toda esta locura comenzaba a hilarse con razonamiento en mi cabeza, pero pensando en él. ¿Sería consciente de lo que nos unía? ¿Conocía nuestra historia? Esas preguntas no dejaban de resonar en mi mente y a la misma vez, en mi corazón. No quería pensar que mi propio hermano tenía las agallas de querer matarme a sangre fría, sabía que podía ser despiadado y había visto hasta dónde podía llegar, pero no quería creer que fuese capaz de tanto, algo en mí, no podía creer que no tuviera ni un poco de corazón después de los horrores que habría vivido a manos de a quién llamaba rey y si era conocedor del destino de nuestra madre en sus manos. No podía saberlo, era imposible que se mantuviera impasible ante tal atrocidad, debía encontrar la manera de hacérselo saber y quizás así, ambos podríamos tener una oportunidad frente al verdadero enemigo, Abaddon.

No estaba siendo consciente del camino, cuando el frío aire de la noche golpeó mi rostro haciendo que saliera de mi mente por un momento, habíamos llegado al patio principal, solo unos metros nos separaban al rey y a mí del lugar de encuentro con los demás. En ese momento, caí en la cuenta de que era muy posible que mi hermana estuviera ahí también y el pánico comenzó a recorrer todo mi sistema, temía a su reacción, pues comprendía el horror por el que había tenido que pasar a manos de quién ahora era mi hermano, quizás la noticia la derrumbaría aún más, ella había intentado protegerme y ahora según el destino o los dioses, ni siquiera compartíamos la misma sangre. No quería hacerle daño, a mí no me importa la sangre, ella siempre sería mi hermana por encima de todo. Ojalá no tuviera que decir nada, pero la verdad siempre sale y seguramente no de la manera adecuada, haciendo más daño del que ya hará, así que. ¿Cómo podía callarme algo así? Mi cabeza comenzaba a dolerme, demasiada información en un momento.

En un instante, ya nos encontrábamos enfrente de la puerta que me separaba de mis amigos, podía oír sus voces apagadas por el grosor de la madera. Cerré los ojos fuertemente y las manos comenzaron a sudarme, al igual que mi corazón golpeaba mi pecho con una intensidad que hasta dolía con cada latido. Comencé a temblar de los nervios que sentía y ni siquiera era consciente de ello, hasta que una mano suave y delicada, cogió las mías apretándolas suavemente.

- ¿Estás bien? – pregunta Aibek, mirándome directamente a los ojos y apenas puedo hacer un leve gesto con mis hombros en señal de que no me sentía muy segura de nada en ese instante- No es necesario que vuelvas ahora mismo, hazlo cuando estés preparada- habló calmadamente, usando muy bien las palabras para que no entrara más en histeria si podía, a la vez que apretaba mis manos con las suyas dándome calidez y ánimo.

FINAL DRAGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora