Capítulo 04

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-Narra la protagonista-

¡¿Quién demonios eres?!— retumbó un grito desde el fondo del vagón —respiración del agua, undécima postura...— tomé aire mientras sostenía la empuñadura de mi arma —calma— dicho eso desenvaine mi katana, procurando apuntar a la esquina más oscura del vagón —no se preocupe Enmu-dono, pronto iré a presentarme personalmente— corté la mano del demonio por la mitad. Con los pasajeros dormidos fue mucho más fácil transportarlos a los últimos vagones, los cuales serán los únicos intactos después de que la locomotora deba de ser destruida; si Tanjiro, Zenitsu e Inosuke no fueron asignados a esta misión queda en mí la responsabilidad de darle descanso al alma de Enmu.

Guardé mi katana para ajustarla mejor a mi cinturón, es momento de despertar a Kyojuro.

Abrí la puerta del vagón, pero... no pude avanzar. Es... es realmente increíble verlos, pero no deseaba que fuera en este momento, mucho menos en esta situación... Tanjiro dormía plácidamente recargado en el hombro de Kyojuro... en los asientos continuos estaba Inosuke durmiendo, prácticamente encima de Zenitsu. En medio del silencio, me permití reír.

Reí por la ironía de la situación. Estaba aliviada pensando que ni Tanjiro, ni Zenitsu o Inosuke estarían en el tren, mi consuelo era que al menos ninguno correría peligro estando lejos de... bueno, de cualquier forma, me equivoqué. Ahora están aquí... están en el tren... están dentro del tren a quienes estuve evitando sin ninguna clase de discreción por miedo a que su opinión de mi haya empeorado por... mi ¨cambio¨.

No pude evitar sonreír al observar la forma tan cómoda en la que dormían; amaría poder preservar este momento más allá de mi memoria, más allá de lo que pude grabar en mi corazón...

Mi atención se centró en el dueño de los cabellos rojizos, con delicadeza acuné su rostro en mis manos, retirando las lágrimas que mojaban sus mejillas.

Fue hace ya varios años, muchos aspectos de la previsión se volvieron confusos al punto que se perdieron en mi memoria... así mismo, hay cosas que persisten día a día con cada uno de sus detalles, como el sueño que ahora está teniendo Tanjiro sobre su familia, así como los demás sueños que Enmu provocará que tenga el pelirrojo.

Me acerqué un poco más para dejar un beso en su frente —Kamado-sama... no fue su culpa, fue la mía— susurré, ahora son mis mejillas son las que están húmedas —siento mucho haberle fallado...— pegué mi frente con la suya —espero y pueda escucharme, porque usted necesita despertar. Debe usar su katana para cortar...— un tirón en mi haori me interrumpió. —Oh, Kamado-sama— Nezuko había salido de su caja y ahora intentaba llamar mi atención, acaricié su cabeza —descuide, él está bien, solo necesita nuestra ayuda— aseguré con una sonrisa, que fue creciendo cuando la menor me abrazó —Kamado-sama, espero que no le moleste usar su habilidad— pedí mientras correspondía el gesto de la menor, ella es realmente linda cuando es pequeña.

Dejé su manita encima de la soga que rodeaba la muñeca de Tanjiro —por favor, Kamado-sama— dicho esto la menor encendió una gran llamarada que se extendió por el cuerpo de su hermano, llegando a la soga, partiéndola por la mitad, este fuego... se siente mucho más cálido que cualquier llamarada, como si fuese una parte del mismo sol...

Cerré mis ojos para concentrarme en disfrutar de la calidez que Nezuko brindaba... Lo cual sólo duró un par de segundos, hasta que Tanjiro se incorporó de manera abrupta mientras gritaba desesperado —bien... estoy vivo— dijo mientras recuperaba el aliento, entonces nos prestó atención —¡Nezuko!... ¿Shun-san?— mencionó, Nezuko rápidamente se incorporó para abrazarse del torso de su hermano, yo... sólo me quedé quieta en mi lugar.

Esfuerzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora