Capítulo 08

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-Narrador omnisciente-

Con que así fueron las cosas...— una mujer castaña suspiró —no puedo creer que ella se arriesgó así... no puedo creer que ella...— las palabras no terminaron de salir de la boca del joven de cabellos verdosos, lucía bastante afectado, o eso intuyó la mujer castaña que repartía caricias en Ryunosuke, quien se encargó de mantener informados a Yushiro y Tamayo sobre la situación de Shun. El inicio, desarrollo y desenlace de la batalla de la luna superior tres contra Rengoku y Shun; el conflicto y el cómo amigos cercanos a Shun se postularon abiertamente contra Shinobu, la persona que nunca le importó demostrar frente a nadie que abiertamente guarda un profundo resentimiento contra la joven Ubuyashiki. Ryunosuke se encargaba también de informar sobre el estado de la joven, si existía alguna complicación, o si... ella al fin despertaba.

El cuerpo de Shun se mantenía intacto gracias al suero que Tanjiro le hizo tomar, puesto que estimulaba su regeneración. Es una verdadera lástima que la ingesta de éstos sea la causa de su tardío despertar, su constante consumo, gracias a las heridas mortales que recibía en las peligrosas misiones que realizó en los últimos dos años le pasó factura con un cansancio extremo.

Yushiro, aunque intentara negarlo, estaba preocupado. Shun estaba en su momento más vulnerable, no existía demonio que pudiera atravesar los árboles de glicina que Shun se encargó de sembrar en todas y cada una de las fincas de los pilares, pero eran éstos mismos los que le preocupaban al peliverde, eran ellos quienes se atreverían a cortar su cuello en cualquier oportunidad que se presentara. Tamayo se mantenía seria, quería culparse, culparse por haberle dado esos sueros a Shun, por haberla expuesto tantas veces, en tantas ocasiones. O al menos ella así lo percibe. Pero Shun... Shun, en su inmenso corazón no la culpa, ni ahora, ni ayer y ni lo hará en un mañana.

Ella... ella no puede estar sola... ¡Tamayo-san, simplemente es...!— Yushiro detuvo sus palabras al ver el ceño fruncido de la castaña —lo sé... pero nosotros no podemos hacer nada para cambiar el pensamiento de las personas...— la mujer suspiró —intentar detener a Shun es nadar a través de un mar embravecido... ella conseguirá encontrar el camino para continuar pase lo que pase; esta lucha es lo que ha dado sentido a su vida por diez años...— Tamayo miró al peliverde —todo lo que está en nuestras manos es apoyarla, porque ella seguiría aún si el mundo se postula en su contra...— Yushiro apartó la mirada, escondió sus manos entre las mangas de su haori —al menos preferiría que, por ahora, estuviera lejos de todos los pilares...— Tamayo se incorporó con el felino entre sus brazos —es su padre quien la está cuidando y dudo que alguien sea tan ingenuo como para robarse al cuervo bebé de su nido— se dedicó a redactar un mensaje en una hoja de papel, la cual dobló con sumo cuidado, posteriormente, Yushiro le acercó un par de frascos, los cuales dejaron en la mochila que el felino cargaba —por favor, Ryunosuke, hazlos llegar con Ubuyashiki-san— acarició la cabeza del felino antes de poner un nuevo talismán, una vez listo, el felino saltó, desapareciendo en el aire

Yushiro... sabes que, en cuanto a la organización... nosotros somos los menos indicados para actuar. Shun nos advirtió que, cuando ella tuviese que intervenir de manera directa... no habría vuelta atrás— aclaró la mujer mientras se acercaba al menor, quien frunció el ceño y torció la boca.

Pasó un momento de silencio, donde Yushiro relajó su faz —Tamayo-san... ¿usted cree, que alguna vez Kibutsuji se entere que Shun está evitando el futuro donde él gana?— la pregunta del peliverde sorprendió a la castaña, quien no pudo articular una pronta respuesta —ningún esbirro de Muzan sabe que ella tuvo una premonición... pero si se llegase a saber... sé que jamás la volveremos a ver...— la respuesta hizo sudar al peliverde.

Esfuerzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora