Capítulo 01

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-Narrador omnisciente-

El sol se abrió camino a través del cielo, comenzando con un nuevo día.

Y éste día era particular, no sólo se trataba del día del mes donde los miembros más importantes del cuerpo de cazadores de demonios se reunían con el patrón en su hogar para dialogar asuntos referentes a la organización, sino, por la presencia de un niño de cabellos color borgoña, el cual yacía inmovilizado e inconsciente frente en el suelo de la residencia.

Un Kakushi, miembro de los cazadores que pertenecía a la rama de la sanación se acercó al muchacho inconsciente -—despierta— mencionó, fracasando en despertarle —¡que despiertes!, tienes que... oye, ¿me estás escuchando?, ¡vamos!, ¡arriba!— no obtener respuesta le desesperó, por lo que ya estaba alzando un poco la voz —¿vas a dormir todo el día?, ¡despierta de una vez!— gritó, ya molesto, logrando por fin su cometido. El joven desconocía por completo dónde estaba o quiénes eran las imponentes figuras frente a él.

Dijeron que era un cazador que viajaba con un demonio, así que esperaba a alguien con más estilo... ¿pero es un niño común y corriente?, que mal...— mencionó decepcionado un peliblanco de gran musculatura —debemos encargarnos de que el muchacho vaya a juicio— exclamó un joven de cabellos rubios y puntas rojas, el cual mantenía una enorme sonrisa —pensar que estuvo protegiendo a su hermana, que ahora es demonio... qué prueba tan hermosa y valerosa del cariño entre hermanos— pensó conmovida una joven de melena rosa —¿qué...?, ¿quiénes son...?— antes de que el niño pudiese terminar su pregunta, el Kakushi agarró su cabeza para pegarla en el suelo —¡no hables si no te hablan!, ¿no sabes a quiénes tienes enfrente?, ¡son los pilares!— exclamó el Kakushi, el de cabellos color borgoña estaba realmente perdido respecto a la situación

Una mujer de cabello oscuro se le acercó —estamos en el cuartel general de los cazadores de demonios, nos encontramos aquí porque tú, Tanjiro Kamado serás sometido a juicio— explicó de manera tranquila sin quitar la sonrisa de su rostro —¿por qué no explicas de qué delitos se te...?— no pudo terminar su oración porque alguien le interrumpió —¡no hace falta llegar al juicio!— exclamó un el rubio con energía —proteger a un demonio es una violación explícita, ¡podemos encargarnos nosotros solos!, ¡ejecutaremos a ambos!— volvió hablar sin borrar su sonrisa —en ese caso, yo los decapitaré con estilo, ¡les mostraré el baño de sangre más dramático de la historia! Será todo un espectáculo— exclamó el pilar del sonido —eh... ¿en serio matarán a un niño tan tierno como él? De solo pensarlo, ¡me llena el corazón de lástima!—  dijo en sus adentros la joven de cabellos rosas —ay... qué criatura tan lamentable. Me entristece, quizás habría sido mejor que no naciera— expresó con pesar aquel hombre que se aferraba con lágrimas a su rosario.

Kamado Tanjiro pasó de largo a los pilares, buscando por todas partes con la mirada a su hermana —oye, no debes de apartar la mirada, son los espadachines de mayor rango en toda la sede de los cazadores— explicó el Kakushi que seguía al lado del Kamado —¿eso significa ser un pilar?— se cuestionó, prestó atención a quienes estaban frente suya —tenemos que acabar con su vida y con ello, su sufrimiento— comentó el pilar de la roca, recibiendo la afirmación del pilar de la llama —¡de una manera extravagante!— se les unió el ninja de ojos rojos.

Nezuko... ¿a dónde llevaron a Nezuko?— Tanjiro ignoró a los pilares —¡Nezuko!, ¡Zenitsu!, ¡Inosuke!, ¡Murata-san!— exclamó mientras rebuscaba en todos lados con desesperación —ignoren a este muchacho, ¿qué haremos con Tomioka y Sabito?— se escuchó una voz desde la rama de un gran árbol —verlos sin ninguna atadura me pone mal. Según lo que dijo Kocho, ellos también violaron la ley... ¿cómo hacemos que paguen?, ¿qué lección les daremos?— argumentó con fastidio aquel de ojos bicolores, quien se acomodó de mejor manera en la rama para apuntar con molestia a ambos pilares del agua —¿qué tienen para defenderse?— sentenció el pilar de la serpiente —eso no lo deciden ustedes, sino Oyakata-sama— Sabito mencionó con seriedad, creando un silencio donde todos dejaron sus ojos puestos en los pilares del agua.

Esfuerzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora