Esfuerzo.

Capítulo 10

-Narra la protagonista-

—¿El distrito rojo?— preguntó confundido Tanjiro, Zenitsu sonrió —ya sabes ¨ese¨ sitio... ¿no lo sabes?— el rostro del rubio se tornó rojo, tanto el pelirrojo como el enmascarado estaban confundidos, sonreí con ternura —verán, el distrito rojo es conocido como el lugar donde personas van a...— más no pude terminar de explicarles adecuadamente —¡escuchen!— Uzui había llamado nuestra atención, para posteriormente hacer una serie de movimientos que los denominaré: un baile improvisado —yo soy un dios, ustedes son desechos. Para empezar, métanse eso en la cabeza. Si digo que sean perros, eso serán. Si digo ¨monos¨ eso serán. Estén pendientes de mi humor en todo momento y esmérense adulándome— estaba incrédula por lo que estaba escuchando —lo diré otra vez, ¡soy un dios!— declaró con soberbia, por mi parte, comencé a reír.

Tanjiro alzó la mano mientras inflaba sus mejillas —¿el dios de qué, exactamente?— preguntó con genuina duda, tapé mi boca con mis manos para evitar que siguiera riendo —muy buena pregunta, tienes potencial— la cara de Zenitsu era todo un poema, provocando que fuese más difícil aguantar la risa, Uzui posó de manera vistosa —soy el dios de la extravagancia, el dios de los festivales— anunció —yo soy el rey de la montaña— anunció Inosuke con sumo orgullo —un placer, dios de los festivales— prosiguió —¿qué estás diciendo?, me das escalofríos— pronunció el peliblanco con desdén, fruncí el ceño —puedo constatar que Hashibira-sama es el rey de la montaña, por el contrario de usted quien sólo tiene pinta de bufón— comenté de la misma forma que el pilar había hablado, Tanjiro me jaló de la manga de mi haori —no creo que debas hablarle así a un dios— susurró de manera inocente, suspiré, no podía enojarme con él, por el contrario de Inosuke, que quería lanzarse contra el pilar.

—Hashibira-sama, no debe de tomar en serio las palabras de Tengen-sama— sonreí mientras daba algunas palmadas en su hombro.

El peliblanco suspiró —no hay tiempo que perder, vamos. Síganme— no dijo nada más antes de salir disparado, levantando una gran nube de polvo —¿desapareció?— Zenitsu fue el primero en hablar, escuchó pasos al frente, por lo que apuntó en la dirección que el pilar corrió —¡qué velocidad!, está muy lejos... ya parece un grano de sésamo— Zenitsu es bastante gracioso cuando menos lo intenta, Inosuke estaba pasmado —¿este es el poder del dios de los festivales?— reí al escucharlo —no. Se trata de Uzui Tengen-sama, un pilar— expliqué, Zenitsu reaccionó —¡hay que seguirlo!— dicho esto comenzó a correr mientras jalaba a Tanjiro y eran seguidos por Inosuke.

—¡Tengan mucho cuidado!— gritaron al unísono las niñas, yo sacudí mi mano —¡luego les enviaré dulces!— dicho esto, seguí a paso tranquilo, quedándome atrás de los chicos, no había necesidad de apresurarme, conocía el camino.

(...)

Inosuke jaló mi haori de manera discreta, estábamos esperando que llegara nuestro transporte, así que giré para prestarle atención, acción que me permitió observar como se aferraba a los extremos de mi ropa —¿sucede algo, Hashibira-sama?— pregunté curiosa, su cuerpo se tensó, ¿le dolerá algo? —¿Hashibira... sama?— en medio de mi cuestionamiento, el chico rodeó mi torso con sus brazos, hundió su cara en mi pecho —no vuelvas a dormir durante tanto tiempo... pensé que ya no despertarías— su voz salió casi en un susurro, sentí como si me apachurraran el corazón, lo abracé con fuerza —yo seguiré estando aquí, para usted, recuerde que aún no me lleva a la cima de la montaña que es rey— sonreí con dulzura, sentí como Inosuke asentía —perdón por preocuparlo, espero que no se haya decepcionado por mi debilidad— dicho esto, él se separó, se acomodó su máscara —¡por el contrario, me motivé a entrenar lo suficiente para entonces yo protegerte!, como soy el rey de la montaña, debo de ser el más fuerte, sino, ¿cómo podría proteger a mis súbditos?— sonreí, era realmente tierno —entonces, como su súbdita, le ayudaré, oh, señor rey de la montaña— aclaré.