Capítulo 06

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-Narrador omnisciente-

Su desesperación por ser el más fuerte careció de sentido el día en que perdió a quien juró proteger...— Akaza no dimensionaba lo atrayente que era la voz de la joven —pero no fue su culpa— ni el efecto que ella tenía provocaba en lo más profundo de su ser; Shun tosió, escupiendo más sangre —es... imposible que usted encuentre el lirio de araña azul porque... solo es capaz de florecer bajo la luz del sol...— pese a su dificultad para respirar, logró hablar lo suficientemente claro, el pelirosa quedó en shock.

¿Un cazador, le estaba mostrando compasión?, ella, siendo un pilar, ¿estaba preocupada por un demonio?, y no cualquier demonio, sino de una luna creciente.

¿Por qué...?

¿Por qué alguien como ella, estaba siendo tan atenta con el enemigo que la lastimó tanto?

Se avecinaba un torbellino dentro el pecho del pelirosa, aquellos sentimientos que creyó muertos, perdidos junto con su humanidad, regresan a él, regresan al presente, abrumándolo aún más.

Rengoku reafirmó su agarre en el brazo del pelirosa —ya no hables, vamos... ¡vamos a...!— la joven sonrió —Kyojuro...— le llamó, el rubio estaba absorto, por primera vez en mucho tiempo tuvo miedo, genuino terror de no ser lo suficientemente fuerte —la razón por la que vine... fue... fue para protegerte...— su voz era suave, poco más fuerte que un susurro —mi vida terminó el día en que cambié... si los vestigios que persisten... permiten darle al fin un descanso al alma de Akaza-dono... entonces... por favor... Kyojuro...— pese a no ver la reacción del rubio, Shun la pudo intuir al sentir en su cuello como el temblor de la katana aumentó. 

El sol hizo acto de presencia, se asomaba de manera lenta desde el horizonte, el alba hizo volver en sí a la luna creciente, quien comenzó a ejercer fuerza para zafarse del agarre de ambos pilares, los quejidos de la joven le preocuparon lo suficiente para detenerse.

Ese pequeño gesto fue suficiente para conmover a Shun, quien, pese a su dolor y de la preocupante cantidad de sangre que perdió gracias a la profundidad de sus heridas, sonrió. Para ella ya había ganado al conseguir lo que se propuso desde el momento en que perdió a quien iba a ser su mentora, Kanae. Ella pudo salvar a Kyojuro, de fallecer a manos de la luna superior número tres, Akaza.

Papá... Mamá... Hinaki... Nichika... Kiriya... Kuina... Kanata... yo... quiero que sepan que los amo desde lo más profundo de mi corazón— recitó en sus pensamientos la joven, la luz del sol se abría paso por el cielo, iluminando cada vez más el lugar —¡suéltame!— gritó con desesperación la luna creciente —¡no te dejaré ir!— exclamó Kyojuro , Tanjiro entonces reaccionó, como pudo, empuñó su katana para comenzar a correr de manera torpe debido a sus heridas —Inosuke, Zenitsu, ¡muévanse!— les llamó a sus compañeros —¡si no apoyamos a ninguno ahora, ¡será muy tarde!— exclamó con fervor mientras corría sujetándose la herida en su vientre —respiración del rayo, primera postura: destello del relámpago— el rubio, quien era el que estaba más ileso salió disparado —respiración de la bestia... ¡primer colmillo, perforación!— exclamó el joven cabeza de jabalí, siguiendo al rubio.

Akaza estaba siendo acorralado, así que optó por la opción más sentada que se le pudo haber ocurrido en el momento, hizo uso de sus afilados colmillos para romper la hoja de la katana de Rengoku, la cual usó de manera desmedida para cortar sus brazos, más no midió la fuerza que aplicó, logrando llevarse también las manos de la joven, aprovechándose del shock, el pelirosa lanzó una ráfaga de aire de una patada para alejar a los demás cazadores que venían por él.

Sin previo aviso, se adentró al bosque que comenzaba a sus espaldas, siendo perseguido por Inosuke, quien fue el primero en reaccionar, Tanjiro le siguió como pudo por sus heridas. Zenitsu comenzaba a hiperventilarse, el ritmo con el que latía el corazón de Shun disminuyó considerablemente, al observar con más detenimiento las heridas de la chica inevitablemente pensó lo peor. Kyojuro la sostuvo contra su pecho con suavidad, sus manos estaban temblando.

Esfuerzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora