Se cree que en la corta existencia humana, todo puede ser posible. Sin embargo, cuando se trata de la muerte, nadie se salva. ¿Qué pasa si se desea traer a alguien de vuelta y restaurar cada aspecto de sí, sin ninguna consecuencia? Quizá solo sea un simple deseo de perpetuar su recuerdo.
En cualquier caso, ¿Cuál sería el propósito? No sería más que un acto de egoísmo y desesperación, una tonta fantasía.
Esta chica se encontraba entre el pequeño grupo de personas que reflexionaba sobre eso; la mayoría se aferraba a la idea de que todo problema tenía solución. Sin embargo, cuanto más pensaba en ello, menos era su convicción. Quizás los demás tenían razón, pero en su caso, no había nada que se pudiera hacer. Tenía envidia de ellos.
Por desgracia, sus padres murieron diez años atrás. Cuando era solo una niña de siete. Ella presenció su muerte. No murieron por causas naturales como muchos hubieran preferido; podría ser más fácil superarlo de aquella forma. Pero irónicamente, fueron asesinados por las mismas personas para las que ahora trabaja.
Una organización tan peligrosa que era prácticamente imposible entender su verdadera magnitud. A simple vista, parecía bastante común, pero escondía secretos que ella nunca habría imaginado. En resumen, se trataba de una gran mafia.
La obligaron a formar parte de ella. Le dieron entrenamiento y la moldearon a su gusto; sin dudas era una herramienta para matar. Le enseñaron a usar diferente tipo de armamento, la programaron para ello, y claro, para nunca fallar.
Con el paso de los años, eso se volvió su religión, el aire que respiraba, y pronto se convirtió en una de las mejores de su clase.
Existía una clara razón por la que seguía trabajando para ellos; al ser anexada, se aseguraron de que entendiera una ley no escrita: una vez que estás dentro, no se te permite desertar, y si lo haces, ellos se encargarán de que no abras la boca nunca más. Era una cárcel sin derecho a libertad condicional, cadena perpetua con beneficios incluidos y sin boleto de salida. Siempre estarías atrapado en su asfixiante abrazo.
Aún así, ella buscaba su venganza.
Al inicio le dijeron repetidas veces que no podía relacionarse con nadie de fuera. Si no quería que les pasase algo como lo de sus padres. Tenían total control sobre ella.
Era un grave problema conocer las debilidades de los miembros de la organización, debido a las relaciones personales, incluidas dentro de la misma mafia en muchos casos. Se consideraba una debilidad para los soldados. Un obstáculo para el pensamiento objetivo, y herramientas clave de manipulación.Observar el asesinato de sus padres fue el motivo suficiente para que los mandos superiores se arriesgaran a que ella tuviera intenciones de revelar información de esa noche.
Entonces no tenía otra opción más que obedecer. No le quedaba nada, ni siquiera algo para preocuparse u ocuparse. Si hacía algo mal, podían llegar a matarla. Desafortunadamente, era solo una niña sin posibilidades.
Fue así que se la llevaron, no podría ser secuestro si no perteneces a nadie.
En caso de abandonarla a su suerte, ¿Quién le haría caso a una niña huérfana y sucia? La policía la habría llevado a un orfanato. La mayoría de movimientos delictivos en la ciudad estaban vinculados a la organización. Ellos borrarían todo.La niña no sabía que la organización tenía un proyecto en práctica. "Reclutar" niños de cualquier edad para transformarlos en auténticas máquinas asesinas.
Su niñez fue en aquellas instalaciones infernales. Soportó cada una de las etapas de entrenamiento. Al cumplir los quince años, ganó suficiente mérito. Obtuvo el permiso para tomar sus primeras decisiones de su estilo de vida, la regla era informar todo movimiento a detalle. Cada miembro podía tomar la decisión de permanecer en las instalaciones o vivir fuera bajo monitoreo.
Convirtiéndose en adolescente , la curiosidad la consumió, llevándola a investigar su antigua vida.
Descubrió que tenía tíos; no los recordaba. Eran cercanos a su padre.
Eran un matrimonio pobre; se mudaban bastante desde que nació su único hijo.Arriesgó bastante al investigar, y más aún cuando decidió visitarlos.
Al conocerse y darse cuenta de quién era la persona que tocaba a su rechinante y descolorida puerta, sus perplejas caras decían mucho. Al principio la interrogaron, saber qué había sido de ella en esos años.
Les habló de unas mujeres de los barrios bajos que la habían encontrado, llevándola a un orfanato clandestino fuera de la ciudad. Debido a los malos tratos y los planes asquerosos destinados para los niños, una noche decidió escapar.El hombre, era un tío segundo arrastrando deudas de su difunto padre. De una forma u otra, ellos sabían de su existencia. Le mostraron fotos de pequeña con su familia.
Ella tomó una decisión. Se quedó a su cuidado con un objetivo. Tener una coartada. Una chica adolescente debe tener registros, pues es importante. Los miembros de la organización tenían una. La mayoría ingresaron al negocio siendo adultos, con familias muertas o desaparecidas. ¿Qué mejor que una vida más normal en una familia? No sabía cuán equivocada estaba.
Sus tíos pensaban que ella había muerto o peor. Jamás apareció.
Ella fue criada por una mafia.
La información reportada a la organización fue la falsificación de pertenencia a un orfanato pobre de la ciudad. Además de asistir al instituto.
En la actualidad, diez años después de la tragedia, pertenece al Instituto Alfa.
Vive en un pequeño edificio con sus tíos. Su buena reputación y rango, le daba ventaja para evitar que los superiores la monitorearan.Trabaja en el Sindicato de la Serpiente, Realiza saqueos, investigación, encargos del jefe, vigila personas, ejecuta órdenes de emergencia, hace trabajos en cubierto. Y, por supuesto, mata cuando se le ordena.
Pasó un entrenamiento físico, psicológico e intelectual. Una tortura. El Sindicato iba más allá que una simple mafia. Era una sociedad, un ejército completo, disperso por todo el planeta. Evidentemente, no eran los tipos buenos. Unas fuerzas especiales que hacían negocios turbios.
La apariencia física nunca fue un aspecto relevante, por lo que ser halagada nunca significó nada en su trabajo.
Muy pocos se atrevían a dirigirse a ella a menos que ella misma lo hiciera primero. Su cargo oficial era Comandante.
Max era su nombre. El verdadero no se le permitía decirlo ni contarlo, ni siquiera recordarlo. Fue entrenada para evitar cualquier detonante que la afectara. Eso dejó su cuerpo con variedad de cicatrices. Entrenó duro, llegando al punto en que ya no eran capaces de agregar ninguna más.
Era inevitable pensar en la posibilidad de que todo aquello cambiara.
Advertencia: Está historia no está basada en lugares ni en idiomas de la realidad, todo es ficción.
Voten 🌟
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CRUELDAD Y REDENCIÓN
Teen FictionMax, una chica de 17 años, lucha día con día en un mundo donde su temperamento y su agresividad funcionan como su escudo contra su pasado turbulento. Obligada a la vida en la mafia tras la muerte de sus padres, Max se convierte en una criminal, temi...