Culpa.

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Capítulo 4: Culpa.




Sasuke.



Estoy cansado de toda la aura oscura que rodea mi vida. Lidiar con mi mamá no era tan malo, ella era buena pero... desde que empezó a salir con Routsa, parecía estar poseída.

Él era el tipo de persona que cuando tenía un mal día lo pagaba con la pimera persona que tenía delante, aporreándola, insultándola... Matándola lentamente. Y siempre era yo. Por mucho que intentase escapar solo yo era su objetivo. Y, aunque normalmente intentaba que mi madre no estuviese delante, durante el último año ya le daba igual. No es como si ella hiciese algo para protegerme...

Y bueno, Itachi era.... Itachi. En sus buenos momentos -esos que tanto escaseaban- solía venir a hablar conmigo, a contarme como era la Universidad y lo genial que le estaba yendo todo, pero en sus malos momentos, solo estaba allí sin más.



Antes era todo malo, e incluso llegué a pensar que no podía empeorar. Pero lo hizo, mucho.

Mi madre, aconsejada por Routsa, me había jobligado entre voces y golpes a ir a un grupo de apoyo. Y yo no me hqbía podido negar, porque al fin y al cabo todo era mi culpa.



Era lo menos que podía hacer.



Las marcas en mi piel demostraban lo que significaba vivir con la culpa pesando sobre tus hombros. Todos esos cortes en mi piel, desde los balncos y cicatrizados hasta los rojos y recién hecjos, mostrraban como me estaba consumiendo.

Los gritos como: Tienes que ser un verdadero hombre" "Todo siempre será tu culpa" "A veves pienso que no deberías haber nacido"; por parte de Routsa era una de las cosas más dolorosas del día a día, y que mi madre solo estuviese allí parada, escuchándo como me destruía y sin hacer nada para protegerme, solo lo empeoraba.



Era una carga para mi familia, para el mundo, y especialmente, para mi mismo.



Y no, ni tan siquiera lanestúpida terapia a la que Routsa me obligaban a ir, por supuesto siempre asegurando que era por el bien de mi mamá o similares, me ayudaban a sacar al exterior todo lo roto que estaba. Toda la culpa que cargaba.



Dejé de luchar por ser todo aquello que deseaba, abandoné mis sueños y metas. Dejé de sentirme vivo. Solo resoiraba. Dentro. Fuera.bya está. Eso era todo, como si fuese un robot.



Quería vivir.



Pero no me estaba permitido. Entonces, solo me quedaba morir. Pero tampoco podía, porque, ¿Qué reputación tendría la familia Uchiha si uno de sus miembros se suicidase?.



Por ende, solo quedaba lescionarme a mi mismo. Era lo más cerca a morir que podía alcanzar, y, por otra irónica parte, al rajar mi piel y ver como la sangre fluía, me otorgaba sentirme vivo durante unos minutos.



"Y si algún día se me va de las manos y voy demasiado lejos, más allá del 'qué pensará la gente', todo el mundo estaría mejor sin mi. Sus vidas mejorarían sin la carga que yo era."



De todas formas, desde hace tiempo ya que había dejado de ser el mismo; Me miraba al espejo y no podía ni reconocerme a mi mismo. Solo era eso, un reflejo, y sentía que no conocía a la persona.



Mis ojos se habían vuelto aún más oscurosny fríos, mi cabello era de un azul noche y había perdido fortaleza porque ahora se me caía mucho. Intentaba mantener a todo el mundo lejos de mi para que no supiesen la mierda que cargaba sobre mis hombros y me solía limitar a un saludo y poco más. Mi poco sentido del humor había desaparecido sin dejar rastro alguno. Me costaba levantarme de la cama y afrontar el nuevo día que se me presentaba, me costaba caminar pesadamente porque tampoco tenía sentido fijo.



Siempre intentaba ser un fantasma, un segundo plano invisible.



Sin hacer riodo.

Sin dejar rastro.



Era como si no existiese. Mi mente siempre me lo repetía.



Mi mayor problema era yo mismo y mi mente.



Aquella que me obligaba y empujaba.



"¿Tan difícil sería encontrar a alguien que me quisiese?"



Unidos por los problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora