Viaje.

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Capítulo 8: Viaje.


Sasuke.


"Tú también te rechazas a tí mismo"- Se recordaba, pensando y pensando. No podía apartar la mirada de Naruto desde el inicio del día, y tan solo quedaban diez minutos para terminar. ¿Por qué ese chico conseguía tenerlo tan ensimismado, cuando él era el primero que deseaba escapar? ¿Cómo, cuando solo quería volverse invisible en su maldita silla verde con tornillos odiosos?

Naruto se volvió hacía él, y sonrió. Él sonrió de vuelta, sin saber exactamente porqué. Solo sabía que su sonrisa le hacía a él sonreír. No quería sonreír, quería dañarse.

Él nunca había sido sociable, siempre se le habían dado mal las personas, sobretodo cuando su vida cayó empicado y nadie estaba allí para sacarlo del precipio negro llamado depresión y culpa. Bien, él podía vivir con eso. ¿Nadie lo quería? Él tampoco quería a nadie, ni a si mismo.

Cuando volvió en sí, la campana ya había sonado; sus compañeros salieron disparados, correteando y gritando que por fin eran libres. No tenían ni idea de lo que era estar verdaderamente enjaulado; en ti mismo o en el exterior. Se quedó él y dos más recogiendo para marcharse. Naruto también estaba allí.

Cuando lo vio cruzar la puerta, se dió toda la prisa que pudo para conseguir seguirlo. Suspiró con alivio cuando vió que todavía no se había alejado lo suficiente y que si corría un poco, podía seguirlo a una distancia prudente.

"Dios mío, ¿desde cuando me he convertido en un acosador suicida?"- Rió con toda la ironía del mundo plasmada en ese pensamiento.

Sus piernas entumecidas y adoloridas por los cortes no pudieron ir a un ritmo rápido, pero aún así lo intentó.

No podía perder de vista aquella cabellera rubia, y ni él mismo sabía porqué exactamente.

"¿Por qué está dando tanta vuelta, el dobe? ¿No sabe que para ir al 'centro', solo hay que ir resto?".- Habían dado una vuelta grandísima, girando para acá y para allá, sin ir a ningún lugar fijo.- ¿Qué pasa con él?.

Siguió espiándolo desde lejos, como todo un auténtico stalker.

"Quizá ni siquiera vaya allí y yo esté metiendome donde ni me llaman."- Se dió la vuelta, renunciando a fingir que tenían que ir al mismo lugar para poder hablar con él, (¿qué plan tan absurdo, no?), y dió un paso en dirección contraria. Pero entonces, pasó.

-¿Me estás siguiendo?- El rubio se dió la vuelta de golpe, y si bien Sasuke no era vergonzoso, quería que ese momento la tierra se lo tragara sin dudar. No tenía donde esconderse, ni una excusa concluente para poner. Solo tenía que quedar como un estúpido psicópata.

"Tampoco es lo peor que me han dicho".

Las ganas de coger la cuchilla que se encontraba en el bolsillo interior de su mochilo lo golpearon tan fuerte, que tuvo que tomar toda su fuerza de voluntad para no hacerlo realmente.

-¿Perdón?- Su tono era frío y seco, como siempre, pero en sus mejillas, quizá y solo quizá, se notaba cierto sonrojo.

-¿Me estás siguiendo?- Volvió a preguntar Naruto, con una sonrisa extraña en su rostro. Sasuke intentó no volverse a perder en sus ojos. ¿Cómo podían ser tan azules? ¿Lo veía todo igual que él o quizá más azul?

"¿Soy tonto o qué me pasa?"

Su boca se secó. Pasó las manos por detrás, para que nada se viera, y se pellizcó fuertemente la muñeca, intentando tranquilizarse. El dolor lo tranquilizaba y lo volvía a la realidad. Era como... su escape. Secreto y oscuro.

Unidos por los problemas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora