No entendía por qué razón estaba ahí, parado frente a la puerta del departamento donde se supone, estaría Tony. Había roto una regla principal del cielo: "no te acerques a los demonios"
Aún había tiempo para arrepentirse. Aún no había tocado el timbre y podía irse sin ningún problema. Pero sus piernas no se movían. Sus manos tampoco. Estaba paralizado.
Escuchó voces dentro del departamento. Una voz que se le hizo muy conocida. Y justo en ese momento abrieron la puerta.
Se quedó aún más paralizado al ver a aquel hombre frente a él. Cabello negro largo y ojos esmeralda penetrantes.
-¿Loki?-
-¿Rogers?-
Ambos hablaron a la misma vez. Detrás de Loki se pudo ver una cabeza asomándose. Tony. Su mirada parecía confundida y buscaba una explicación.
El pelinegro tomó fuertemente el brazo de Steve y lo arrastró dentro del departamento. Cerró la puerta con fuerza.
Loki era un dios. Uno muy importante para el equilibrio. Y era el amante de Thor, aunque eso solo lo sabían Steve y Tony. Steve sabía que Loki lo regañaría.
-¿Qué carajos estás haciendo aquí Rogers?- preguntó molesto el dios.
-Yo solo...- casi no podía articular palabras.
Estaba nervioso. Podían matarlo si se enteraban los demás dioses. Aunque eso ya lo sabía antes de llegar al departamento.
-Loki, no digas nada por favor- intervino Tony.
Loki lo miró con fastidio y luego volvió su mirada a Steve. Suspiró frustrado y asintió.
-No diré nada. Pero Thor sabe cuándo oculto algo. Así que prepárate para que te llame- dijo y luego desapareció.
Steve en ese momento sintió la presión irse de su cuerpo. Estaba un poco más aliviado. Pero a la vez seguía inseguro. ¿Que estaba haciendo en ese lugar de todos modos?
-Ya angelito. Loki no dirá nada- habló Tony.
Steve aún no lo miraba. Tony se molestó por eso.
-¿Que estás haciendo aquí?- preguntó el demonio.
El angel lo miró extrañado. Ahí se dió cuenta de sus vestimentas. Solo una camisa larga y blanca y apostaba que no llevaba ropa interior. Se sonrojó ante eso.
-Me dijiste que podía venir- dijo bajito el rubio.
-Eres un pecador- se burló el castaño.
Steve fijo su miraba en los labios del más bajo. Se acercó lentamente y lo tomó de los hombros. Besó esos carnosos labios que inconscientemente desde que los vio quiso besarlos. Tony se separó del beso con una risa.
-Me prendiste la llama. Vas a pecar hoy angelito- El demonio agarró el cuello del ángel.
-No se que clase de hechizo me echaste. Pero si voy a pecar que sea contigo- Habló Steve.
Él mismo se sorprendió de sus palabras. ¿En serio había dicho eso?
Tony lo empujó rápidamente al sofá. Se sentó en sus piernas y agarró sus hombros.
Los ojos del íncubo se tornaron de un color rojizo y sus colmillos salieron un poco. Tony comenzó a besarlo. Un beso profundo y apasionado. Steve tímidamente coloca sus manos en la cintura del menor.
Sabía lo básico por lo que había visto en los humanos. Pero aún así no sabía todo.
Tony comenzó a frotarse contra la entrepierna de Steve, provocando que este jadeara. Comprobó que efectivamente, no tenía ropa interior. Una deliciosa fricción que Steve por instinto también siguió.
ESTÁS LEYENDO
Cayendo en el pecado
FantasyCuando decides romper las reglas aunque tú vida esté en peligro.