06

36 4 0
                                    

Al llegar al palacio de Thor fue corriendo rápidamente a su habitación. Ni siquiera preguntó si podía pasar. Ni siquiera le importó si alguien lo veía m

Al estar frente a la puerta la tocó desesperadamente. No había tiempo que perder. Debía saber si se podía revertir.

Thor tardó unos minutos en abrir. Steve estaba muy nervioso.

-Steve, ya te dije que no te desespe...- pero dejó de hablar al ver las alas de Steve.

La expresión del Dios era de puro horror. Las alas completamente negras de Steve ya no tenían cura. Thor lo sabía y sabía que Steve también. Steve había caído en el mayor pecado que podía existir: enamorarse de un demonio.

-Por favor, dime qué tiene cura- habló rápidamente Steve, esperando una respuesta positiva.

Thor salió de su trance y metió a Steve a la habitación. Comenzó a caminar en círculos murmurando varias cosas inentendibles. Steve lo miró preocupado.

-Debiste hacerme caso. Debiste parar- lo oyó decir.

-Lo sé- susurró arrepentido.

Él sabía que Thor tenía razón. Si se hubiese detenido, no se habría enamorado de Tony, no hubiera pecado tantas veces, no hubiera bajado al infierno. Estaba podrido por dentro.

-Tus alas ya no tienen cura Steve. Ni yo, ni ningún otro dios puede devolverte a la normalidad- mencionó Thor.

Steve se asustó. ¿Eso significaba que lo castigarían? ¿Que tan grande sería el castigo? No eran dos ni tres plumas, eran sus alas enteras las que estaban tornadas de negro.

A su mente vino la imagen de Tony. ¿Sería capaz de soportar el castigo por él? ¿Siquiera Tony estaría preocupado?

-Pero te podría esconder aquí- habló Thor.

Steve lo miró sorprendido. ¿Thor sería capaz de romper las reglas por él?

-No puedo dejar que te maten. Eres como mi hijo- dijo sentandose en la cama.

Esas palabras llegaron al corazón de Steven. Thor lo veía como un hijo, y aceptó sus pecados sin importarle, como un padre. Sintió ganas de llorar. No podía dejar que Thor se sacrificara por su culpa.

-No estoy de acuerdo- dijo por fin.

-¿Que?- preguntó confundido el Dios.

-No me puedes esconder. No puedo dejar que tú reputación se dañe. Aceptaré el castigo, sea cuál sea- habló decidido.

-¿Sabes cuál será tu castigo? Te cortarán las alas y te mandarán al mundo humano. ¿Y sabes que pasará? Morirás en tres días por falta de energía vital, quizá mueras en dos días.- mencionó preocupado el mayor.

-Estoy dispuesto- dijo Steve.

Al menos vería a Tony antes de morir. Le diría otra vez sus sentimientos y se despediría apropiadamente.

-No- dijo Thor.

-Lo haré- y Steve salió de la habitación.

-¡No Steve!- oyó los gritos de Thor pero no se detuvo.

Caminó por todo el palacio, ignorando los gritos de Thor, los cuales se quedaron atrás. Llegó a la puerta principal.

-¿En serio lo harás?- preguntó Loki, quien estaba parado en la puerta principal.

-Es lo único que queda por hacer- dijo el rubio.

Él ojiesmeralda suspiró y se apartó de la puerta. Steve se dirigió a ella y la abrió.

Todos los ángeles que pasaban cerca lo vieron aterrorizados. Los guardias se lo llevaron directo a su castigo. Cortarían sus alas y nadie podría evitarlo.

 Cortarían sus alas y nadie podría evitarlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Esto es mi culpa- habló el dios rubio.

-No lo es- negó el pelinegro.

-Sí tan solo se lo hubiera prohibido. Si hubiera sido más duro con él- el rubio jaló sus cabellos en su momento de desesperación. -Ya no sé que hacer para salvarlo-

-Él así lo decidió. Déjalo hacerce responsable de sus actos Thor- dijo Loki

-Pero-

-Pero nada- calló al mayor. -Ya todo está hecho, el daño está hecho. No puedes hacer nada-

 No puedes hacer nada-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cayendo en el pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora