07.

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Solo unos pocos minutos habían pasado desde que se lo llevaron. Minutos en los que Steve había permanecido en silencio.

Lo llevaron al centro de una plaza en el cielo. Ataron sus brazos a unas cadenas. Ahora la pregunta ¿Eso hacen los ángeles? Si, lo hacen.

Muchos ángeles se iban reuniendo alrededor de la plaza. Todos con expresiones de terror en sus rostros.

Los encargados de su ejecución alzaron sus alas. Steve las dejó fijas en el aire. Si iban a cortarlas que lo hicieran de una vez.

-¡Esta abominación está repleta de pecados!- exclamó uno.

-¡No sabemos que clase de pecados a cometido! Dinos angel corrompido, ¿cuáles son tus pecados?- preguntó otro.

Steve lo miró y sonrió. Así que de eso se trataba. Era una demostración al público para que no cometieran pecado.

-Me enamoré de un demonio, un íncubo- dijo el rubio tranquilamente.

Todo el público exclamó aterrado. Los ángeles encargados pusieron una expresión de horror y asco.

-¡¿Cómo te atreves?! ¡Arrepiéntete!- gritó uno de ellos.

-No me arrepiento de nada- volvió a hablar Steve.

-Entonces no nos queda de otra-

Los ángeles encargados se colocaron a espaldas de Steve. Él no podía ver qué hacían.

Uno de los ángeles tomó un cuchillo y lo acercó al ala derecha, justo en la parte de las cubiertas medias. De un solo golpe cortó brutalmente el ala. El rubio gritó de dolor.

El otro ángel hizo lo mismo, solo que esta vez lo fue haciendo poco a poco. El dolor era mucho más potente de esa forma. Lágrimas de dolor se escaparon de los ojos de Steve. Después de unos segundos, sus alas se hallaban en el suelo, completamente negras.

Steve se calmó. Después de un rato, el dolor había sido reemplazado con incomodidad.

-¡Esto es lo que pasa cuando pecas!- gritó uno de los ángeles encargados.

Steve cerró los ojos. Ahora vendría lo peor. Lo desecharían al mundo humano como si fuera basura. Y sin sus alas no podría sobrevivir tanto tiempo allá.

Una imagen se cruzó por su mente. La imagen de Tony. Tony...

Él quería verlo antes de morir. Era su único deseo en esos momentos.

-Y ahora es tiempo de que te marches- habló un ángel y abrió un portal.

Entre los dos encargados llevaron a Steve y lo tiraron por el portal. Steve cayó inconsciente.

Despertó en un lugar oscuro

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Despertó en un lugar oscuro. Su cabeza dolía. La falta de energía vital le estaba afectando, iba más rápido de lo que creía.

Cuando pudo ver bien, notó que estaba en un callejón. Trató de levantarse pero volvió a caer. Intentó otra vez con ayuda de un bote de basura que había a su lado. Esta vez lo consiguió.

Cuando logró un equilibrio comenzó a caminar fuera del callejón. No sabía en qué parte de la tierra estaba.

Ya estando fuera logró ver el edificio donde Tony vivía en la siguiente cuadra. Se sintió un poco aliviado por eso. ¡Ja! Lo habían mandado muy cerca de su amor.

Caminó lentamente hacia el edificio. Subió hasta el piso de Tony y tocó la puerta. Segundos después el castaño salió.

-¡Steve! ¡Por Satán! ¿¡Que te pasó!?- preguntó preocupado al ver las condiciones de el rubio.

-¿Puedo pasar?-

-¡Claro!-

Tony ayudó a Steve a llegar al sofá. Este el pegar su espalda con el sofá gruñó de incomodidad.

-¿Pasa algo?- preguntó preocupado el demonio dejando salir su verdadero ser.

Steve negó con la cabeza pero Tony no le creyó. Se acercó al ángel y lo hizo echarse hacia delante. Tocó con brusquedad la espalda del ángel y este gritó del dolor.

-¡Lo sabía!-

Pero realmente no lo sabía. Cuando subió la camisa del ángel para ver qué le incomodaba se llevó una sorpresa. Quedó en shock al ver que el ángel, ya no era un ángel.

-Steve...- comenzó a hablar pero calló.

-Sí, dilo. No tengo alas- habló el rubio.

El demonio agarró las mejillas del ángel y lo besó. Steve soltó un gemido lastimero. Tony se separó rápidamente de él.

-Tu... Tu energía vital ha bajado- dijo el castaño.

-Ahora soy prácticamente humano- explicó Steve.

Tony se alejó de él y comenzó a dar vueltas por la sala pensando en algo. Luego volteó a verlo con una expresión preocupada y habló.

-Steve, quiero romper nuestro pacto-

-Steve, quiero romper nuestro pacto-

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Cayendo en el pecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora