Grito con el mayor desespero que pudiese imaginar sentir mientras aquel cuerpo débil, helado y sin vida estaba entre sus brazos, viendo cómo había perdido a su amor.
Si solamente hubiera ido al primer llamado, probablemente no hubiera hecho que Valeria aguantara tanto dolor solo para despedirse, era lo que se repetía por su mente.Simón no podía entender, cómo de un día para el otro la había perdido para siempre, perdió a su otra mitad, a su razón para ser feliz. Alzó su cuerpo rogando que esto fuera una mentira, que fuera una pesadilla mientras escondía su rostro, llorando sin control en su pecho pidiendo que esta reaccionará de la nada y lo abrazara para consolarlo, pero como era obvio, eso no pasó.
Él se negaba rotundamente a que Valeria hubiera muerto, su cuerpo y mente presentaban tantas emociones y sentimientos a la vez que ni siquiera podía mantenerse de pie, a la esquina de aquel quirófano donde estaba viviendo aquella pesadilla se abrazó a sí mismo, llorando y negándose mientras cada vez que levantaba la mirada veía como el cuerpo de Valeria estaba tan lastimado, sin aquel brillo que siempre tenía, deseando y rogándole a todo lo que tuviese que rogarle que eso acabará ya.
Pasaron horas, y los demás al ver que Simón nunca salía, tuvieron que entrar y sacarlo del quirófano ya que necesitaban retirar el cuerpo.
Simon gritó y cayó de rodillas llorando preguntándose ¿Por qué a mi? ¿Por qué a ella? Estaba jurando venganza en lo más interno de su ser, el dolor lo consumía vivo e intentaba calmarse, intentaba tratar de dejar de llorar al menos por unas simples horas, pero nunca se vería capaz. No se veía sin Valeria, no pensaba estar sin ella.
Intentó tranquilizarse pero aun soltando sollozos y lágrimas salió de esa sala, viendo como todos se quedaban mirando como estaba transcurriendo todo, alzó a Rose y la miró intentando fingir una sonrisa.
──¿Mi Florcita, vos no te lastimaste verdad? ¿Estás bien?─ Rose solamente negó, dando por entendido que estaba bien, se quedó sentada junto a él en la sala de urgencia esperando a que llegara la familia de Valeria y los servicios fúnebres, las manos de Simón temblaban, a los pocos minutos la familia de Valeria entró, y miraron a Simón.
──Decime qué mi hija está bien, Simón, por favor. ¿Ella está bien verdad?─ Dijo en un claro tono de desespero Cielo, la madre de Valeria, Simón intentó hablar pero no podía porque las lágrimas corrían por sus ojos, el desespero de Cielo aumento, haciendo que tomara con fuerza sus hombros para que este hablara pero Simón solo lloraba, lloraba demostrando lo mal que estaba en ese momento.
──Ella,...Ella no lo soporto, no soporto el impacto y su cuerpo tuvo muchas fracturas y hemorragias internas, intentaron salvarla pero los servicios de emergencia tardaron demasiado en llegar y el tiempo de oro pasó...Perdón, enserio perdónenme─ Habló en completo dolor, llorando sin algún tipo de consuelo mientras se arrodillaba ante los padres de Valeria rogando por perdón, suplicando ya que pensaba que si él la hubiese atendido eso nunca hubiera pasado, nunca la habría perdido, Cielo cayo de rodillas ante todos, llorando y negándose mientras sentía como le faltaba aire.
Nicolás y Paz, el padre y la hermana de Valeria se vieron entre ellos, llorando e igualmente negándose, era una noticia que poco a poco iba a invadir familias enteras de dolor, no podía nadie aceptar aquella trágica noticia, tan aterradora, el pensar como en la mañana cualquiera tuvo contacto con ella, hablaron como si nada, y dejando cosas para tiempo después. Asegurando como si existiese un mañana más para Valeria.
Nadie quería alargar aquel dolor, por lo que el funeral fue bastante rápido, y estaba bastante lleno de amigos y familiares. Los amigos más cercanos de Simon y Valeria, Thiago Bedoya Agüero y Marianella Tallarico Rinaldi. Se conocían desde mucho antes que la relación de Simón y Valeria iniciara, se conocían desde que estaban en la preadolescencia.
Llegaron, y al momento de llegar y ver aquella escena donde estaban dando un último adiós a una persona tan joven, y no solamente joven, llena de tantos sueños y metas por cumplir. Y esa persona siendo su amiga más cercana. Les dolía, y era un dolor que los destruía por dentro.
Al entrar, Marianella cayó de rodillas ante el ataúd, llorando, llorando mientras rogaba que eso fuera mentira. ¿Por qué a ella? Era la pregunta que se repetía cada segundo en su mente ¿Tenía que ser ella? Nadie estaba listo para su partida. Nadie está listo para la muerte, pero la muerte de Valeria fue un impacto en seco, una muerte que nadie hubiera imaginado y menos de esa manera.
Lloro mientras ahogaba sus ganas de gritar de la frustración de haberla perdido de esa manera, quería mantenerse fuerte y mostrarle apoyo a Simón, porque era el que peor lo estaba pasando.
Ahora, luego de aquel accidente, sería una huella que nunca se borraría en las vidas de todas las personas que la conocieran.
Simón, estuvo fuera del lugar la mayor parte del tiempo, solo con ver tantas flores fúnebres al lado de la foto de Valeria hacía que se rompiera. Estaba ocultando y evitando el duelo, aunque eso nunca lograría hacerlo.
Cuando la mayor parte de la gente se fue, dejaron en aquella sala solo a las personas que más convivían con Valeria.
Simón entró y el simple hecho de ver aquel lugar con el ambiente tan pesado y deprimente, sabiendo que no era una simple muerte más
Sabiendo que era de su persona amada y especial, lo hacía el doble de doloroso.Agacho su mirada y apretó sus labios cayendo de rodillas ante el ataud
──Perdoname, perdoname mi amor, perdoname que por mis estupideces te hice aguantar tanto dolor, perdóname por no poder protegerte, perdóname por no poder salvarte, perdóname por que tu tuviste que ser la que esté acá ahora y no yo, perdóname por no poder ayudarte, perdóname enserio mi amor. Perdóname─ Susurro llorando y cayendo todo su cuerpo ante el suelo y sosteniéndose con sus manos antes de caer por completo. Llorando y quedando adolorido mentalmente, pensando en cómo viviría después de eso, y tenía la respuesta ante eso.
No lo haría.
☆Nuevo capítulo, muy doloroso la verdad. Simón en ese estado me destruye y la reacción de Mar también. Me duele.
Espero que les haya gustado!!
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¿Puedo Vivir?
FanfictionValeria Gutierrez Bauer Inchausti ha sido un fantasma desde que murió hace 5 años. A través de proyecto de 49 días tiene la posibilidad de convertirse en humana. Simón Arrechavaleta es un cardiologo, quien después de la muerte de su esposa vivió co...