Capitulo 11: Esta vez no podes salvarme.

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Levantándose, soltó un vago gemido de dolor, sintiendo como su cabeza parecía estar a punto de ser partida en dos, la resaca era tan fuerte que incluso detrás de sus pupilas, ardía más que nunca, el dolor era tan fuerte que siquiera logró abrir los ojos para intentar despertar. Abriendo el cajón de al lado, busco sin mirar unas aspirinas de "Emergencia" tomándose una, sin agua o sin algún líquido, por lo que la simple acción de tomarla le generó un dolor insoportable, sintiendo que se desgarraba su ser en general.

Volvió a quedarse dormida, Y al momento de volver a levantarse, la aspirina ya había actuado un poco, por lo que el dolor seguía ahí, pero era soportable. Tomó su celular, miró la hora

12:45, era ¿Tarde? Pero aun así no pensaba levantarse, todo iba relativamente normal hasta que su vista se topó con la fecha, 4 de julio, le quedaban exactamente 14 días de vida, solo soltó un leve suspiro y se acomodo en la cama abrazándose a sí misma.

En su mente no dejaban de repetirse las palabras de Simón, se sentía tan débil, tan cansada. Y era extraño, ya que no era muy resistente al alcohol pero las resacas nunca le eran tan fuertes, y nunca sus problemas de corazón le eran tan fuertes al punto de necesitar ayuda médica.

Nunca su salud había sido tan débil

Y ahí lo noto, mientras menos días queden, peor se sentirá, mientras más se acerque aquella fecha de su muerte, más débil estaría su cuerpo.

Y es que era claro, estaba a punto de abandonarlo, y era una idea que le aterraba. ¿Cada día sentirse peor? ¿Tener una muerte lenta? Era un dolor increíble el que sentía solo ahora, y no quería pasar por ese proceso.

Pero aunque su cuerpo le rogaba por no levantarse de ahí, tenía que hablar con Mar y con Simón, si en cualquier momento volvería a perder la vida, no lo haría con rencores o que alguien se quedara odiando.

Se levantó, y como pudo llegó hasta el baño yéndose a duchar y luego cambiarse de ropa, si fuera posible, se iría en pijama. Tomando su celular vio miles de llamadas y mensajes, primero. Abrió los mensajes de Mar.

"¿Dónde estás? "

"Valeria, todos te están buscando como si no hubiera un mañana"

"¿Por qué desapareces de la nada?"

"Valeria, respóndeme"

Y sin querer leer los demás mensajes ya que su vista pesaba, salió del apartamento caminando bobamente que incluso se confundiría fácilmente con un borracho.

Pidió un taxi ya que no estaba de el mejor humor para ir en el transporte público, subió a el taxi y dio la dirección esperando a llegar.

Nada en ese día era agradable, ni ella, ni el clima ni las demás personas

Al llegar, pagó y bajó del auto. Entrando al local de Mar, y encontrándose sin alguien dentro del café, aprovechando que estaba sola. Mientras esperaba a Mar, miro todo el lugar y se encontró con el mural que hicieron años anteriores.

Llenos de fotos instantáneas de Simón, Thiago, Mar y ella, sonrió levemente al verlas mientras recordaba cada momento con exactitud. Sus pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar como la puerta se abría

──¡Mar!, ¿dónde estás?─ Escucho la voz al fondo del salón, una voz que reconoció al instante. Era Simón.

Se quedó abajo de una mesa esperando que no la viera, mientras Simón daba vueltas por todo el lugar buscando a Mar.

Al momento que Simón simplemente se recostó en la pared haciendo llamadas, suponiendo que de ¿Trabajo? Salió de su escondite e intentó caminar sin hacer ruido. Hasta que chocó con una de las mesas de el medio, y como costumbre maldijo casi al instante, por lo que Simón volteo de manera rápida, un tanto asustado hasta que vio quien era.

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