Capítulo 9

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Pov: Anna

Otro día cualquiera, me levanto gracias a mi alarma, y cuánto deseaba no poder pararme y solo hundirme en mi cama....existir.

Algo que me sorprendió fue escuchar que tocaban la puerta de mi cuarto. Nadie tocaba la puerta y con la única persona que comparto casa....es mi madre.

-¿Anna?- Se escucha la voz de mi mamá del otro lado. Sonaba un poco inquieta.

-¿Qué necesitas?- Me levante de la cama y comencé a cambiarme con mi típico conjunto, unos jeans holgados y una hoddie gris. Tenía que evitarla en todo momento, sabía que si tocaba a mi cuarto era para pedirme dinero.

-Cariño, ¿Podrías abrir la puerta? No me gusta hablar a la nada.- Se escucha ahora un poco molesta pero lo intenta disimular.

Rayos...

Me acerco a la puerta y por un segundo dudé si abrirla. No necesito ir hoy a la escuela, no tengo clase de química, puedo llegar tarde....

-¿Anna?- Escuchó a mi madre decir.

Respiro profundo y mis manos se dirigen a abrir la puerta. Me encuentro a mi madre descuidada como siempre, pálida y con los ojos rojos, llorosos.

-Me tengo que ir- Dije sin más. Pasando a su lado, sacando mis llaves y poniéndole cerrojo a mi cuarto.

-No necesitas poner eso...- Me dice con tono bajo.

Ya no soporto.

-¿Qué dijiste? ¡¿Qué no necesito ponerlo?!- Dije alzando la voz.

Mi madre se sorprendió a mi reacción. Pero solo miró hacia sus pies.

-Me voy- Me dirigía hacia la puerta de la casa, cuando sentí el brazo de mi madre en mi muñeca.

-Necesito dinero- Me dijo sin más.

Lo sabía, solo entabla conversación conmigo cuando quiere algo, y lo único que quiere de mi es dinero.

-Olvídalo- Le dije. Se veía desesperada, sus ojos me gritaban que me compadeciera, con la otra mano se estaba rascando el cuello, y pude ver que estaba más delgada que antes. Antes verla así me partía el corazón. Pero esa parte mía desapareció desde hace rato.

-Es....es que...no...no hay comida- Me dijo.

-¿Ahora quieres jugar a la madre o que?- le dije suspirando.

Ella solo me miró y me soltó.

Lo peor de todo era que tenía razón...no había comida, pero sabía que ella no iba a ser de buena madre y comprar comida.

-Iré después de clases, hoy es mi día libre..-Le dije cerrando la puerta en su cara.

Respire hondo. Miré hacia el cielo....intentando no llorar. Comoquiera duele que aquella persona...que tanto admirabas se haya roto y sea una persona totalmente diferente. El cielo se veía opaco, con diferentes tonos grises, iba a llover....

Vi el carro de Debbie justo a tiempo frente a mi casa y solo me dirigí hacia ella. Abrí la puerta sin decir más.

Debió de darse cuenta que me encontraba mal.

-¿Todo bien, Ann?- Volteé a verla y parecía preocupada.

Yo solo negué..

Ella comprendió a que me refería...y no dijo nada más hasta llegar a la preparatoria.



Después de la tormenta siempre hay un arcoíris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora