Capitulo 14

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Pov Anna

Me encontraba en medio de la banqueta, camino a mi trabajo. Pero en realidad no estaba ahí... mi cuerpo se movía en automático, pero mi mente era un sinfín de voces. No sabía que hacer, estaba mojada por la lluvia que empezó. Quería irme. No podía. No ahora. Tenía que aguantar más.

Tengo que trabajar. Tengo que trabajar. Tengo que trabajar.

Esa era la voz en mi cabeza que permanecía opacando todas las demás voces.

-¿Te encuentras bien Anna?- Apenas la escuché, no me había percatado de que me encontraba ya en mi trabajo.

-¿Anna?- Me hace un toquesito en el hombro y en ese instante reaccioné y me alejé.

Solo mostró las manos en forma de rendición.

-S...si..todo...todo bien- No sé cómo salieron esas palabras de mi boca.

Me dirigí a cambiarme el uniforme del trabajo y por lo mojada que se encontraba mi ropa, tuve que usar una diferente. Que dejaba al aire mis brazos y piernas.

-¿No tienes otro conjunto de ropa?- Le dije a mi jefe. Me sentía muy incómoda.

-Lo siento cariño, es lo que hay- Me dice recorriendo sus ojos por todo mi cuerpo. -Véte a trabajar.-

Que idiota.

Por lo menos el trabajo, el estar fuera de mi casa me hizo olvidar en momentos en que situación me encontraba. En mis 15 minutos de descanso me decidí hablar con Debbie.

-Anna, justo te iba a llamar hoy, vamos a una fiesta. Alice tiene amigas y dicen que habrá una super fiesta por la inauguración de los partidos de la preparatoria.- Me dice muy animada.

No respondí. Quería llorar. Quería contarle todo. No era el momento.

-¿Puedo quedarme a tu casa a dormir?- Dije con un nudo en la garganta.

-¡Por supuesto!- Me dice, sonaba muy sorprendida por mi respuesta. -Paso por ti cuando termines hoy.-

-Gracias Deb...tengo que irme.-

Y colgué. Creo que es el peor momento para ir de fiesta. Pero creo que también necesito algo con que despejar la mente. En mi mente no sonaba nada mal ponerme hasta el culo.





🫶🏻





Pov Max

Sábado cualquiera. Por primera vez en mi vida deseaba que fuera Lunes ya. Deseaba verla. No podía quitarme de la cabeza su cabello rojo, sus ojos verdes y esas pecas que se encontraban muy dispersas en su cara. Tenía que esperar.

Estaba con mi conjunto deportivo, ya que todos los sábados y domingos me iba a correr cerca de la cuadra. Tenía que conservar mi forma. Aunque no me considero ni una persona mamada, pero tampoco era un spaghetti.

-¡Me voy mamá, regreso en un rato!- Le dije a mi madre abriendo la puerta de la casa.

-¡Cuidado, va a llover!- Escuché la voz aguda de mi madre.

Me coloqué mis audífonos reproduciendo Smell like teen spirits de Nirvana. Y me dirigí a correr.

El día se encontraba nublado, mi mamá tenía razón de seguro en algún momento va a llover. No me importo tenía que realizar mi rutina.

Cuando corro me siento de una u otra forma libre. Siento que puedo respirar mejor. No siento presión de nada al correr. Entonces es algo que suelo hacer mucho cuando no estoy en mis casillas.

Después de la tormenta siempre hay un arcoíris Donde viven las historias. Descúbrelo ahora