COMO SI NO DOLIERA © [✓]

Capitulo XIV

Caostalgia

Es impresionante como de un momento a otro las cosas pueden cambiar, como a veces simplemente sientes que no puedes respirar y aun así, despertar a veces con la idea perezosa de continuar y al mismo tiempo con la fuerza de reconocer que eso es algo que no se puede evitar aunque a veces toque respirar.

No debería continuar padeciendo, cada vez que piense en ti: Sí, eres ese sabor amargo; aprendizaje eterno. Que de cierto arrepiento, no me permite dormir...

Querer si que es soltar, alejarse y desaparecer. Porque a veces querer conlleva aceptar que nosotros no hacemos bien a la otra persona y viceversa. Porque hay que querer a las personas bien, si, pero también hay que querernos bien a nosotros.

La gente no entiende lo fácil que es perder toda evolución, que un día estás bien, tan bien que piensas que por fin te has librado del infierno, pero entonces caes, el golpe es tan doloroso que vuelves a pensar que nunca podrás recuperarte, mientras a tu alrededor los demás te ven y no entienden por qué has caído, te ven y no comprenden por qué diste marcha atrás, tienen la absurda idea de que una vez que evoluciones, que consigues salir adelante, todo va a estar bien, pero nunca es así, las cosas pueden volver a sentirse jodidas sin que te des cuenta y esto aplica para un corazón roto, una desilusion familiar o lo que sea que haga que te coloques una armadura para no mostrar tus sentimientos.

¿Armadura? ¿A qué le debo de poner armadura?
¿Al corazón o a la herida?

Creo que el corazón ya lo tengo roto y por más que me presione queriendo tratar de olvidar todo mi pasado relacionado a Martin, siendo él, todo lo que nunca quise, no encajaba en mis planes, me hacía sentir diferente a lo que acostumbraba, era mi excepción a la regla, pero era temporal, una forma que tenía la vida de mostrarme otros caminos.

¿Cómo explicarle a tu corazón que este es el día? El día en que por fin se alejaran sin más, el día en el que encontré un motivo, ¿Motivo? Los motivos siempre los tuve pero no los quise ver de esa manera sino siempre los ví como algo común, un error el cual podía cambiar y mejorar, sin embargo la única que velaba porque todo saliera bien, siempre era yo.

Tengo la mala costumbre de no irme hasta que me consuman, estaba muy mal y la noticia que recibí fue la cereza del pastel, en efecto no esperaré a una tercera niña para que me dé cuenta que realmente jamás seré feliz con él, ni tendré lo que quiero, lo sé, me comprende en todo sentido pero nunca me dió mi lugar.

Y por "tercera" me refiero a que luego de aquella chica volvió a dejarme por una segunda, está vez creo que solo lo hace por despecho y dolor, le dije que no a las múltiples veces en las que él casi rogándo me decía volver y cuando solo le faltaba en su día a día decidía demostrarme la situación real de las cosas y de sus sentimientos, porque ya tenía la idea, pero quería confirmar. A casi nada de días de decirle que en definitiva si quería volver a intentarlo, me enteré que tiene nueva novia a la cual la presume en todas sus redes sociales.

Yo estaba de viaje cuando me di cuenta de aquel post y días antes me conto que iría a una boda en una ciudad lejana a dónde vivíamos, en el post estaba él y la chica vestidos de gala afuera de un centro de convenciones o una iglesia como foto de perfil. De seguro en aquella boda bailaste toda la noche con otra tipa, esa tipa y yo me bebí casi todo el bar al que me invitaron mis amigos luego de enterarme pensando que quizás en algún momento parpadeaste dos veces seguidas entre la multitud porque confundiste su rostro con el mío.

¿Una razón más para odiarlo?

El odio es como el fuego: hace que incluso la basura más ligera sea mortal y no pienso dedicarle mi vida entera a una persona que ha demostrado son sus acciones que no es más que eso y solo me haría daño por el resto de mis días. Supongo que debo ya de perdonarlo, es más fácil para mí ahora que después de tanto tiempo ya no dependo sentimentalmente de él.