Capitulo XVI

10 0 0
                                    

Colisión de palabras

Me aparté de él dándome cuenta que por fin ya no sentía aquel estruendo en mi estómago en cada beso, aquel placer que se originaba en toda mi comisura al rozar sus labios con los míos, todo estaba pasando y yo no quería que fuera así; sin embargo era algo que necesitaba por el bien mío, creo que la mayoría del tiempo viví engañada que en lo que fuera de mi vida tendría que estar él, más nadie, inclusive en mi propia vida yo no existía, si era feliz era por y para él, mi dependencia era muy caótica y termino por destruirme.
Hoy sé que jamás debí haberme hecho a un lado, yo tenía que estar en ese pedestal, yo debía ser a quién tenia que amar, ahora me doy cuenta que mis propias palabras colisionaban porque sabía que era lo que tenía que hacer pero vivía aferrada a un recuerdo que hace tiempo había cambiado; pero por obsesión jamás deje atrás.

Me levanté de la cama y decidí colocarme los zapatos. Él, asombrado se sentó a la orilla de la cama.

—¿Estás bien? ¿Ya quieres irte?

—Si, por favor— respondí mientras me colocaba la blusa

Se colocó su cinturón, seguidamente de su camisa y tomó sus llaves

—¿Ya estás lista?— preguntó mientras se alistaba para salir

—Si

—De acuerdo, saldré primero para ver si aún no hay nadie— asentí y abrió la puerta —No hay nadie, pero pasa primero, baja las escaleras y quédate en el primer escalón— Hice lo que dijo hasta que llegue al primer escalón, era su turno de bajar, abrió el carro y nos subimos percatandonos de que nadie nos había visto.

Salimos de su casa rumbo a la mía.

—Gracias por aceptar vernos y perdón por insinuarte cosas.

Lo ví y le sonreí —Fue nuestra despedida— dije sarcásticamente

Sonrió —Claro, nuestra despedida...— volvió a ver a la carretera —Supongo que ya no te volveré a ver— dijo viéndome de reojo.

—Supones bien, como dije: fue nuestra despedida, además tienes novia Martin y yo...— agache la mirada —y yo ya estoy hablando con alguien más.

Vi como su cara cambio de nostalgia a rabia en un par de segundos.

—¿Alguien más?— cuestionó

—Si o qué... ¿No puedo salir con alguien más?— anuncié pero no obtuve respuesta de él —O sea tú ya tuviste dos relaciones después de mi y todavía sigues buscándome, engañandolas conmigo; pero ¡¿yo no puedo conocer a alguien más?!

—¿Y quién es ese alguien más?— preguntó

—Mateo— dije levantando la mirada para poder ver su reacción

—¡Mateo! ¿Acaso, bromeas?

Mateo fue mi primer amor, inclusive antes de Martin, Mateo también estudiaba en el instituto como yo por lo que Martin también lo conocía.

—No, no bromeo, estoy hablando con él

—¿Regresaras con él?

—Todo apunta a que si

—Pero si terminaron fue por algo...

—No— interrumpí —No hubo algo que hiciera que terminara con él, exceptuando la distancia a diferencia de ti, él jamás me cambio por alguien más y ahora que volvi,  decidió buscarme. Pienso que estaré bien con él.

—Supongo que me alegro por ti, entonces

—No seas sarcástico por favor sé que te pudres por dentro.

—Debo aguantarme— volvió a verme con disgusto

—¿Aguantarte?— bufé —Es lo único que te queda.

Llegamos a mi casa, completamente en silencio me despedí de él como de costumbre y aún sin decir una sola palabra, entré.

Aunque la oscuridad envuelva cada aspecto de mi vida y mis noches sean cubiertas por las sombras del olvido siempre voy a recordar su luz, esa que por mucho tiempo iluminó mi camino. No sé quién necesita leer esto, pero está bien empezar de nuevo y dejar que alguien más te ame y te aprecie de la manera correcta.

Cómo esperé, después de ese día jamás lo volví a ver pero creo que todo esto no va a durar mucho tiempo, soy su mirada, aún un recuerdo vivo: Soy ese reflejo del pasado, un "te extraño" atorado. Soy su deseo prohibido... Y él, el mío por lo que de alguna forma volveremos a buscarnos.

Pronto comienza mi ciclo escolar, vida nueva, ciudad nueva, personas nuevas. Otro cambio, otro comienzo.

La alarma del despertador sonó, y debía de arreglar algunas cosas pendientes para poder viajar y dejar todo atrás, esta vez, el cambio solo me afectaría a mi, no iba a viajar con mi familia a este nuevo lugar, debía ya acostumbrarme a mi y a lo que me deparará el destino.

Es gracioso ver qué de ser "la oficial" pase a esconderme de su familia y de la mía, puesto que jamás quise que mi familia conociera a Martin.

Tengo un círculo familiar que el vestir en tonos monocromáticos, estar tatuado y con el pelo largo era sin duda una advertencia a qué algo malo sucederá y aunque todos estos estereotipos son superficiales y no los comparto, por esta vez, tenían razón, era un poco arraigado su pensamiento, eso sí, porque conozco a personas que son cuál descripción y Martin era así exceptuando su vestimenta monocromática ya que su estilo era más casual acercado al estilo old money, pantalones de vestir, camisa o playera metida y sus vibes no son para nada desctructibles, ni desastrosas, a comparación; pero si había pensamientos intrusivos que hacían que reaccionara muy precipitadamente.

Llegué por fin a mi piso en la ciudad donde ahora viviría, entré y lo único a mi alrededor era una cama sin arreglar, un perchero, una mesa con un mantel viejo y una repisita de madera rústica en una esquina. Y he aquí donde cambiaría, dónde seré otra persona, donde mi vida tendría que ser mejor, dónde tenía que luchar por mis sueños y sentimientos, donde sería una nueva yo, lejos de todo mi pasado y dándome una oportunidad para conocerme totalmente.

Qué agradable es el silencio solitario, ese silencio que no genera incomodidad y configura una especie de sosiego en varios sentidos. Es una buena señal llevarnos bien con nuestro propio silencio.

Deje mis maletas en el piso y me dirigí hacia la ventana donde tenía una vista increíble a la ciudad la cual me transmitía paz y tranquilidad donde la soledad no era tan aterradora como muchos la pintan, sé que la soledad es una cosa y sentirse solo otra totalmente diferente y yo a pesar de recién haber cortado los lazos tóxicos que me unían a un amor no correspondido no me sentía sola, sino todo lo contrario, me sentía plena, grata y pacífica. Realmente Selena Gomez tenía razón cuando dijo "debía perderte, para encontrarme" ya era hora de volver el tiempo perdido y agradarme con mi propia autoestima.

Pasaron los días recién he terminado de arreglar todo lo que traje para acomodarme en mi cuarto y cuando caminaba hacia la puerta para poder comprar mi cena de ese día, suena el tono de notificación de mi celular, cerré la puerta y regresé, tome mi celular y era un mensaje de Martin que decía:

"El próximo jueves viajaré a la ciudad, ¿nos vemos?"

Estaba muy desconcertada puesto que esto era lo que siempre estuve esperando, poder vernos más, vivir ya como adultos una vida diferente a cuando empezábamos, dónde todos y todo parecía estar en contra nuestra, esta vez, ya nada estaba por en medio, ¿Pero que digo? Si hay algo de por medio él no está solo, él ya está con alguien; pero esto es lo que siempre quise ¿Cómo se sentirá? Quisiera vivirlo por esta vez, sé que ya no me pertenece y no debería... ¡Lo haré! Luego me alejaré, cumpliré este pequeño sueño que Esther de 16 años anhelaba y que ahora con 20 años podría cumplir.

"Acepto, veámonos este jueves ¿A qué hora?" Escribí

"A las 7 pm ¿Te parece? Iremos a un restaurante de comida china cerca del centro, tengo antojo de pollo a la naranja" Respondió

"Me parece, jamás lo he probado; pero suena bien" Respondí

"De acuerdo así será. Entonces, te veo en unos días"

¿Cómo culparé al viento de todo el desastre que causó, si fui yo quien abrió la venta?
Y el problema aquí es que se me olvida que lo estaba olvidando.

COMO SI NO DOLIERA © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora