Capitulo XV

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Recuerdos olvidados

Para mí, una de las peores cosas de la edad adulta es tener que recoger los pedazos de ti, tú mismo, tener que guardarlos en un bolsillo y salir a cumplir con tus responsabilidades del día, no importa si estás agotada o no. No puedes hacer que todos piensen y sientan tan profundamente como tú. Esta es tu tragedia... Porque tú los entiendes y ellos no te entienden a ti.

Me encontraba entonces camino hacia esa placita en la cual tantos recuerdos ya olvidados pasaban por mi mente al estar subida en mi motocicleta pareciera que fue ayer el día en que lo conocí o cuando escuché sobre él en la cafetería del instituto ahora ya estoy en la universidad... alejada de él, alejada de los planes que teníamos pero yendolo a ver por última vez ¿Que ocurrirá? No pude volver con él, el dolor que siento es mucho más grande que mis ganas.

Llegué a la placita y no lo veía por ningún lado, baje de mi moto y me decidí a buscarlo puesto que le había marcado a su celular pero no respondió, hasta que al fin contestó mientras yo ya me había alejado de dónde estaba.

—¿Dónde estás, Martín?

—¿Dónde estás tú?

—En el parqueo de carros, vine a buscarte aquí porque no te vi en la entrada ¿Y tú?

—En el parqueo de carros tambien, acabo de estacionarme

—No te veo

—Sigue caminando hasta los arbustos detrás de ellos estoy

Segui caminando pero no lo veía.

—No te veo

—Yo ya te vi, atenta, prendere las luces

Algo resplandeciente llamo mi atención a la derecha, era él. Qué increíble y nostálgico deja vu.

Me acerque al carro para luego subirme al asiento del copiloto, acto seguido me acerqué para saludarlo con un beso en la mejilla.

—Hola, Martin

—Hola, Esther, ¿A dónde quieres ir?

—Vamos a comer a algún lugar.

—Quiero platicar contigo, si quieres vamos a comer a mi casa sin interrupciones.

—No creo que sea buena idea ¿o si? Digo, ya tienes novia y es obvio que ya no soy bienvenida ahí.

—No hay nadie y nadie te verá.

—De acuerdo, vamos a tu casa entonces.

Asintió, encendió el carro y se puso en marcha. No se que pasará pero en efecto será la despedida.

Volvió a sonar su playlist como de costumbre, está vez Jesse Baez envolvía el lugar, mi cantante favorito y el de él seguramente. Cantamos y bailamos durante el camino y casi por completo se me había olvidado que él ya no me pertenecía, que sus ojos ya no solo me veían a mi hasta que tomó mi mano como de costumbre y empecé a acariciarle aquella marca de su mano derecha eso hizo que mi mente de nuevo pensara en la situación en la que estábamos, le solté la mano y me quedé en silencio.

—¿Pasa algo?— preguntó

—Ya no somos nada, por favor, no me toques.

—Perdon, no quería incomodarte

—¿Incomodarme? ¡Martin tienes novia!

—Si... lo sé y bajo su mirada

Yo sé que en la vida de Martin no existirá otra persona en su mente y en su corazón que la niña a la que trato mal y amo con la misma intensidad.

COMO SI NO DOLIERA © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora