Șase.

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En el capítulo anterior.

—Bueno, si quieres hacer tus buenas acciones del día primero necesitas el tesoro robado al emperador y el cofre con los rubíes que se encuentran supuestamente en la isla de los caídos, adicionalmente necesitas un jodido barco que flote bien — le recordó Minho una vez más apuntando a estribor — solo te pido ser muy cauteloso en el puerto de las gorgonas ya que no queremos a la flota naval tras nosotros.

—Tranquilo. Llegamos, dejamos nuestro barco allí y hurtamos otro, literalmente es un entrar y salir, nada va a pasar.

 Llegamos, dejamos nuestro barco allí y hurtamos otro, literalmente es un entrar y salir, nada va a pasar

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Puerto de las Gorgonas.

— ¡Vas a rostizarte allí arriba! — grito Jisung mientras se hacía sombra a los ojos con una de sus manos mirando a su capitán arreglar la vela enredada en el mástil — ¡Uno de los chicos puede hacer eso por ti! — volvió a enunciar juntando sus manos alrededor de su boca para que sus palabras sonaran más fuertes.

—Aquí estoy bien, ve con los demás — la masculina voz de su capitán fue toda la orden que Jisung necesito para dejarlo continuar con su tarea.

Luego de zarpar desde la Isla de los piratas habían tenido buen clima casi todo el tiempo, pero la noche anterior una gran ventisca había enredado la vela al mástil complicándoles seguir navegando. Estaban muy cerca del puerto y no le vendría nada mal reabastecerse con alguna alimentos, alcohol y que sus nombres tuvieran unas horas de esparcimiento mientras el arreglaba la vela.

Era temprano por la mañana pero el sol ya comenzaban a pegar con fuerza, tenía el torso descubierto debido al calor dejando ver la escritura gitana que tenía tatuada a lo largo de su columna y el cabello atado en un moño alto para que no fuera un estorbo, aunque de todas maneras algunos mechones de los costados caían sobre su cara peinándolos tras sus orejas.

— ¡Lindo barco! — escucho una voz alzarse hacia sus oídos interrumpiendo su concentración, miro entonces hacia abajo encontrándose con aquel capitán de cabello rojo —tiene un aspecto delicado, igual que el mentiroso que tiene por capitán. —dejo salir con rencor.

Felix pensó que sería bueno entretenerse un rato dado que la entretención había venido por voluntad propia hacia él, con gran gracia bajo mediante un sistema de poleas desde el mástil pudiendo ver de frente al príncipe de la muerte.

— ¿Se encuentra aquí por mera coincidencia o está siguiéndome? — Sorprendió al más alto mirando su torso con intensidad — su constante escaneo a mi cuerpo no hará que me crezcan pechos, capitán. Así que no tiene caso que me siga observando.

—Veo que no. Sigo intentando procesar aquella cara en ese cuerpo — Felix solo sonrió girando sobre sus talones para colocarse su camisa, pronto sintió unos dedos por su espalda y rápidamente saco una navaja se giró y apuntó a la yugular del pelirrojo —no vuelva a tocar mis tatuajes sin permiso. —allí estaba de nuevo esa fiera.

Húsares de Tormentas. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora