Șaisprezece.

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En el capítulo anterior.

Felix no estaba loco, no había recibido un golpe en la cabeza durante el viaje, solo varios en la cara y aun así se sentía un poco desequilibrado al estar viendo un hombre idéntico a Hyunjin, solo que con el cabello rubio. Mismos ojos, misma boca, mismo porte elegante, parecían un retrato del otro. Entonces sirena pensó... ¿Cuantos más secretos había detrás del emperador Jaebum y como era que Hyunjin había terminado envuelto en todo eso?


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Park Sooyoung era solo una niña cuando el príncipe amablemente le regalo una margarita al comienzo de una primavera. La niña hija de la criada de la casa solo pudo sonreír ante la pequeña flor y las palabras del pequeño príncipe diciendo que su cabello era del color de las cerezas.

Desde entonces ambos niños habían sido muy unidos. Con el tiempo el príncipe Sam había pasado de niño lindo a un hombre muy encantador y guapo, todas las doncellas del reino caían por él y por sus hermanos pero sobre todo con él y su personalidad cual caballero.

Sam era encantador, sensible, un artista incomprendido cuyo padre quemaba los bellos dibujos que hacía y que Sooyoung rescataba cada vez que podía, en más de una ocasión la pelirroja llego llena de hollín pero con los dibujos en sus manos. Sam reiría, acariciaría su lindo cabello de cereza y guardarían el secreto.

Eventualmente el amor nació y con ello las dificultades para estar juntos, si el rey no soportaba la idea de Sam renegando de sus tareas como heredero muchos menos aceptarían el amorío con una criada. Sam nombro a su amada como Joy, significado de felicidad en otro idioma lo cual le parecía más que ideal, él la amaba con intensidad y devoción, era su inspiración pero cuando ambos habían decidido dejarlo todo atrás su hermosa felicidad le rompió el corazón sin culpa alguna.

Le dijo cuanto lo odiaba, que todo no era más que un juego para seducirlo y el había caído como un tonto. Sam dijo creerle aunque no fuera cierto, él podía ver a través del alma de su amada que las palabras que le decía le dolían más a ella que a él pero entendía que probablemente existía una amenaza detrás de aquel rompimiento.

Sin más de la noche a la mañana su amada había dejado el castillo a las pocas semanas de que el rey muriera y que a Sam le tocara heredar el reino. Entonces el entendió, entendió que su madre había movido sus hilos para hacer escapar a Joy y así no se convirtiera en la próxima reina al casarse con él, supo también que su vida sería absolutamente miserable si no podía tener lo único que el anhelaba, el amor.

Tomo su doloroso amor y su valentía subiéndose entonces a la torre del campanario desde donde se lanzó luego de ver aquel cálido atardecer teñido de nubes naranjas y rojas, como el cabello de su amor, dijo adiós a este mundo y su crueldad pero siendo fiel a su eterno amor por su chica cabellos de cereza.

Húsares de Tormentas. - Hyunlix.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora