¡Esposa!

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La mujer tenía del brazo de Stefany cuando escuchó una voz profunda.

— Señor, esta mujer no puede ser su esposa, dice —

Mateo la fulmina con la mirada, toma la mano de Stefany e ingresan al restaurante.

— Bienvenido señor Fiore dice el gerente al verlo entrar —

— Quiero hablar con René es lo único que dice —

— Porque quiere hablar con el señor René —

Mateo solo lo mira esperando a que va ya a cumplir con su orden, el gerente no tiene de otra que ir por René.

— Señor Fiore bienvenido dice René haciéndole una reverencia —

— Tú que harías si trataran mal a tu esposa —

— Quien se atrevería a ofender a su esposa —

Mateo señala a la empleada, esta temblaba de miedo.

— Como te atreves a tratar mal a la señora Fiore dice René —

— No sabía que usted era su esposa, disculpe mi ignorancia, dice la empleada —

— No es suficiente con disculparte arrodíllate ante mi esposa —

— No es necesario, dice Stefany —

— Que lastima que mañana salga en lo periódico que el restaurante luna turquesa cayó en bancarrota —

— Discúlpate ahora dice René lanzando a la empleada al suelo —

Mateo solo la mira con desprecio.

— Perdóneme, señora, no volveré a faltarle al respeto, dice la sirviente arrodilla y suplicando —

— Está bien levántate —

Mateo toma el brazo de Stefany y la lleva a una zona privada.

— Porque hiciste eso no era necesario que se arrodille, dice Stefany —

— Nadie volverá a humillarte, dice el mientras le da un beso —

Stefany no dice nada y se sienta.

— Señor que desea ordenar, dice el gerente —

— Trae la especialidad de la casa —

— Si —

Stefany comió todo lo que le dieron, pero en un momento se levanta y se dirige al baño, Mateo la sigue sin que se dé cuenta cuando la ve que está a punto de provocarse el vómito.

— No lo hagas, dice él entrando rápido —

Stefany se asusta de verlo.

— Porque lo haces —

Ella no dice nada y sale corriendo del restaurante, le da vergüenza ver a Mateo ahora que él confirmó que ella es bulímica.

Mateo la sube al auto y la lleva a casa, ninguno de los dos dijo nada, él decidió darle su espacio y dejar que ella asimile primero.

Al otro día Stefany estaba sentada cuando entra un señor.

— Usted es la señorita Stefany —

— Si quién es usted —

— Soy un amigo de la familia —

— Quiere sentarse —

— Sí, como te siente —

— Estoy bien —

— Que es lo que piensas cuando vomitas —

— Quién es usted realmente --

— Soy tu doctor y me dijeron que eres doctora también —

— Estoy por graduarme —

— Vas a ser doctor, tú sabes los daños que te causará si sigues vomitando —

— No soy bulímica, dice ella yéndose —

Mateo se encontraba saliendo cuando ve a Stefany subir a su dormitorio.

— Porque salió corriendo pregunta Mateo —

— La señorita no acepta que es bulímica, si el paciente no acepta el tratamiento no tendrá ningún avance, dice el doctor —

— Regresa mañana, ella aceptará su enfermedad —

El doctor asiente y se va.

— Cancela todas las reuniones de hoy —

— Peroo... dice Fernando —

Mateo lo ignoro y sube al dormitorio de Stefany, ella está en un ataque de bulimia, está comiendo desesperada.

— Qué haces —

— VETE —

— No, tienes que aceptar que eres bulímica necesitas ayuda —

— No soy bulímica —

— BASTA, que es lo que quieres para que aceptes el tratamiento —

— Déjame ir —

Mateo guarda silencio por un largo rato — Está bien te voy a dejar ir, pero con la condición de que no vuelvas a provocarte el vómito —

— No lo haré, ahora vete, quiero estar sola —

Mateo solo la mira y sale.

Los días pasaron, Stefany comía y ya no vomitaba, había aceptado que era bulimia y tomó el tratamiento.

— Porque piensas que no tienes un cuerpo hermoso pregunta el doctor —

— Porque me siento insegura de mi cuerpo, Mateo está rodeado de muchas mujeres hermosas y es una forma de olvidarme de todos mis problemas —

— Señorita Stefany su belleza es única, no se compare con nadie y tiene que relajarse, los problemas tarde lo temprano se solucionarán, usted aún está enamorada del señor —

— Ella guarda silencio, pero después dice No lo odio por todo el daño que me ha hecho —

Mateo se encontraba escuchando todo su corazón, se abatió cuando escuchó que ella lo odia.

— Señor, porque no le dice todo, ella lo perdonará —

— Conseguiste que hablé Pablo dice Mateo evitando responder —

— No, señor, ese hombre es muy terco y no ha dicho nada —

— Vamos —

Mateo entra al sótano y ve el cuerpo de Pablo, todo destruí, ella llenó de sangre y su cara está irreconocible, además de que todo su cuerpo está cosido.

— Me vienes a matar, dice Pablo escupiendo sangre —

— No hasta que me digas para quién trabajas —

End Amar duele Donde viven las historias. Descúbrelo ahora